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A la espera del uribismo

El presidente Santos y el procurador Ordóñez se reunieron para hablar de paz. Coincidieron en que el fin del conflicto sin la participación del Centro Democrático es inviable.

Redacción Política
14 de marzo de 2015 - 01:52 a. m.
El procurador general Alejandro Ordóñez y el presidente Juan Manuel Santos, ayer en la Casa de Nariño.  /SIG
El procurador general Alejandro Ordóñez y el presidente Juan Manuel Santos, ayer en la Casa de Nariño. /SIG
Foto: CESARCARRIONN

Tras meses de coqueteos sobre la posibilidad de buscar espacios de diálogo entre la Presidencia y el Ministerio Público, por fin el jefe de Estado, Juan Manuel Santos, y el procurador, Alejandro Ordóñez, se reunieron en la Casa de Nariño para contrastar posiciones sobre las características que debe tener un acuerdo de paz con las Farc. Aunque al término del encuentro ninguna de las partes cambió decididamente sus posiciones, hubo coincidencias en que la impunidad no puede ser el costo que pague el país por alcanzar el silencio de los fusiles y, sobre todo, en que el fin del conflicto demanda la participación del sector político que lidera el expresidente Álvaro Uribe.

“Hemos convenido continuar este proceso de información mutua, de intercambio de opiniones”, dijo al término de la reunión el jefe del equipo negociador del Gobierno en la mesa de conversaciones con las Farc, Humberto de la Calle, quien añadió que son tres los puntos en los que llegaron a acuerdos Santos y Ordóñez.

“En primer lugar, estamos de acuerdo en que no puede haber paz sobre la impunidad. En segundo lugar, coincidimos en la necesidad de que la dejación de armas, que ya fue pactada, sea efectiva y transparente. Esa es una exigencia y un clamor de la sociedad de Colombia. También, en la necesidad de que al final del proceso, si se firma un acuerdo, se produzca la reincorporación plena, leal y transparente de la guerrilla a la vida civil, sin armas y en democracia”, dijo el jefe del equipo negociador. Además, insistió en que el país necesita que, “como a veces lo han dicho pero debe ser dicho de manera más categórica, las Farc deben reconocerse también como victimarios”.

Al volver a su despacho en la Procuraduría General de la Nación, Ordóñez emitió un comunicado en el que contó que le explicó “al presidente la iniciativa de la Procuraduría de un Pacto para la Paz, que concite el mayor nivel de consenso posible. Se trata de un acuerdo de mínimos sobre lo fundamental y esencial de la democracia y del Estado de derecho, que permita garantizar la seguridad jurídica y la sostenibilidad política de lo que se convenga con las Farc. El Pacto para la Paz busca certeza de que lo que se firme con la guerrilla se cumpla y se pueda cumplir”.

Más allá de las relatorías de la reunión, ambas partes, el Gobierno y el Ministerio Público, coincidieron en que la paz necesita del hoy senador Álvaro Uribe. “La paz es de todos, por eso el presidente ha manifestado estar dispuesto a hablar con el expresidente Uribe sobre las características y el curso de las conversaciones en La Habana”, dijo Humberto de la Calle.

Mientras que Ordóñez sostuvo, aludiendo a la composición del Pacto que ha propuesto, que “es tan importante el presidente Juan Manuel Santos como el expresidente y hoy senador Uribe”, y agregó que, con la intención de bajar el tono de la polarización política, “le dije al presidente que mucho daño hace que a cada observación que hacen los críticos, el Gobierno reaccione estigmatizándolos como enemigos de la paz”.

De acuerdo con fuentes cercanas a la Procuraduría que estuvieron al corriente de la reunión, la idea del Pacto por la Paz tuvo buen calado en la Casa de Nariño. “Santos se ha dado cuenta de que Uribe no avalará la propuesta de una comisión asesora de paz (en la que aceptaron participar críticos del proceso de distintas orillas, a excepción de Carlos Holmes Trujillo y Óscar Iván Zuluaga, del uribismo) y por eso vería con buenos ojos que algunos de los miembros del Centro Democrático integraran el Pacto por la Paz, para luego activar ese canal de comunicación con la figura del procurador como garante”.

No obstante, de acuerdo con las mismas fuentes, más allá de los esfuerzos de Ordóñez, en el Centro Democrático, si bien hay disposición en figuras como Trujillo y Zuluaga para trabajar a fondo en el Pacto, estarían esperando a que Uribe acepte públicamente la participación de su partido en la iniciativa.

Y es que no es solo el procurador Ordóñez el que estaría buscando que el uribismo entre a espacios de discusión formales alrededor del proceso de paz. Según trascendió a raíz de una publicación del portal Reconciliación Colombia, Fabrizio Hochschild, coordinador residente y humanitario de las Naciones Unidas en Colombia, recibió en su despacho en Bogotá a Uribe, Zuluaga y Trujillo para, supuestamente, invitarles a participar de espacios de diálogo alrededor del proceso de La Habana.

En ese contexto, el país está en ascuas por la respuesta que puede dar el expresidente a la carta que le fue enviada por Ordóñez, en la que le pide al líder del Centro Democrático que valore y acepte la invitación del presidente Santos a participar de la Comisión Asesora de Paz que fue anunciada el pasado martes. Aunque se dice que es improbable que Uribe acepte participar de la Comisión, existe una posibilidad de que le diga sí al Pacto y así, por fin, se abra un espacio en el que sus opiniones sean tenidas en cuenta en la negociación a la que tanto se ha opuesto.

Por Redacción Política

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