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Galán, el primer precandidato liberal

El senador pedirá garantías para que la elección del candidato del partido a la Presidencia 2018 sea en consulta popular. Si no es así, se abriría la opción de retomar las banderas del Nuevo Liberalismo que enarboló su padre.

Redacción Política
12 de mayo de 2016 - 01:46 p. m.
Juan Manuel Galán ha dicho que el liberalismo debe mostrar en 2018 verdadera vocación de poder. / LA FM
Juan Manuel Galán ha dicho que el liberalismo debe mostrar en 2018 verdadera vocación de poder. / LA FM
Foto: Juan Manuel Galan LA FM

El Partido Liberal dijo que irá con candidato propio a las elecciones presidenciales de 2018. De hecho, aunque ha ratificado su respaldo al proceso de paz que adelanta el presidente Juan Manuel Santos con las Farc, también ha dicho que la Unidad Nacional, la coalición que respalda al Gobierno, ya no tiene sentido y que frente a ese reto electoral cada quien irá por su lado. Es en este contexto que comienzan a destaparse las cartas: el senador Juan Manuel Galán lanzará oficialmente el fin de semana, en el marco del séptimo congreso nacional del partido, que se realizará en el centro de convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada de Bogotá, su precandidatura presidencial.

Una decisión pensada desde hace rato y que el congresista ya viene preparando con asesores de imagen, de manejo de voz y, por supuesto, de política. Además plantea una postura contundente frente al partido: que se den las garantías para que la escogencia de candidato presidencial se haga mediante consulta popular, a desarrollarse en las elecciones parlamentarias de 2018. Es decir, quiere seguir la línea de su padre, el inmolado Luis Carlos Galán, cuando en 1988 planteó la idea de democratizar la colectividad y que el aspirante oficial a la primera magistratura del Estado se decidiera en las urnas, lo cual acogió la convención que en ese entonces se hizo en Cartagena.

Ahora, ¿por qué se habla de la necesidad de ofrecer garantías? Nadie en el liberalismo lo dice abiertamente, pero en voz baja se rumora que quienes aspiran a la nominación del partido —además de Galán se han mencionado los nombres de Juan Fernando Cristo, Luis Fernando Velasco, Viviane Morales y Simón Gaviria— creen que existe la posibilidad de que no se haga consulta, algo que hoy es obligación en los estatutos, y que se proclame como candidato a Humberto de la Calle, a quien muchos sectores, incluso por fuera del liberalismo, ven como la opción más viable para dar continuidad a los acuerdos de paz que se concreten con las Farc en La Habana.

En declaraciones recientes, Juan Manuel Galán ha fijado su posición al respecto: “La consulta popular fue una lucha de mi padre y fue el motivo principal por el cual regresó al partido después de haber hecho los diálogos y los acuerdos de unión liberal. Y creo que después de estos dos gobiernos del presidente Santos, donde el partido lo ha acompañado para respaldar el proceso de paz, es hora de mostrar independencia y demostrar vocación de poder”. Por eso, no falta quien hable también de la posibilidad de que se dé un renacimiento del Nuevo Liberalismo, la disidencia que montó Luis Carlos Galán en 1979 como expresión de rechazo, según decía, a la crisis ideológica del Partido Liberal.

Y si alguien ha sido crítico frente a muchas de las actuaciones de la actual dirigencia de la colectividad ha sido Juan Manuel Galán. Hay que recordar, por ejemplo, que en diciembre de 2013, cuando se designó a Horacio Serpa (hoy codirector del partido) como cabeza de lista al Senado, se fue lanza en ristre contra los encargados de tomar esa decisión: “Estamos retrocediendo 35 años, volviendo a las malas prácticas que tanto criticó mi padre, donde unos caciques políticos se reúnen y toman todas las decisiones, excluyendo a la base del partido”. De ahí que relanzar el Nuevo Liberalismo, así sea como una corriente dentro del partido más que como una disidencia, es una opción que se podría contemplar.

Con esta perspectiva, la elección de la nueva dirección del Partido Liberal en la convención de este fin de semana resulta fundamental. En la actualidad, la colectividad tiene la obligación de ajustar sus estatutos a los dictados por la reglamentación de la reforma política de 2009, teniendo en cuenta que el año pasado el Consejo de Estado dejó sin efectos la reforma estatutaria que hizo en 2011, al considerar que no fue expedida por el órgano competente ni se respetó el procedimiento exigido. En consecuencia, quedaron vigentes los estatutos de 2002, que contemplan precisamente la consulta popular para elegir candidato presidencial.

Por Redacción Política

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