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La fractura de Opción Ciudadana

Tres congresistas y un directivo de la colectividad denuncian que se están violando los estatutos y entregando avales según la conveniencia de un sector.

Alfredo Molano Jimeno
17 de julio de 2015 - 03:56 a. m.
Dicen que Luis Alberto Gil es el “dueño” de Opción Ciudadana. / Archivo
Dicen que Luis Alberto Gil es el “dueño” de Opción Ciudadana. / Archivo

Una carta enviada a la dirección nacional del partido Opción Ciudadana y a los magistrados del Consejo Nacional Electoral (CNE) pone al descubierto una dura lucha de poder dentro de esa colectividad. La carta es la declaración oficial de la fractura de un partido que ha sido señalado de otorgar avales a personajes cuestionados, por parte de un grupo político integrado por el exrepresentante a la Cámara Yahir Acuña, el exsenador Luis Alberto Gil y el coronel (r) y exgobernador Hugo Aguilar.

“Los abajo firmantes, miembros de la dirección nacional de Opción Ciudadana, nos dirigimos a ustedes con el ánimo de exigir las mínimas garantías políticas para el ejercicio de nuestros derechos políticos, dado que la representación legal del partido se ha apartado de la institucionalidad en todos los procesos y procedimientos para la escogencia de candidatos y el otorgamiento de avales para las elecciones del 25 de octubre de 2015 y sólo obedece —con contadas excepciones— a los designios y directrices de una sola de las múltiples tendencias que existen al interior de la organización política, excluyendo a las demás opciones y opiniones”, refiere la misiva.

Las firmas son de Ángel Alirio Moreno, copresidente; Mauricio Aguilar Hurtado, senador e hijo de Hugo Aguilar, y los representantes María Eugenia Triana y Ricardo Flórez Rueda, quien renunció a su curul ayer. Alegan que un grupo del comité ejecutivo está entregando los avales sin tenerlos en cuenta y violando los estatutos y la normatividad del partido.

“El tratamiento arrogante e impositivo no es propio del cumplimiento del principio democrático. No hemos sido tenidos en cuenta en las decisiones de escogencia de candidatos y otorgamiento de avales, particularmente en el caso de la decisión política institucional de respaldo a alguno a la Gobernación del departamento de Santander y eso es violatorio de nuestros derechos políticos”, continúa la carta.

Al final sientan su voz de protesta y piden la protección del Estado. Además dicen que acudirán a instancias internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para pedir la protección de sus derechos.

La ruptura en Santander se produjo luego de que se conociera que Opción Ciudadana había adherido a la candidatura del exrepresentante a la Cámara Didier Tavera al primer cargo del departamento. La tensión ha escalado a tan alto grado que el representante Flórez, uno de los firmantes de la misiva, renunció a su curul en la Cámara y al partido para apoyar la campaña a la Gobernación de Holger Díaz, quien tiene el aval del Partido de la U.

Este enfrentamiento no es más que otro síntoma de las fracturas de la colectividad. Las diferencias entre distintos sectores que componen Opción Ciudadana ya se habían manifestado en Sucre, donde se tenía previsto acompañar la candidatura del excongresista Eduardo Pérez Santos, pero el panorama cambió repentinamente cuando el exrepresentante Yahir Acuña recibió la noticia de que su partido, Ciento por Ciento Colombia, había perdido la personería en el CNE. Acuña, quien renunció a la Cámara poco tiempo después de posesionarse, aspiraba a dirigir el destino del departamento.

Para nadie es un secreto que el nombre de Acuña despierte reticencias y se lo reconoce como un político poco escrupuloso, cercano a Enilse López, la Gata, condenada por homicidio, y al exgobernador Salvador Arana, también condenado por parapolítica. Por eso, ante el rechazo de los llamados partidos tradicionales, que, a pesar de haber trabajado más de una vez de su mano buscando beneficios electorales, esta vez no quisieron cargar con sus cuestionamientos, tuvo que buscar cupo en Opción Ciudadana.

De hecho, cuando se rumoró que allí le iban a dar el aval, los senadores sucreños del partido negaron la información y difundieron que se estaban tomando decisiones arbitrarias y contrarias a los estatutos. Al final, Acuña declinó su aspiración, pero se la endosó a su esposa, Milene Jaraba, quien figura hoy como la candidata de Opción Ciudadana a la Gobernación de Sucre.

Julio Miguel Guerra, Teresita García y Antonio Correa, senadores sucreños, pusieron el grito en el cielo. Y hay quienes dicen que el responsable del rompimiento que vive hoy la colectividad es el excongresista Luis Alberto Gil, a quien señalan de ser “el dueño de Opción Ciudadana”. De hecho, la senadora Doris Vega, esposa de Gil, ha tenido que cargar con el muerto y acompañar a Milene Jaraba en la inscripción de su candidatura.

“Lo que ha pasado en Opción Ciudadana es lamentable. El partido ha tratado de desmarcarse de la sombra de la parapolítica y, cuando estaba en esa tarea, algo extraño pasa y Yahir Acuña, quien ya perteneció al partido, vuelve y se convierte en el dueño y señor de los avales. Incluso dicen que le compró el partido a Gil por $2.000 millones. Esa es la razón por la que se desmoronó la colectividad”, enfatizó un dirigente de la colectividad que pidió la reserva de su nombre.

Por Alfredo Molano Jimeno

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