Unidad Nacional, entre candidato propio o coalición

Si algo quedó claro en el cónclave de ayer en Hato Grande, con presidente Santos a bordo, es que hay que mantener la vocación de poder. Sin embargo, hay conciencia de que sólo en alianza se podrá tener una verdadera opción.

Redacción Politíca
11 de febrero de 2017 - 03:00 a. m.
Unidad Nacional, entre candidato propio o coalición
Foto: CESARCARRION

La Unidad Nacional se acaba para las presidenciales. Es lo que dijo el senador Armando Benedetti, copresidente del Partido de la U, antes de entrar ayer al cónclave que realizó la colectividad en la hacienda de Hato Grande y que contó con la presencia del presidente Juan Manuel Santos, su jefe natural. El objetivo era comenzar a definir el camino que se tomará de cara al proceso electoral presidencial de 2018 y la postura ya está definida: se tendrá candidato propio, pues “un partido con 60 congresistas no puede renunciar nunca a tener vocación de poder”. 

Ahora, el que se haya tomado esta decisión no quiere decir que se hayan cerrado las puertas a la posibilidad de ir en coalición con otras fuerzas políticas. Son varios los congresistas de la U que creen que la única manera de garantizar la continuidad y estabilidad del acuerdo de paz con las Farc es ir con un candidato único escogido de entre todos los partidos y movimientos políticos que apoyaron el Sí en el plebiscito del 2 de octubre del año pasado.

De hecho, la carta que hizo llegar a la cumbre de la U el senador Horacio Serpa, a nombre de su partido, el Liberal, es una clara señal en ese sentido. “Existiendo más temas comunes en nuestros pensamientos y coincidencias en propuestas y en programas relacionados con el bienestar del pueblo, para nosotros será grato continuar reflexionando con ustedes sobre el futuro político, económico, social y cultural del país”, decía la misiva.

Y en ese objetivo de fortalecer el partido, El Espectador conoció que el presidente Santos les pediría a algunos de sus actuales ministros que se aparten del gabinete para que salgan a las calles a hacer campaña defendiendo su legado e incluso que postulen sus nombres a las listas al Congreso. Ahora, en todo este tejemaneje de cara a la lucha por el poder el próximo año, habría que tener en cuenta que, además de la U y el liberalismo, el Sí en el plebiscito fue apoyado también por Cambio Radical, algunos conservadores, la Alianza Verde, Opción Ciudadana, el Mira y hasta el Polo Democrático.

La pregunta entonces es: ¿estarán dispuestos todos a unir fuerzas en aras de defender el acuerdo de paz para enfrentar al uribista Centro Democrático, que ya notificó que si gana la Presidencia echará para atrás lo pactado? No parece fácil consolidar una alianza que abrace fuerzas políticas tan disímiles. Y es ahí donde surge otra idea: que todos vayan con candidato en la primera vuelta y el que pase a segunda reciba el respaldo de los demás. Un riesgo mayúsculo, pues hay que partir de la premisa de que el uribismo tiene una base de por lo menos cuatro millones de votos, que quedó demostrado con el triunfo del No en el plebiscito, algo que, como mínimo, les garantiza estar presentes en la segunda vuelta.

Pero incluso en el mismo Partido de la U no ven tan descabellado hacer una consulta interpartidista en marzo del próximo año, en las elecciones de Congreso, incluyendo, además de los liberales, a Germán Vargas Lleras, carta fija de Cambio Radical. El problema es que su nombre genera demasiada desconfianza y según contaron fuentes que estuvieron ayer en Hato Grande, al mismo presidente Santos se le vio molesto por la salida que tuvo el vicepresidente a raíz de las denuncias en torno a los nexos de su campaña de 2014 con Odebrecht.

Parece que al mandatario no le gustó que en el comunicado que emitió Vargas Lleras el martes en la noche pidiera adelantar las investigaciones tratando de desligarse de cualquier tipo de responsabilidad. Sobre eso, les habría dicho a sus copartidarios que no había pruebas sobre las acusaciones de Otto Bula, a quien se refirió como una persona de dudosa reputación. Santos dijo que, incluso, éste tenía fama de despojador de tierras y varias investigaciones abiertas. “Se le nota que está molesto (con Vargas Lleras) y quedó claro que su partido es la U y que le interesa que tenga fuerza parlamentaria”, dijo a El Espectador uno de los congresistas que estuvo en la reunión.

Encima de todo, está también el rumor que corrió hace algunos días, en el sentido de que Vargas Lleras le había ofrecido a Simón Gaviria, director de Planeación Nacional y de filiación liberal, ser su fórmula vicepresidencial. Aunque los mismos protagonistas desmintieron el chisme, en la U hay quienes ven en este hecho una clara intención de dejarlos por fuera del juego.

Lo cierto es que en el partido del presidente Santos son conscientes de que, por ahora, no tienen una figura con la suficiente fuerza para pelear la Presidencia en 2018 y que quienes se postulen deben demostrar que tienen posibilidades de crecer. Pero ni siquiera ese panorama de sus precandidatos es claro. En la lista aparecen el embajador en Washington, Juan Carlos Pinzón; el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri; el senador Roy Barreras, y el excongresista y expresidente del partido Sergio Diazgranados. Por algo ayer, en Hato Grande, una de las peticiones directas al presidente Santos fue que los ayudara a seguir siendo la primera fuerza política del país.

Por Redacción Politíca

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