:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/ElpkbyExNsF1hImzGL2OSWFjdhA=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/ZLRUTMNL4VFUTO2WQHSFOWUTJA.jpg)
El 9 de abril es una fecha emblemática para la sociedad colombiana. No sólo porque ese día, en 1948, fue asesinado el líder popular Jorge Eliécer Gaitán, lo que desencadenó más de medio siglo de violencia, sino porque desde la aprobación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras quedó instaurado como el día de las víctimas. Este martes tomará un nuevo significado: diversas corrientes de pensamiento, políticos, alcaldes, gobernadores, líderes de derechos humanos y movimientos sociales saldrán a la calle a expresar que el diálogo que adelantan el gobierno Santos y las Farc en La Habana (Cuba) es una ruta hacia la paz.
La idea empezó a circular a raíz de una convocatoria hecha por la Marcha Patriótica, que desde el año pasado viene preparando el evento, al que se fueron sumando diversas tendencias políticas. La iniciativa fue retomada por el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien durante la Cumbre de Mandatarios por la Paz, convocada el pasado septiembre, propuso que el 9 de abril se convirtiera en una fecha para rodear los diálogos con la insurgencia, fortalecer la democracia y defender lo público. Sin los mismos propósitos, por esos días, el presidente Juan Manuel Santos también hizo un llamado a la sociedad para respalde la paz.
Ya durante este año, los distintos partidos de la Unidad Nacional añadieron sus voces. Los directores de los partidos Verde y Liberal convocaron a sus militantes a marchar junto a Santos, quien, en Bogotá, le dará inicio a la jornada con un acto simbólico: salir desde el Monumento a los soldados caídos en combate, ubicado frente al Ministerio de Defensa. El director del Partido Liberal, Simón Gaviria, definió su postura en pocas palabras: “Tan convencidos estamos de la necesidad de buscar la paz, que vemos con buenos ojos que otros grupos quieran sentarse a la mesa con el Gobierno”. Una alusión tácita a los acercamientos con el Eln.
Sin embargo, también hay opositores de la jornada de este martes. Por ejemplo, el director del Partido de la U, Aurelio Iragorri Hormaza, expresó: “Yo vivo bastante ocupado como para marchar. Soy un amigo de la paz, aunque tengo reiteradas críticas. Oficialmente, dejo en libertad a los correligionarios para que el que quiera salir, salga a marchar”.
Por otro lado, están las colectividades que apoyan la marcha, no sin antes exponer sus reparos. El Partido Conservador, que al principio no estaba convencido del proceso de paz, en los últimos días expresó un irrestricto apoyo. Sin embargo, anunció que no marcharía junto a Petro y la Marcha Patriótica, pues “no queremos que se confunda nuestro apoyo a la paz con otros intereses políticos”, dijo el presidente de la colectividad, Efraín Cepeda.
En este mismo sentido se expresó la presidenta del Polo Democrático Alternativo, Clara López Obregón. “Estamos alertando a la ciudadanía y a nuestros militantes para que no confundan el apoyo a la paz con el respaldo a Santos y su reelección”. Al mismo tiempo, fue enfática en el rechazo a las descalificaciones al proceso de La Habana emitidas por los expresidentes Uribe y Pastrana, los acuerdos del alcalde Petro con el presidente “que van más allá de la paz” y la propuesta de prorrogar por dos años el período del Ejecutivo y el Legislativo.
Precisamente fue la exsenadora Piedad Córdoba, vocera de la Marcha Patriótica, la que hizo esa propuesta para que el proceso no tenga la presión del año electoral que se avecina. Respecto a la manifestación, Córdoba afirmó que “insistiremos en el cese al fuego bilateral y avanzaremos en la defensa de lo público, como lo ha planteado la Alcaldía de Bogotá”. No obstante, dijo que “esto no es de la Marcha Patriótica, del Distrito o de la izquierda. Queremos que todos los sectores que creen que la paz es una necesidad se sumen”.
Pese a la aparente coincidencia de los diferentes sectores del país político en torno a la necesidad de respaldar el proceso de paz, los enemigos declarados de las negociaciones, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe y el procurador Alejandro Ordóñez, han hecho sonar sus voces de inconformidad. A través de las redes sociales han argumentado que no saldrán a marchar pues sería un respaldo a las Farc y han calificado los diálogos como un proceso de impunidad.
Lo cierto es que este 9 de abril, más que cualquier otro, estará lleno de significados. Se recordará como todos los años el magnicidio de Gaitán. Se afianzará la fecha como un homenaje a las víctimas del conflicto armado. Pero sobre todo, lo más importante es que una buena parte de los colombianos saldrá a las calles, 65 años después del comienzo de la espiral de violencia, a decir que llegó el momento de la paz.