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Hollman Morris exige ser escuchado en proceso contra Uribe por 'chuzadas'

Ante la Comisión de Acusaciones radicó una carta en la que, a nombre de las víctimas de las interceptaciones, pide dar su versión.

El Espectador
25 de noviembre de 2011 - 01:13 p. m.

Las víctimas de las 'chuzadas telefónicas' han insistido en la necesidad de ser escuchadas en el proceso que lleva el Congreso de la República en contra del expresidente Álvaro Uribe Vélez.

El periodista Hollman Morris envió una carta a la Comisión de Acusaciones de la Cámara donde les pide a los investigadores que escuche la versión de las víctimas sobre las interceptaciones.

En ese sentido, recordó que el exmandatario en su versión libre del 18 de agosto lo acusó de “maltratado terriblemente” y que además “orquestaba acciones” en su contra desde Washington.

De ahí que, según Morris, la comisión deba escucharlo sobre lo dicho por Uribe durante esa diligencia.

“El expresidente como estrategia de defensa, aprovechó la situación mediática (en la diligencia) para reiterar una serie infinita de calumnias, afrentas e infundios contra mi persona, colocándose él en posición de 'víctima' de un proceso, donde él está citado, precisamente, como acusado”, aseguró en su misiva.

Carta completa de Morris

Señores
Comisión de Acusaciones
Cámara de Representantes
Congreso de la República de Colombia
E. S. M.

Radicado: 3082 contra Álvaro Uribe Vélez por el mal llamado “Escándalo de las chuzadas del DAS”

Respetados Señores:

El pasado 18 de agosto el ex presidente de la Republica, Álvaro Uribe Vélez, hizo uso del derecho legítimo de defensa en su calidad de acusado en el proceso denominado por la prensa como “El escándalo de las chuzadas”.

El ex presidente tuvo ese día la oportunidad de exponer de manera detallada y sin interpelación alguna toda su estrategia de defensa, la cual fue transmitida en directo por el canal del Congreso de la República a todos los colombianos y al mundo por más de cuatro horas consecutivas. En esta misma oportunidad el acusado hizo toda clase de afirmaciones a manera de “verdades” sin que a estas le asistiera ningún tipo de evidencia o contra pregunta. Al día siguiente estas mismas afirmaciones fueron ampliamente difundidas en medios nacionales e internacionales; de allí destaco la parte en que el ex presidente se refiere al suscrito periodista, Hollman Morris, como la persona que lo había “maltratado terriblemente” y que además orquestaba acciones en su contra desde la ciudad de Washington. Adicionalmente, el acusado aprovecha para reiterar una vez más sus calumnias en mi contra, sin que nada, ni nadie lo detuvieran.

En síntesis, el ex presidente como estrategia de defensa, aprovechó la situación mediática para reiterar una serie infinita de calumnias, afrentas e infundios contra mi persona, colocándose él en posición de “victima” de un proceso, donde él está citado, precisamente, como acusado.

Sin desconocer el legítimo derecho a la defensa del acusado, pero sí haciendo un llamado al principio mínimo de equidad y justicia, quiero recordar a ustedes y al país que en este proceso sí hay verdaderas víctimas, personas de carne y hueso, ciudadanos colombianos con derechos que hemos sido reconocidos como víctimas a partir de la abundante evidencia existente que da cuenta de la vulneración total de nuestros derechos. Sin embargo, después de cerca de tres meses de llevada a cabo la audiencia del ex presidente, ustedes señores de la Comisión de Acusaciones, nos siguen negando a nosotros, las víctimas, nuestro derecho legítimo -el mínimo que tiene cualquier víctima- de ser también escuchados, con el mismo respeto y en las mismas condiciones que lo hizo el acusado.

Hay que anotar que durante este tiempo, la estrategia mediática de defensa del acusado, ha logrado que a la fecha únicamente su versión de los hechos, de manera completa y sin interpelaciones, siga en la retina de sectores de la sociedad y de algunos medios de comunicación; una versión en la que básicamente el acusado, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, se presenta como “víctima” de un gran complot en su contra; para esta presentación nada mejor que la ausencia total de la voz de las víctimas reales del proceso.

Resulta paradójico que una de las varias acciones ilegales identificadas dentro de “el escándalo de las chuzadas”, motivo por el cual el ex presidente Uribe es investigado, es la realización de campañas de desprestigio en contra de mi persona. Sin duda el hecho concreto de que el propio acusado se de el lujo de calumniar e injuriar de manera libre, sin evidencias, sin interpelaciones y usando a la trasmisión televisiva como medio de propagación de sus mensajes, resulta un total exabrupto, y es peor aún, cuando pasados ya tres meses las víctimas nos hemos visto impedidas de ejercer nuestros derechos, y rendir nuestra propia versión de los hechos, mientras soportamos que las calumnias difundidas sean replicadas, desde entonces, acompañadas de amenazas contra las víctimas del proceso y contra sus abogados.

Señores de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, ya ha pasado suficiente tiempo para que nuestra posición sea tenida en cuenta; ya es hora de solicitar que de la misma manera ahora las cámaras y los micrófonos atiendan nuestra versión, en un juego simple y de sentido común, sobre la imparcialidad de su ejercicio como jueces.

Lo único que estamos pidiendo es el mismo respeto y el mismo derecho para hablar de nuestra verdad, de esa verdad que muchos no quieren escuchar porque el solo pronunciar la vergüenza de los hechos, las amenazas, el ataque a menores, no lo soportaría nuestra ya muy golpeada democracia.

Buscamos que nuestra verdad en este espacio, que reclamamos, contribuya a que el país se forme su propia opinión sobre lo ocurrido con el pensamiento crítico en Colombia durante los últimos años. De igual manera, buscamos que la sociedad colombiana cuente con más y mejores elementos de juicio para hacer una evaluación concienzuda sobre “el escándalo de las chuzadas” ocurrido durante los ocho años del gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Sin lugar a dudas, durante este tiempo hubo una política sistemática de desprestigio en contra nuestra que prefiero denominar como “la Cacería criminal por parte del DAS” a todo lo que pensara diferente o se opusiera a las políticas del ex mandatario. Esto, desde luego, va en contra del más democrático de los derechos: pensar diferente y poder expresarlo.

Dejar de lado nuestro testimonio le hace un flaco favor a la sociedad y a la democracia colombiana; no podemos aceptar la imposición del silencio por el simple hecho de no pensar igual que las mayorías de esta nación. El país es cada vez más consciente de esto y quiere recomponer el camino; el país sabe que esta no es la forma correcta de hacer las cosas. Más aun cuando este tiempo se ha denominado “la hora de las víctimas”.

Quedo en espera de su pronto llamado; la sociedad colombiana y ciudadanos en todo el mundo estarán atentos al mismo. Ya es hora de que las víctimas sean escuchadas. Espero que respondan al derecho que me asiste como víctima a ser escuchado y que se fije fecha y hora para ello en las mismas condiciones en que se facilitó la versión libre de Uribe Vélez.

Cordialmente,

Hollman Morris
Periodista

Por El Espectador

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