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Los votos que no volverán al Senado

Líos judiciales, decisiones personales y muerte, las causas del fenómeno.

Hugo García Segura
11 de septiembre de 2013 - 08:25 p. m.
Los votos que no volverán al Senado

En total son 1’078.481 votos. Un número que hace frotarse las manos y hasta podría sacarle lágrimas a cualquier partido, movimiento o dirigente político en Colombia. Es la suma de los votos que obtuvieron en las elecciones al Congreso de 2010 nueve candidatos de siete partidos que no volverán a aspirar el próximo año, por razones de la justicia, decisión personal o muerte por enfermedad.

El partido más golpeado por esta situación es el de la U, en el que sus dos máximos electores de 2010 no regresarán. Juan Lozano obtuvo 212.840 votos (la mayor votación de todo el país) y ha dicho que no buscará reelegirse como senador. Los rumores hablan de que inicialmente se iría a trabajar al sector privado, al parecer en temas de medio ambiente, y que su objetivo es regresar en 2015 para buscar la Alcaldía de Bogotá.

Pero además de Lozano, Dilian Francisca Toro –quien sacó 151.624 votos, siendo el segundo mejor resultado de la U—no podrá volver. Como se sabe, el 14 de julio de 2012, la Corte Suprema de Justicia le abrió una investigación por presunto lavado de activos provenientes del narcotráfico, para el capo del cartel de Cali Víctor Patiño Fómeque, a quien la senadora supuestamente le habría comprado en forma irregular varios predios ubicados en el Valle del Cauca.

Tras comparecer ante el alto tribunal, el 24 de julio de ese mismo año le fue dictada medida de aseguramiento. Dilian Francisca Toro renunció a su curul en febrero de este año y aunque en julio la Fiscalía decretó la nulidad parcial del proceso, hubo un vencimiento de términos en la práctica de tres testimonios y recuperó la libertad, la investigación penal en su contra continua. En el Valle del Cauca se dice que el actual representante a la Cámara Roosevelt Rodríguez será quien reciba su aval para aspirar al Senado.

Pero además de Lozano y Toro, la U tampoco podrá contar con Piedad Zuccardi, que le significó 74.450 votos en 2010. En marzo pasado, la Sala Penal de la Corte Suprema dictó medida de aseguramiento en su contra en el proceso que se le adelanta por su presunta participación en el delito de concierto para delinquir agravado por sus presuntos vínculos con grupos paramilitares. Actualmente, Zuccardi se encuentra detenida en el Centro de Estudios de la Policía (Cespo) en Bogotá.

Otro partido afectado por la ausencia de su mayor electora es el Verde, que para los comicios de marzo del próximo año no tendrá en su lista al Senado a Gilma Jiménez, que con 207.799 votos fue el segundo mejor resultado del país en 2010. La “senadora de los niños”, como se le conocía, murió el 29 de junio pasado después de batallar durante varios años contra un cáncer. De hecho, la ausencia de Jiménez tiene hoy en aprietos al Partido Verde, que está buscando alianzas con otras fuerzas políticas para poder cumplir con el umbral en las elecciones, pues perdió cerca de la mitad de sus votos de hace tres años.

Por los lados del Partido Conservador, la actual senadora Liliana Rendón, que le representó 109.128 votos en 2010, tampoco volverá, ni al Congreso y todo indica que ni al partido. ¿La razón? Rendón se matriculó hace rato en el movimiento Centro Democrático, que lidera el expresidente Álvaro Uribe, y ya ha dicho que quiere aspirar a la Gobernación de Antioquia en su nombre, en 2015.

En el Partido Liberal, sin duda la carta más representativa que perderán en los próximos comicios al Congreso es Piedad Córdoba, tanto por su número de votos (67.438) como por lo que simboliza en materia social, así muchos sectores la cuestionen y critiquen venenosamente. La “negra”, como se le conoce en el país político, fue destituida el 27 de septiembre de 2010 por la Procuraduría General de la Nación, que además la inhabilitó por 18 años para ejercer cargos públicos.

La sanción obedeció a supuestas pruebas de vínculos con las Farc, extraídas de los computadores del abatido jefe guerrillero Luis Édgar Devia, alias ‘Raúl Reyes’. Por ahora se sabe que las banderas de su legado político serán izadas en las próximas elecciones por su hijo, Juan Luis Castro Córdoba, dentro de las mismas filas liberales.

En Cambio Radical, por su parte, padecerán la ausencia de Javier Cáceres, su mayor elector con 83.922 votos en 2010. El 14 de septiembre de 2010, la Corte Suprema de Justicia ordenó su captura dentro de la investigación por el delito de concierto para delinquir agravado por aparentes vínculos con el ex jefe de las autodefensas Salvatore Mancuso y otras estructuras paramilitares del sur de Bolívar. Posteriormente, en abril de 2012, el alto tribunal lo encontró culpable de los hechos que se le imputaban y lo condenó a nueve años de prisión.

Y hablando de líos judiciales, el Polo Democrático perderá a Iván Moreno Rojas, detenido desde finales de abril de 2011 por orden de la Corte Suprema, que lo investiga por los delitos de concusión, cohecho y celebración indebida de contratos, dentro del llamado “carrusel de la contratación” en Bogotá. Moreno Rojas fue en 2010 la segunda votación del Polo: 86.155 respaldos. Por último, el Partido de Integración Nacional (PIN), que recientemente se transformó en Partido Opción Ciudadana, no podrá tener en su lista al Senado a su mayor elector: el vallecaucano Juan Carlos Rizzetto, fallecido en enero de 2012 víctima de un cáncer de páncreas.

Claro, además de estos nueve nombres –destacados por ser votaciones altas y representativas en cada uno de sus partidos--, son muchos los rumores que corren en cuanto a otros que podrían no volver a aspirar. Por ejemplo, en el partido de la U se habla de Plinio Olano, Karime Motta, Efraín Torrado y, con seguridad, de Aurelio Iragorri Hormaza, quien quedaría inhabilitado por el cargo que tiene su hijo, el recién nombrado ministro del Interior, Aurelio Iragorri Valencia. A esta lista se podría sumar Juan Carlos Vélez, hoy precandidato presidencial del Centro Democrático.

Es el juego de la política. Lo cierto es que en estos momentos todas las colectividades hacen cuentas y trabajan en la conformación de sus listas al Congreso. Muchas, seguramente, pensando en los apoyos de esos candidatos que no regresarán, con la intención de ganarse a sus votantes, porque como dijo un dirigente en voz baja, “esos voticos no se pueden dejar perder”.
 

Por Hugo García Segura

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