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Entre verdad y justicia

Análisis de los detalles del acuerdo sobre la comisión para el esclarecimiento de la verdad histórica. Retos y vacíos de lo pactado, y hechos a abordar.

Redacción Política
07 de junio de 2015 - 02:00 a. m.
La comisión deberá contribuir al esclarecimiento de lo ocurrido y ofrecer explicaciones a las víctimas. / EFE
La comisión deberá contribuir al esclarecimiento de lo ocurrido y ofrecer explicaciones a las víctimas. / EFE

El acuerdo entre el Gobierno y las Farc sobre una comisión de la verdad tiene en los detalles de su redacción los asuntos ya resueltos en el proceso de paz y los puntos sobre los que aún no hay consenso. Y ambos aspectos tienen que ver con el tema que hace temblar la mesa de diálogos: el modelo de justicia que adoptará un eventual acuerdo para el fin del conflicto. Y en este caso, específicamente, se trata de las implicaciones judiciales de dicha comisión.

Para entender la tensión entre verdad y justicia es necesario remitirse al quinto párrafo del texto aprobado el pasado jueves: “La comisión hará parte del sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición que se ha de acordar en la mesa para satisfacer los derechos de las víctimas, terminar el conflicto y alcanzar la paz. Por ello, el acuerdo logrado sobre la comisión no puede entenderse ni definitivamente cerrado ni aislado del sistema que estamos comprometidos a construir. (...) en el marco de la discusión sobre la integralidad del sistema y sus mecanismos judiciales y extrajudiciales, se acordarán los temas cuya concreción depende de la relación entre los diferentes mecanismos del sistema”.

En esencia, este párrafo deja claro que lo de fondo consiste en entender que la verdad forma parte de un sistema integral más amplio, que incluye medidas judiciales y extrajudiciales. Sin embargo, allí también quedan plasmados los temas que están por definirse, especialmente los que tienen que ver con los otros mecanismos, judiciales y extrajudiciales. Uno de estos asuntos sin definir es la condicionalidad para que quienes contribuyan a la memoria histórica puedan acceder a un tratamiento judicial especial.

Pero el mecanismo judicial concretamente aún no está resuelto en la mesa de diálogos, y éste tendría que ver con sus funciones, las condiciones del tratamiento penal. En esta medida, el Ejecutivo busca encontrar una ruta de incentivos para quienes contribuyan al esclarecimiento de la verdad.

Ya en el capítulo de preocupaciones por lo acordado, el fantasma de las comisiones de la verdad, que funcionaron en el cono sur del continente -Argentina y Chile- despierta muchas prevenciones de parte y parte. Lo primero tiene que ver con el modelo de amnistía general, que para el Gobierno es inviable. Otro asunto espinoso es el acceso a archivos con reserva judicial. Una petición que las Farc han presentado con insistencia.

Para el Ejecutivo existen múltiples documentos que servirían como contribución al esclarecimiento de la verdad, y aunque los mecanismos de excepción a la reserva legal son complejos, existen distintas formas para desclasificarlos. Por ejemplo, la Desclasificación Administrativa Presidencial, una interpretación de la Ley de Inteligencia o de Ley de Transparencia. Pero en este aspecto, la mesa se enfrenta a los temores de los agentes del Estado. No es un misterio que en la Fuerza Pública existe un miedo generalizado a la comisión de la verdad.

En este aspecto, el Gobierno se la juega por despejar los miedos enfatizando en que aquí no se irá en detrimento de la dignidad de las instituciones militares. Finalmente, frente al asunto de los máximos responsables, por parte del Estado, el Marco Jurídico para la Paz tiene las rutas para establecer responsabilidades. En suma, estos son los puntos ya definidos en el acuerdo sobre la comisión de la verdad y los asuntos por resolver, que serán motivos de arduos debates en la mesa de diálogos.

Desaparición forzada

Mientras el Sistema de Información de Desaparecidos de Medicina Legal reporta cerca de 21.000 casos, la Fiscalía registra unos 26.000, en tanto que en la Unidad de Víctimas hay denunciados unos 31.000. Los estudios revelan que 813 de los municipios del país han sufrido la desaparición forzada desde 1971, con años especialmente turbulentos como 2001 y 2002, cuando impactó en más de 400 pueblos, frente a los 91 afectados en 2012. Además de las guerrillas y la Fuerza Pública, muchos casos son atribuidos al narcotráfico y otras organizaciones criminales.
 
Secuestro
El Centro Nacional de Memoria Histórica y Cifras & Conceptos dieron a conocer en junio de 2013 una investigación que recopiló 1’302.337 datos y documentó 39.058 víctimas de secuestro entre 1970 y 2010. Las Farc figuran como presuntas responsables en el 33% de los casos y como confirmadas en el 37%. Contrario a lo que los colombianos creen,  la mayoría de los secuestros no duran 5, 10 o 14 años: el 59% de los cautiverios duran en promedio de 1 a 30 días. Asimismo,  el 84% de los secuestros se realizan por motivos puramente económicos.
 
Niños y guerra
Un estudio de la politóloga Natalia Springer, presentado en 2012 ante Bienestar Familiar, advierte que el reclutamiento infantil en Colombia es un drama que afecta a alrededor de 18.000 niños, niñas y adolescentes, pero sólo se denuncia en el 2% de los casos. De acuerdo con el documento, el 42% de los integrantes de las Farc corresponde a menores de edad reclutados, mientras que en el Eln es el 44% de los insurgentes. Además, unos 100.000 menores están vinculados a sectores de la economía ilegal que dependen directamente de la guerrilla y las bandas narcotraficantes con un pasado paramilitar.
 
Violencia sexual
No se tienen cifras exactas de la violencia sexual por falta de sistemas de registro de información y por el temor a denunciar. Según un estudio de Oxfam, entre 2001 y 2009, un total de 94. 565 mujeres fueron abusadas sexualmente en el marco del conflicto armado. Lo dramático es que el 82% de los casos no fueron denunciados, el 73,9% considera que la presencia de los grupos armados ilegales es un obstáculo para denunciar, el 8% no sabe cómo denunciar y el 7,3% no confía en la justicia colombiana.
 
Desplazamiento forzado
El Informe Global 2015 sobre desplazamiento, dado a conocer el pasado 6 de mayo y elaborado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Consejo Noruego para los Refugiados (CNR), advierte que Colombia registró 6’044.200 desplazados internos, el 12% del total de su población. 
Más del 63% de dichos desplazados viven por debajo del umbral de pobreza y el 33% vive en condiciones de extrema pobreza.
 Según el citado informe, la mayoría del desplazamiento prolongado es el resultado de la falta de apoyo de los mismos estados al retorno de los desplazados, su integración local o reasentamiento en otro lugar.
 
Ejecuciones extrajudiciales o “falsos positivos”
Las Naciones Unidas utilizan el término “ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias” para una amplia gama de violaciones del derecho a la vida, entre ellas, aunque no exclusivamente, los homicidios cometidos por militares con el propósito de inflar las estadísticas, conocidos como “falsos positivos”. No hay cifras exactas, pero se habla de más 3.000 casos  perpetrados por las Fuerzas Armadas colombianas entre 2002 y 2009. El año pasado, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos no documentó hechos, pero reveló situaciones en que se intentó mostrar a víctimas de ejecuciones arbitrarias como bajas enemigas en combate o legítima defensa.

Por Redacción Política

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