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Una verdadera jornada maratónica es la que se vive desde ayer en las principales sedes de la Registraduría en todo el país, a las que han llegado miles de candidatos a oficializar sus aspiraciones para las elecciones regionales de octubre, en una carrera contra el tiempo y a pocas horas de que se venza el plazo para realizar las inscripciones.
Al son de papayeras, conjuntos vallenatos, zanqueros y arengas, los candidatos que dejaron para última hora la inscripción llegaron a los centros de atención de la Registraduría para cumplir la cita. Largas filas y amplia concurrencia de seguidores se vieron desde tempranas horas de la mañana.
La avalancha de inscripciones se veía venir. La Registraduría había advertido tres días antes que la cifra de candidatos inscritos oficialmente era considerablemente baja en comparación con las cifras oficiales de 2011, cuando el número de inscritos a alcaldía, gobernaciones, asambleas, concejos y juntas administradoras locales alcanzaba los 101.000 candidatos. Solo entre el martes y el jueves se recibieron 9.075 inscripciones, aunque se esperaba que en la última semana el mínimo diario llegara a las 20.000. El cuello de botella está precisamente en el trámite que surte la inscripción, que puede durar entre una y cuatro horas, pues en cada caso los registradores deben revisar que cada candidato cumpla con los requisitos legales.
Para las elecciones de octubre llama la atención el aumento en el número de grupos significativos de ciudadanos (de 340 en 2011 a más de 800 inscripciones en 2015) que optaron por no solicitar el aval de una colectividad y aspirar a cargos a través de la recolección de firmas. Una estrategia que fue ampliamente utilizada en el caso de aspirantes a alcaldías, sobre todo en departamentos como Valle, Antioquia, Cundinamarca y Bogotá.
Lo cierto es que, surtido el requisito de oficialización de la aspiración, a partir de hoy los partidos cuentan con un plazo de cinco días hábiles para modificar la inscripción por renuncia o no aceptación de la candidatura y la lista final de aspirantes será enviada, dos días después, a los organismos competentes para que se verifiquen posibles inhabilidades de los candidatos.
Como ya se ha comenzado a ver en algunos casos, la campaña en las regiones tiene como protagonistas a reconocidas casas políticas que buscan mantener el poder mediante alianzas y coaliciones que les permitan ocupar los cargos más deseados.
Otro tema que marcará el debate en los próximos meses serán los aspirantes sobre los que recaen cuestionamientos y que fueron avalados por partidos tradicionales, ocasionando en muchos casos fuertes divisiones dentro de las colectividades.
Ahora la tarea será prestar especial atención a temas que preocupan a los organismos de vigilancia, como la trashumancia electoral que, pese a las constantes denuncias y alertas, sigue siendo una práctica común en municipios del país que ya han sido identificados por las autoridades competentes.