Los abstencionistas de la paz

Entre tanta polarización por las campañas del Sí y el No para el plebiscito de este domingo, el Movimiento Libertario y una agencia publicitaria optan por promover la abstención.

Leonardo Botero Fernández
30 de septiembre de 2016 - 03:00 a. m.
La campaña del plebiscito por la paz del próximo domingo ha estado mediada por una aguda polarización. / Archivo
La campaña del plebiscito por la paz del próximo domingo ha estado mediada por una aguda polarización. / Archivo

Las campañas por el Sí y por el No en el plebiscito tienen polarizado al país. Los voceros de cada opción, unas veces con argumentos y otras con insultos, señalan a la suya como la posibilidad más acertada. Pero entre tanta división, una minoría que no figura como las otras campañas optó por otra alternativa: la abstención.

Uno de estos grupos es el Movimiento Libertario, que se dio a conocer en las elecciones locales del año pasado, cuando intentaron llegar a la Alcaldía de Bogotá con Daniel Raisbeck. El otro, por su parte, no es un movimiento político sino una campaña en redes sociales denominada Somos del No Sé, impulsada por la agencia de publicidad TXT.

Sin embargo, las motivaciones de ambos son diametralmente distintas. El Movimiento Libertario asegura que la suya es una posición legítima, pues ni el Sí ni el No ofrecen verdaderas soluciones a la violencia en Colombia. Mientras tanto, la propuesta de la Agencia TXT es visibilizar la abstención, posicionar el debate sobre ésta y luego invitar a quienes apoyan el No Sé a que salgan a votar el 2 de octubre.

Xenia Lucero, vicepresidenta ejecutiva de TXT, explicó a El Espectador cómo surgió la idea de aprovechar el momento coyuntural para participar brevemente en política. En este sentido, cuenta que cuando se hizo público el Acuerdo Final de Paz, en la agencia hubo una división: unos apoyaban el Sí, otros el No y otros no sabían qué hacer.

“Nosotros, desde la agencia, queríamos hacer algo en beneficio del proceso, pero yo no puedo montar un equipo de trabajo sobre una ideología. Los creativos propusieron entonces crear un movimiento que nunca se ve: el de todos los que se quedan en el No Sé. Acogimos la idea y hace dos semanas empezamos a robustecerla. Pero el movimiento surgió para destruir la apatía frente a la votación del plebiscito”, explicó Lucero.

Entonces decidieron mostrarla como algo real, aunque no lo fuera, como “la voz de muchos colombianos que saben que su voto no representa la diferencia”. El éxito que tuvieron fue mayor al que esperaban: sin inversión de ningún tipo, en poco más de dos semanas alcanzaron más de 7.700 seguidores en Facebook. Algo que supone un motivo de preocupación, más que de orgullo, para Xenia Lucero, quien se pregunta cómo puede ser posible que tanta gente apoye esta opción.

En esencia, la intención de la Agencia TXT es tratar de incomodar a la gente que decidió abstenerse para “que al menos se cuestione, que haya gente que diga ‘qué chévere que no tomaran partido, sino que visibilizaran lo que puede golpear los resultados del plebiscito’”.

Y ese es un punto en el que se alejan completamente del Movimiento Libertario. Julio César Mejía, director de este joven movimiento político, asegura que, después de una asamblea en la Universidad Sergio Arboleda, decidieron que su posición oficial sea la abstención, porque “tanto el Sí como el No son votos no útiles, porque ninguno soluciona el problema”.

Mejía explica que, para el libertarismo colombiano, la solución a la violencia es la legalización de las drogas. Una postura, según dice, acorde al pensamiento libertario, que considera que el deber del Estado es proteger las libertades individuales y económicas de las personas. Para el dirigente político, que las drogas sean ilegales las convierte en “el combustible de la violencia y permite que en las zonas del país donde están los cultivos de uso ilícito confluyan grupos armados y altas tasas de homicidio”.

Esta no es la única crítica del Movimiento Libertario al proceso de paz. Mejía asegura que “no se justifican los diálogos con las Farc cuando lo que se negoció fue un problema que creó el mismo Estado por el incumplimiento de su función de dar seguridad, justicia y defensa. Lo que dieron en realidad fue un botín de guerra para perseguir a los contrincantes”.

Así pues, el director del Movimiento Libertario enfatiza que la abstención es una invitación a no participar “en algo que va a ser una legitimización política y no una verdadera solución del problema de la violencia. Es la demostración de que no estamos de acuerdo con ninguna de las dos posturas, que no nos sentimos representados, pero no es tibieza”.

En efecto, las críticas a esta postura no son pocas. A quienes han asumido la postura de defender la abstención los califican como “tibios” y hay quienes consideran que el desinterés político no debería ser bandera de nadie. Lo cierto es que eso no deja de ser una realidad que, seguramente, estará presente este domingo en el plebiscito por la paz, así como lo ha estado históricamente en casi todos los procesos electorales del país, donde la abstención ha superado el 50 %. Y eso se vio en las presidenciales de 2014.

Por Leonardo Botero Fernández

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