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A sus 64 años, Luis Emilio Pérez Gutiérrez se quedó con el mandato de la Gobernación de Antioquia hasta 2019. Lo logró después de un protagonismo político y público en el departamento en los últimos 20 años, como alcalde de Medellín en el período 2001-2003, como aspirante fallido en tres ocasiones para administrar esta ciudad y como funcionario en cuatro cargos públicos.
En esta oportunidad, Pérez Gutiérrez se trepó a la Gobernación con el proyecto de gobierno “Pensando en Grande”, un historial político tan elogiado como cuestionado, un presupuesto cercano a los $1.400 millones y con los avales del Partido Liberal y Cambio Radical.
Sus propuestas son ambiciosas. Pérez ha hablado, por ejemplo, de construir el Plan de Ordenamiento Territorial Agrícola, crear el Banco de los Pobres, crear la Universidad Digital de Antioquia y una Escuela Móvil para llevar ciencias y tecnología a los centros rurales. También pretende gestionar dobles calzadas, ciclorrutas, motorrutas y bulevares peatonales en las Autopistas de la Prosperidad en Antioquia, y revisar “los altos costos de los servicios públicos”.
La figura menuda de Luis Pérez, sin embargo, ha generado un tsunami político en Antioquia en los períodos electorales a autoridades locales de 2007, 2011 y en las recientes. Sus férreos detractores lo califican de populista, derrochador y corrupto, y aseguran que se rodea de criminales. Y sus defensores dicen que ha sido uno de los mejores alcaldes de Medellín y que los ácidos señalamientos vienen del poderoso empresariado paisa y de un sector de la prensa antioqueña y bogotana.
En medio de este pulso político, Pérez emprendió el camino a la Gobernación con los avales del Partido Liberal y Cambio Radical, y con el apoyo de veteranos políticos como Bernardo Guerra Serna, padre de Andrés Guerra (Centro Democrático), quien también aspiraba a la Gobernación.
El apoyo político a Luis Pérez contrastó con la soledad en el respaldo económico. Cifras de Cuentas Claras, actualizadas al 15 de octubre, muestran que no recibió respaldo de empresarios antioqueños. De los cerca de $1.400 millones en ingresos para la campaña, $1.000 corresponden a un crédito del Banco de Occidente, $188.646 millones son de la rentista de capital María Patricia Vallejo Agudelo y $211 mil millones son de su sobrina María Pérez Vallejo y su hermana Marta Lucía Pérez Gutiérrez.
Luis Pérez se caracterizó por su silencio durante esta campaña. Los gastos en propaganda electoral se acercaron a los $545 millones –los de Federico Restrepo superaron los $1.170 millones– y no asistió a algunos debates. Luis Guillermo Pardo, un exconcejal muy cercano a su campaña, dice que se hizo una campaña de silencio como señal de prudencia, respeto y no agresión en un escenario en el que, según él, el candidato de “Pensando en Grande” era blanco de calumnias.