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'La lucha es contra el racismo estructural'

El embajador itinerante de Uruguay, Jorge Romero, habló de racismo, esclavitud y proceso de paz en Colombia.

Alfredo Molano Jimeno
16 de septiembre de 2013 - 10:00 p. m.
Jorge Romero, embajador itinerante de Uruguay, asistió al encuentro de mandatarios afros en Cali. / Juan Camilo Silva
Jorge Romero, embajador itinerante de Uruguay, asistió al encuentro de mandatarios afros en Cali. / Juan Camilo Silva

El pasado sábado terminó la primera parte de la Tercera Cumbre Mundial de Alcaldes y Gobernadores Afrodescendientes, que se realizó en Cali. Hoy el evento se traslada a Cartagena, donde los más de 900 asistentes continuarán trabajando en la discusión de políticas públicas para generar desarrollo social en las comunidades negras. Hasta el Corralito de Piedra llegará el reverendo Jesse Jackson, uno de los más fuertes activistas de la causa negra en Estados Unidos.

A propósito de este importante encuentro, El Espectador entrevistó a Jorge Romero Rodríguez, embajador itinerante de la República Oriental de Uruguay, quien es responsable de las políticas étnico-raciales de su país. Romero habló del papel que cumplió Montevideo en la trata de esclavos, de políticas de inclusión a los afrodescendientes y de las posibilidades de que el proceso de paz entre el gobierno Santos y el Eln se realice en territorio charrúa.

¿Cuál es el panorama étnico racial de Uruguay?

Hemos avanzado mucho en la materia. El Estado uruguayo es consciente de que estamos ante un fenómeno histórico. Lo hemos llamado racismo estructural y exige tres cuestiones básicas para enfrentarlo: participación ciudadana, políticas estratégicas de inclusión y creación de toda una institucionalidad, como el Ministerio de Desarrollo Social, el Departamento de la Mujer Afro, entre otras. También se está adelantando una comisión a nivel presidencial que sigue los resultados de la Tercera Conferencia Mundial contra el Racismo y le hará seguimiento a las leyes afirmativas que se vienen trabajando. Con esto se quiere impulsar el desarrollo de la ciudadanía, especialmente de la población afro, que son las más pobres y excluidas. No son ajenas a la realidad que vive América Latina.

Y en términos de población, ¿cómo es el tema afro en su país?

Uruguay tiene 3’200.000 personas. Somos el país más pequeño. Y según el Instituto Nacional de Estadística y Censo, entre el 8 y 10% es población afro. Lastimosamente sus niveles de desarrollo son los más bajos de la ciudadanía. Tenemos mucho trabajo en materia salarial, y ni hablar del tema de las mujeres que sufren una triple discriminación: por mujer, por pobre y por negra. Estamos revisando el fenómeno de la educación, que es una de las mejores herramientas para atacar el racismo estructural.

¿Cómo se debe enfrentar ese racismo estructural del que habla?

Se requiere adelantar programas de concientización en el conjunto de la sociedad, pues el racismo es un tema de las mayorías contra las minorías. Este es un fenómeno creado en la ingeniería de la trata de esclavos. Hace falta analizar los efectos de la esclavitud en nuestros tiempos. Y es que la esclavitud no fue un asunto de diez años, fueron casi 400, y eso es lo que explica el racismo estructural. Pero hay un movimiento de conciencia mundial que ha avanzado mucho.

¿Cómo se dio el proceso esclavista en Uruguay?

En el océano Atlántico se construyeron una serie de puertos con varios fines, uno de estos las medidas comerciales de la época, entre esas la horrenda esclavitud. El último puerto hacia el sur fue Montevideo, que fue creado como zona de venta de esclavos. Allí se concentraban los cargamentos para que fueran distribuidos por la zona sur, hoy Mercosur. La trata de esclavos fue una ingeniería muy desarrollada. Fue la globalización del momento. Todos los países se vieron involucrados. A cada lugar se llevaban esclavos especializados en cierta área de producción: minería, ganadería o plantación. Eso hay que estudiarlo con detenimiento, porque producto de eso es que hoy hablamos de 200 millones de afrodescendientes en las Américas y de esos más del 60% están en condiciones de pobreza. Hay una explicación histórica importante.

Pasemos al tema de paz, ¿qué papel está cumpliendo Uruguay en el proceso de paz?

Nuestro presidente ha dicho públicamente que estamos a favor de la paz. Una de las zonas más ricas del planeta es nuestro continente. Ya pasó el tiempo de conflictos internos, que tiraron nuestras democracias. Nosotros los uruguayos sufrimos eso, costó vidas, por lo tanto, tenemos un interés muy fuerte en la paz. Nuestro apoyo y colaboración están disponibles, por supuesto, en la medida en que lo decidan los encargados del tema. Porque debo advertir que esa no es mi área de trabajo, ni tengo autorización para pronunciarme sobre asuntos puntuales. Lo que sí puedo decir es que hay una vocación ciudadana y de nación a dar el mayor apoyo en la paz de Colombia.

¿Y veremos un proceso de paz con el Eln en Uruguay?

Mis comentarios no son oficiales. Colombia va hacia una conversaciones de paz con el Eln. Y ese tema en específico lo manejan las personas encargadas de ambas naciones. No tengo instrucciones para hablar de eso. Pero nuestro presidente ha sido claro en afirmar que brinda el apoyo en lo que Colombia considere. Les deseo a los colombianos éxitos en su proceso de reconciliación, que espero sea lo más pronto.

Por Alfredo Molano Jimeno

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