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El excomisionado de paz del presidente Álvaro Uribe, Luis C. Restrepo, prófugo de la justicia hace cerca de dos años, respondió una carta a un grupo de uribistas que le piden regresar al país para apoyar al Centro Democrático en su idea de retomar el poder. Restrepo contestó que no ve qué papel "pueda jugar en la actual coyuntura electoral, cuando ya están definidas por parte del Centro Democrático las candidaturas al Congreso y a la Presidencia de la República". La frase puede sugerir una molestia por la manera como se eligieron los voceros del uribismo para la contienda electoral de 2014.
Pero el excomisionado, al que la justicia le pide cuentas por las falsas desmovilizaciones durante el proceso de paz con las Autodefensa en el segundo Gobierno Uribe, sostiene que no hay condiciones para su "retorno" al país y que estas "sólo mejorarían si el uribismo conforma un movimiento de opinión que desde sus raíces" le hable "a la nación, pensando en los retos que debemos enfrentar en el corto plazo". La misiva de Restrepo va dirigida a Ángela Zuluaga, una activa defensora de la causa del exprecandidato Francisco Santos, quien luego de la convención del Centro democrático terminó aislarse del movimiento del expresidente Uribe.
En la carta, fechada hoy, 19 de diciembre de 2013, Restrepo propone impulsar "un pacto por Colombia, que tenga como principios irrenunciables: no matar, no mentir, no robar", y agrega el excomisionado: "Bajo esta consigna podemos exigir compromisos públicos a los candidatos que buscan el voto popular, y proyectarnos hacia una franja de opinión que considera tan importante la recuperación de la seguridad como la lucha contra la corrupción y la politiquería". Una estrategia electoral que apunta a ganar apoyo en sectores de opinión, donde el uribismo se vio afectado por los innumerables escándalos de corrupción de funcionarios del Gobierno Uribe. Incluso, se podría interpretar que Restrepo pide integrar a la bandera de la seguridad democrática una consigna contra la corrupción.
También incluye una reflexión en torno al proceso de paz entre el Gobierno Santos y las Farc, que avanza en su última ronda de diálogos del año y sostiene: "debe quedar claro que no nos oponemos a la paz, sino al engaño. La manipulación de las ilusiones de paz con fines electorales no nos traerá la paz sino más violencia. Hay que hablar con claridad y recordar que la combinación de violencia y política ha sido el origen de nuestros males. La mesa de diálogos, que en estos momentos discute sobre el tercer punto –el problema de las drogas ilícitas-, termina actividades mañana y retomará los diálogos en enero".
Y concluye la carta de Restrepo: "Definamos un ideario simple, compartido, que podamos replicar por las redes a nuestro alcance. Hoy más que nunca, ante la confusión reinante, se vuelve prioritario defender un proyecto colectivo que tenga como meta consolidar a Colombia como una democracia con libertades".