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La lupa de Valenzuela a los últimos gobiernos

De paso por Colombia, el académico y exsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental hizo una radiografía de Pastrana, Uribe y Santos.

Norbey Quevedo Hernández
30 de noviembre de 2013 - 09:00 p. m.
Arturo Valenzuela es invitado habitual a escenarios de debate sobre asuntos latinoamericanos, su especialidad. / Archivo
Arturo Valenzuela es invitado habitual a escenarios de debate sobre asuntos latinoamericanos, su especialidad. / Archivo

Arturo Valenzuela Bowie es el latinoamericano que ha ocupado el cargo más alto en la historia de Estados Unidos. Llegó a la cúspide de su carrera en 2009, cuando el presidente Barack Obama lo designó subsecretario de Asuntos Hemisféricos. De origen chileno, migró al país del Norte a los 16 años. Profesional en ciencia política, docente de varias universidades, ya había probado las mieles del poder. Fue en 1997 cuando el presidente Bill Clinton lo nombró consejero especial para la región. Desde entonces sus vínculos con Colombia se hicieron fuertes. Hoy es una autoridad para hablar del pasado, presente y futuro del país.

Regresa usted a Colombia, ¿qué lo trae por el país?

Siempre cuando tengo la oportunidad de ir a Colombia voy, porque me encanta el país, buenos amigos, buenos recuerdos y tengo un vínculo fuerte con Colombia, empezamos  trabajando sobre Colombia con el Presidente Clinton, adicional un tema de academia desde la Universidad de Georgetown.  En este momento estoy trabajando con una firma de abogados represento varios clientes que invierten en este país.  Esas son mis motivaciones principales.

Usted es uno de los padres del plan Colombia, ha pasado mucho tiempo desde que el proceso se consolidó, ¿cómo percibe el país luego de esa generación que hizo del Plan Colombia?

Yo entro a la Casa Blanca en junio de 1999, y de inmediato se me plantea qué vamos a hacer con relación a Colombia, una reunión que tuve con mi jefe directo que era el Presidente Clinton quien me dice haciendo referencia a temas de seguridad internacional estamos en un momento donde tenemos que asumir una política de Estados Unidos de apoyo a Colombia una política que se encontraba en un tercer nivel y había que subirla a primer nivel y vamos a abonar el terreno para apoyar esa decisión.   Hay mucha gente que no va a estar de acuerdo discutimos y en  Octubre de 1999 el Congreso no lo aprobó así que luego gracias al Presidente Clinton y su insistencia finalmente lo hicimos.  Yo soy testigo de que fue el Presidente Clinton personalmente que dijo esto lo tenemos que hacer.  Estaban muchos sectores en contra de hacerlo, estaba la Guerra de Kosovo, la guerra de los Balcanes, había muchos temas en el tapete, y uno pensaría que Estados Unidos lo puede hacer todo pero no lo puede hacer todo.  Eso es un ejemplo, me alegra que lo hicimos porque se trató de un momento importante, porque internacionalizó el conflicto en Colombia y tanto Estados Unidos como otros países en el mundo, lo que hicimos fue apoyar los procesos acá, al mismo tiempo había un proceso que al final de cuentas desenmascara a las FARC.  Me impresionó del análisis que hicimos allá de ver como el Estado Colombiano estaba ausente de grandes territorios del país.  Incluso yo sacaba mi parte académica y decía como dice Webber que en estados donde las instituciones deben representar un legítimo uso de la fuerza, y lo que pasa en Colombia es que había un legítimo uso de la fuerza representado, y eso tiene que ir tejiéndose.  Viéndolo ahora, obviamente que es un esfuerzo de Colombia.

¿Usted habla de ausencia de Estado, pero desde el punto de vista militar que perspectiva tenía en ese momento?

Uno percibía que la fuerza de autoridad en Colombia, muy especialmente las Fuerzas Militares que no tenían la capacidad de poder responder a los triples desafíos que tenía Colombia en ese momento, a la guerrilla, a los paramilitares, el narcotráfico y a todas las fuerzas ilegitimas que había en ese momento.  Lo que había que hacer era crear esa capacidad.

Hasta que punto enfatiza uno en la parte militar, pero había que concentrarse en batallones de ríos,  también en las casas de justicias, como incrementar el legítimo uso de la fuerza.      Su concepción cabal del Estado de Derecho en el país.   Es extraordinario lo que se ha podido lograr entonces.

En su concepto después de ese tema militar, y de presencia del Estado, qué percibe que hizo el Gobierno Pastrana?

El Gobierno del Presidente Pastrana jugó un papel muy importante, internacionaliza el conflicto, confirma un apoyo importante de Estados Unidos,  conforma una estrategia y un plan de trabajo conjunto, tuvimos reuniones de ambos gabinetes lo que impulsa los esfuerzos.   El propio Gobierno de Pastrana por fin se da cuenta que no va a prosperar la negociación de paz, y eso desenmascara a las Farc y deja consolidado un proceso que le permite al Presidente Uribe con su gestión salir adelante.  Un historiador del futuro 50 años más adelante, va evidenciar que ambos procesos están muy relacionados, si bien no estoy de acuerdo en algunas cosas reconozco que la estrategia del Presidente Uribe fue cabal e importante, después hasta cierto punto después del fracaso de las gestiones anteriores.

Recuerdo que el entonces Coronel Óscar Naranjo me dijo aquí estamos sobrepasados porque hemos pasado de la guerra de guerrillas a la guerra de movimientos. 

Luego de análisis que habíamos hecho, en Colombia se ha cuestionado el hecho de fueron superadas las fuerzas de orden. 

En Colombia se ha cuestionado mucho que en algún momento cuando estaban en las negociaciones de paz se fortalecieron las Farc y eso se lo cobra de alguna manera la historia   del conflicto colombiano al Presidente Pastrana: ¿Cree que es un poco injusta la historia, que juzguen mal lo que hizo el Gobierno Pastrana frente al Proceso de paz?

Pienso que si ha sido un poco injusta la historia sobre el proceso de paz porque lograr internacionalizar el conflicto. Es una forma muy importante de empujar hacia atrás una percepción que sobre Colombia había más en Europa que en Estados Unidos que este era un país corrupto, que las fuerzas populares eran las que representaban la voluntad popular, etc.  Una narrativa que salía de otra época.  Hasta cierto punto todo se desenmascara y yo creo que hasta cierto punto el aporte no solamente en la internacionalización, sino con el apoyo decidido a una situación donde estaba sobrepasado el Gobierno de Colombia, y se requería una respuesta militar importante, pero también toda una organización distinta y al mismo tiempo finaliza en Colombia el proceso de paz.  Hay críticas injustas, que eso le dio tiempo a las FARC de consolidarse, y no, Colombia tenía que armarse bien para confrontar ese desafío, todo esto le dio la oportunidad a la sociedad.   Hoy en día por eso es que estamos en procesos muy distintos, hoy en día con el proceso de paz en ese época.  Estas cosas hay que verlas en su conjunto es cierto que hay un proceso de paz, pero hay un esfuerzo de internacionalización del conflicto.

Cuál es su visión de cómo lo afronta el Presidente Uribe todo ese proceso durante sus 8 años de Gobierno?

La visión es tal como lo decía antes, en un país tan complejo tan grande, de tanto territorio, por fin poder afrontar la capacidad de ejercer Estado, dentro del territorio nacional en lugares importantísimos donde otros elementos sub estatales informales estatales.  Eso cambia, soy de los que pienso que dentro del respeto que le tengo al Presidente Uribe, que hizo una labor extraordinaria en términos de seguridad, si no hubiese sido por los dos esfuerzos, el esfuerzo del Presidente Pastrana que ahora se valora menos, de haber empezado este proceso y yo vivo muy orgulloso de que Estados Unidos pudo enfrentar una situación en un país latinoamericano y responder perfectamente bien.  Hay dos cosas que el Presidente Bill Clinton hizo en relación a América Latina, el te diría que en su gestión de gobierno de sus 8 años, el pondría la ayuda y apoyo decidido a Colombia como una de las 4 o 5 cosas más importantes que hizo a nivel internacional. Y estamos hablando por ejemplo del caso de México, la aprobación del NAFTA con México, pero sin duda hasta el día de hoy, el plan Colombia, y el Presidente lleva una pulsera colombiana siempre con él.

Usted conoce el Gobierno Clinton y el Gobierno Obama, qué transformaciones ve Usted de la mirada que tenía el Presidente Clinton y la qué tiene frente al caso colombiano?

Yo creo que hay que reconocer que está de intermedio el 11 de septiembre, los ataques terroristas a Estados Unidos, un giro que hasta cierto punto ha tenido Estados Unidos en torno al tema del terrorismo a nivel internacional, cuando obviamente hay una complementariedad con los esfuerzos que ha hecho Colombia con respecto a estos temas, pero que a la larga lo importante es que el Gobierno de los Estados Unidos hace un compromiso basado también en la corresponsabilidad y eso hay que tenerlo también en cuenta y muy claro.  Se habla solamente de que Estados Unidos ahora ha reconocido su responsabilidad con esto, pero no, lo reconoció mucho antes precisamente porque en ese momento Estados Unidos era mucho más que hoy y había posibilidad de la droga que nutría mucha de la insurgencia en Colombia. 

Pero vamos al Gobierno de Obama que hace este Gobierno, hacer un análisis bastante profundo de cómo encarar el tema del narcotráfico en toda la región, y esto aplica también a Colombia, yo creo que se le da hasta cierto punto un toque distinto en el sentido que se asume mucho más de que en el tema de narcotráfico uno no tiene que perder del punto de vista que en el fondo es un tema que tiene que ver con salud pública, y que la respuesta que uno le hace al tema del narcotráfico no es solamente hacer de la imagen de la guerra contra la droga, a la imagen de como poder aceptar sociedades que definitivamente puedan lograr asegurar que la salud pública es lo que está en juego con el consumo de drogas ilegales, sea el horizonte más importantes, y en ese sentido un visión más integral de la lucha contra la droga y el narcotráfico, no solamente tratar de matar los narcotraficantes y desarticularlos, sino también asegurarse de que uno tiene que prestarle más atención a la juventud y a los viejos, que uno tiene que prestarle más atención a la educación mucho más enfocado a la salud pública en general.  Ahí hay un giro y al mismo tiempo al hacer eso Estados Unidos hace más su responsabilidad el tema de salud pública frente a la droga.   Y Estados Unidos le pide a Colombia y a otros países que se responsabilice más por ejemplo los temas militares, que Estados Unidos ya no va a seguir en eso, se criticó al principio eso, pero donde se le iba a poner un esfuerzo muy grande al tema de desarrollo alternativo y efectivamente el presupuesto para Colombia siguió siendo uno de los presupuestos más grandes que los de cualquier país latinoamericano. El Presidente Obama se centró en plantear  como crear un desarrollo alternativo que le de oportunidades a la ciudadanía para que no tengan que seguir en estas actividades delictivas.

Es errada la percepción de que el Gobierno del Presidente Clinton en materia de recursos fue superior a lo que pasó en el Gobierno Obama?

Es errado pensar que se necesitaba un nivel de recursos parecidos, la verdad es que precisamente porque tuvo éxito la seguridad democrática como estrategia para usar la palabra de la concepción del Presidente Uribe en esto, eso permite que Estados Unidos le ponga más esfuerzo en su colaboración a su cooperación con Colombia en temas como el desarrollo alternativo y menos en la parte bélica.   Este fue un debate que tuvimos desde el comienzo, me acuerdo que en un momento nosotros quisimos ponerle más dinero a la parte social y nos dimos cuenta de que en un comienzo uno tenía que comprar helicópteros, por ejemplo un Black Hawk costaba millones de dólares, pero que vuele un Black Hawk cuatro o cinco años cuesta muchísimo más.   Con 40 millones de dólares que es lo que uno podría hacer conformando casas de justicia, pues mucho.  En ese momento había que darle fuerte a lo otro y después a través del tiempo darle el fuerte mas a la cooperación de nuevo a los otros aspectos, más a nivel social. 

¿Qué recibe el Presidente Santos, qué aporte recibe del Gobierno Pastrana y del Gobierno Uribe, cómo cree usted que recibe el Presidente Santos el país?

El Presidente Santos ha jugado un papel muy importante en todo este proceso, fue Ministro de Defensa en el Gobierno del Presidente Uribe, entonces es uno de los arquitectos de estos esfuerzos, pero al mismo tiempo cuando asume en gran medida se han podido ir superando mucho estos problemas y se requería ir entrando a otro camino y es aquí donde es lógico pensar que lo que quedaba todavía por hacerse era el tema de la Ley de Tierras, de la Ley de Víctimas, ya mismo a lo mejor había momentos en que se podría retomar de nuevo lo que los colombianos llaman el conflicto interno para ver si en este momento uno pudiese solucionar eso, que es apropiado, una situación donde la correlación de fuerzas era completamente distinta a la correlación de fuerzas entre Estado e insurgencia en el momento cuando nosotros en la Casa Blanca tuvimos un esfuerzo de colaboración.

¿Qué opinión tiene de lo que está pasando con el  proceso de paz con las FARC?

Yo opino que el Proceso de Paz es importante para Colombia ayuda enormemente en muchas cosas, se que la justicia, los temas de las víctimas, el tema de tierras, es difícil tener reconciliación, a lo mejor como dicen mis amigos, en otros países que han pasado por situaciones similares.  A lo mejor lo que uno busca no es necesariamente reconciliación, a lo mejor uno encuentra convivencia, a lo mejor hay una distinción importante que hay que hacer entre convivencia y reconciliación.  Se requiere asumir el tema de la justicia, eso es importante porque eso se hace  para poder seguir adelante.   Yo creo que es un momento importante, espero que tengan éxito, creo que la cosa va relativamente bien, a pesar las dificultades y que si hay un aporte.  Desde el punto de vista más bien geopolítico o incluso de seguridad le sacaría de la mesa al Estado de Colombia una variante de los problemas y de los conflictos que tienen que ahora están siendo sobrepasados por otras variaciones, que son las Bacrim, variaciones criminales que siguen siendo un desafío enorme para el país.  

¿Hasta qué punto con la visión externa que usted tiene, en el caso de Colombia, como se ve a nivel internacional, por ejemplo en Estados Unidos, sigue siendo un conflicto interno que llama la atención de la misma manera, o nosotros lo sobredimensionamos?

En la parte realista y estoy hablando de una persona que conoce relativamente bien el tema colombiano, en el sentido de que se que todavía hay muchos desafíos por delante, reconociendo sin embargo el enorme progreso que ha hecho Colombia, y yo le puedo decir ahora que estoy trabajando con la firma de abogados Covington and Burlin,  en Washington el entusiasmo que hay por parte de inversionistas internacionales, empresas americanas, de India, Corea, Japón o  Chinas, tengo la oportunidad de estar con una firma global que tiene clientes a nivel mundial y ven a Colombia y con su inclusión en Alianza del pacífico, con muy buenos ojos, este es un momento muy importante para Colombia.  Es un país atractivo, un país de 47 millones de habitantes, que está mejorando, que está creciendo y que requiere inversión e infraestructura y eso atrae al mundo. Entonces es muy importante que se siga también progresando en los otros temas, tema de seguridad jurídica entre otros tantos.

Retornando al tema de las FARC ahora que estamos en un proceso de negociación, sin embargo las mismas FARC en lo que va corrido del año siguen haciendo varias escaramuzas terroristas ¿cómo interpreta usted estas acciones que son una crítica de varios colombianos que miran con reparo el proceso de paz, que mientras ellos están en La Habana, acá siguen produciéndose atentados?

Con razón tienen que tener cierto escepticismo de las impresiones que tienen, pero eso no significa que uno no asume la responsabilidad, veamos también hoy en día estamos hablando mucho de los esfuerzos que ha hecho el Presidente Obama en relación al tema de Irán y muchos críticos están diciendo lo mismo, este señor se está equivocando, nunca lo van a hacer, no le conviene a Estados Unidos, etc.  Y yo no estoy de acuerdo con eso.  Así como hay mucha gente que dice, bueno, la solución del medio oriente es imposible, a lo mejor uno no tendrá una solución fácil al problema palestino, pero yo estoy absolutamente convencido que uno tiene que tener un proceso de paz, uno no podrá tenerlo todo listo, pero sino tiene un proceso de paz, uno comete un gran error.  Hasta cierto punto pienso que pasa lo mismo con Colombia, existen estas desavenencias, estas desavenencias están mucho más descabezadas que antes, no son tan coherentes. Uno tiene frentes que a lo mejor no le responden tanto a las autoridades centrales como en otra época, aunque siempre hemos sabido que estas organizaciones han sido efectivamente heterogéneas con frentes muy distintos, habiendo dicho eso, yo creo que es importantísimo tratar de seguir adelante para saber si uno llega a una solución, sino pues toma una actitud contraria, y dice ah no vale la pena negociar.   Yo creo que uno comete un error porque se ha visto en la historia, que si uno puede negociar es mucho mejor que continuar con una solución bélica porque una solución bélica nunca es la mejor para un país. 

¿No le preocupa al Gobierno de Estados Unidos el tema de impunidad con respecto al proceso de paz colombiano?

Yo creo que como dije anteriormente que cuando uno se embarca en un proceso de paz, uno tiene que tener muy claro que los objetivos tienen que ir hacia una normalización del país, y esa normalización del país no significa necesariamente una reconciliación sino que lo que se busca es algún tipo de convivencia, pero la convivencia al mismo tiempo no se puede hacer si no hay verdad y al mismo tiempo si no haces un esfuerzo por la justicia.  Un proceso de paz no puede estar basado en política.

A pocas cuadras de aquí hace unos meses en una zona de restaurantes en una acción delincuencial asesinaron a un agente de la DEA ¿cómo se vio eso a nivel internacional?

Siempre es difícil eso no cierto, siempre es difícil en Estados Unidos cuando eso ocurre, pero tampoco se puede uno responsabilizar a un país de que no cuido por ejemplo a un agente de los Estados Unidos, estas cosas ocurren en todas partes del mundo, uno esperaría que no ocurran, pero es la naturaleza de este tipo de trabajos, yo creo que lo que yo valoro es que todavía hay una cooperación muy importante entre Estados Unidos y Colombia en estos temas y hay una confianza que se ha podido desarrollar que probablemente yo diría que Estados Unidos con ningún país en América Latina ha podido ha podido desarrollar un nivel de confianza como el que se ha podido desarrollar con Colombia, precisamente porque fue una travesía compartida, y esa travesía continua. 

Hoy salió justamente una cifra que es preocupante no para el entorno colombiano pero si a nivel internacional, y es que en los primeros nueve meses de este año se han registrado en Colombia alrededor de 300 secuestros, ¿qué piensa usted de eso?

Hacemos frente a un problema muy serio de América Latina, y es lo que me propone esta última pasada por el Gobierno, porque la primera vez que yo estuve en el Gobierno Clinton me tocó México y la segunda vez en la Casa Blanca, Colombia, y esta última con el Presidente Obama, el esfuerzo en Centroamérica, en donde hay en muchos lados un deterioro bastante importante, de instituciones que ya eran frágiles por la criminalidad, por la inseguridad ciudadana, por la falta capacidad de Estado y de todo lo demás.  Estos secuestros son cosa muy seria, en un país como Honduras, por ejemplo, hoy en día es un verdadero desastre, estamos hablando de niveles de homicidio altísimos que desaparecieron hace mucho tiempo en Colombia esos niveles, entonces todo hay que ponderarlo también desde una óptica histórica, entender que nunca estamos como sociedades perfectamente, siempre tratamos de solucionar problemas, siempre hay altos y bajos, pero a mi juicio para Colombia la trayectoria es enormemente positiva. 

La semana pasada cuando el Presidente Santos anunció públicamente su aspiración a un nuevo mandato, a una reelección ¿cuál es su opinión como académico al respecto?

Yo le voy a ser muy honesto a usted, y esto desde una perspectiva netamente académica porque he trabajado mucho este tema en mi propio trabajo académico que se ha basado en el tema de la consolidación democrática y cómo crear regímenes democráticos que puedan crear efectivamente, gobernar con esta soberanía popular que manda, cómo traducir esa soberanía popular a las esferas del poder, para poder gobernar en una sociedad basada en el veredicto popular, esa es la clave de la democracia, y para que eso sea exitoso a la larga, las instituciones tienen que ser más importantes que los hombres y las mujeres, en ese sentido yo soy partidario en sistemas presidenciales de reelección de un Presidente una vez, pero estoy absolutamente convencido que no le conviene a las democracias presidenciales tener un Presidente más allá de una vez.  La fórmula que se estableció en Estados Unidos y en algunos países latinoamericanos es que uno tiene un gobierno y si le va bien uno tiene la posibilidad de una reelección, me parece bien.   Lo que no me parece bien es una reelección posterior o posterior.  Hagamos un recuento en Venezuela nunca se fue Carlos Andrés Pérez, en Venezuela nunca se fue Caldera, personas que yo respeto mucho, incluso nunca se fue Alfonsín.  Yo tenía una gran amistad en Argentina con el Presidente Alfonsín, pero qué pasa cuando no se van estos líderes, en sistemas parlamentarios no ocurre eso, quiero recalcar eso.  Qué pasa cuando no se van estos líderes, siguen liderando los partidos, y entonces no hay tiraje de chimenea, no entran generaciones nuevas, y no puede haber una percepción en una democracia de que hay 4 o 5 líderes que lideran y que pueden gobernar un país sofisticado de 50 millones de habitantes, por favor, hay mucha gente capaz, y es más sana la democracia cuando efectivamente hay tiraje de chimenea, cuando efectivamente pueda irse.  Lo otro que ocurre con el sistema presidencial y con la reelección del Presidente es que pasa a ser una cosa de familia y le aseguro que usted no puede decir qué Primer Ministro europeo por más que haya sido efectivo o fuerte, estamos hablando de Margaret Tatcher, Helmut Kohl o Tony Blair, por buenos que hayan sido,  donde la esposa o el hijo aspiran el mismo día, eso no ocurre porque el liderazgo surge de un proceso institucional que no es una cosa plebiscitaria que es más indirecto al Presidente mismo.  Ahora, los críticos de esta tesis me dicen pero es que usted no entiende que en América Latina somos así, pero la respuesta es también somos así porque las instituciones permiten eso.  No es cierto que en Europa no haya habido figuras; toda la historia de Europa está basada en monarcas y en figuras como en el  Siglo   Mussolini o Hitler o los demás.  Las instituciones si tú las cambias para privilegiar en una democracia, las instituciones sobre los hombres y las mujeres que son líderes, yo creo que uno conforma una política mejor, una gobernabilidad mejor. Entre paréntesis, para que no aparezca que estoy criticando solamente los países latinoamericanos, estaría diciendo que está pasando lo mismo en Estados Unidos hasta cierto punto, hay una especie de empate político en este momento punto se sobredimensiona el presidencialismo, a los líderes y las instituciones tienen estar muy por encima de los líderes.  

Precisamente en Colombia habla usted de líderes que construyeron con mucho éxito todo esto de lo que hemos hablado, mandatarios antes Uribe y Santos eran amigos y hoy son enemigos, ¿Qué piensa usted de esto?

Yo creo que es una lástima que ocurran esas cosas, no es nada novedoso, yo creo que uno no lo ve en muchas latitudes, es una lástima porque yo creo que han compartido mucho y ambos han contribuido en forma extraordinaria al país y a lo mejor en distinta época tienen que cooperar en forma distinta, uno no puede seguir con las mismas políticas, pero nuevamente vuelvo al punto fundamental que es lo anterior, debiéramos preocuparnos menos de las personas y preocuparnos más de las instituciones, si verdaderamente podemos avanzar como democracia, los temas de las desavenencias personales pasarían a ser menos importantes y efectivamente lo que está en juego son los grandes procesos enmarcados en instituciones democráticas.

¿Qué crítica le haría usted al Gobierno del Presidente Uribe?

Mire, yo preferiría especialmente como tuve una participación directa en la conformación de la asistencia de Estados Unidos a Colombia, no necesariamente pasar a calificar, tampoco no me compete eso.  Yo creo que en un momento si a lo mejor hay una crítica, es que cuando uno pasa de un momento donde efectivamente ya se ha asentado fuertemente el poder del Estado frente a los conflictos internos, yo creo que es también apto y en ese sentido yo creo que lo que pasó con el Presidente Santos siguiendo al Presidente Uribe cuando todo el mundo pensaba seguir con la misma política, y es que uno también tiene que cambiar, tiene que a lo moderar y hacer otra elección, yo creo que eso es sano en una situación como esta, yo creo que en ese sentido, la crítica que sale de los dos lados, es que es una lástima en este momento porque hasta cierto punto lo que están haciendo es lo mismo, ambos líderes quieren lo mejor para Colombia, yo me siento amigo de ambos, como también del Presidente Pastrana, con una admiración enorme que siento por estas personas que han tenido que manejar insisto hombres y mujeres, porque hay mujeres líderes también importantes en Colombia, que han tenido que manejar un país muy difícil y es que no es el momento de estar tirando barro para un lado o para el otro, sino para ir viendo cómo pueden colaborar juntos.   A mí lo que más me angustia de Washington hoy en día es que hay una notoriedad de polarización, de cómo están tratando de destruir al Presidente Obama en este momento diciendo que lo de Irán por ejemplo, que no funciona y eso es un absurdo.  Debemos tratar de bajar los decibeles a la cosa un poco, debemos tratar de seguir creando procesos de reconciliación en el país, eso es lo que le pediría a todos los colombianos, así como a mis correligionarios de Estados Unidos, o también en Chile porque yo soy chileno de nacimiento, entonces tengo también sentimientos muy fuertes ahí.    

¿Qué le ha llamado la atención del gobierno del Presidente Santos?

Yo creo que ha sido audaz en tratar de cambiar un poco el enfoque, yo creo que hasta cierto punto ha contribuido, y que la política anterior ha contribuido militarmente a debilitar a las FARC y a la insurgencia y hasta cierto punto también al girar el Presidente Santos y abrir un diálogo por ejemplo con Venezuela y Ecuador, curiosamente eso también ayuda a Colombia a neutralizar el apoyo que efectivamente tenían estas organizaciones por parte de otros países.   Desenmascarar hasta cierto punto Santos también a Chávez, en el sentido de que Chávez siempre había hasta cierto punto rechazado que estaba apoyando a las FARC, y lo estuvo haciendo y lo desenmascara frente al resto del continente.  Entonces yo eso pienso que le ayudó a darle más seguridad a Colombia al bajarle los decibeles a la polarización increíblemente fuerte que era peligrosa entre los dos países donde uno podría haber pensado con legítima razón que esto podría haberse tornado en un conflicto entre los dos países.  Eso no le convenía a nadie y yo creo que ha sido en ese sentido y a nivel internacional un gobierno con mucho atino.

¿Cómo académico, qué le crítica usted al Presidente Santos? 

A lo mejor esto es una cosa que la digo así en retrospectiva.  A lo mejor fue demasiado audaz al hacer un esfuerzo por meterse en tantos temas complejos, el más complejo es el tema de tierras, el tema de víctimas, aunque yo creo que si había que hacerlo, pero a lo mejor no todo al tiempo.  Pero quien sabe, a lo mejor a la luz de la historia tendremos una opinión distinta.  A lo mejor se tuvo que dar ese vuelco porque solamente dando ese vuelco uno llega a un camino distinto que lleva a un proceso más bien que enfatiza el esfuerzo de reconciliación nacional y de construcción nacional y le das más bien un esfuerzo de confrontación y de lógica de guerra.

¿Por qué usted toma la decisión, pasa por el Gobierno Clinton, pasa por el Gobierno Obama y ahora está dedicado que algo que es diferente, asesorando una firma de abogados, por qué?

Yo he sido académico toda la vida, tengo 40 años trabajando en la Universidad, 9 libros escritos, esa es mi pasión y yo nunca quise dejar mi nombramiento académico.  Las grandes universidades en Estados Unidos le dan a uno dos años de permiso para poder irse, o si no le toca dejar la inamovilidad y pierde la carrera académica.   Yo nunca estuve dispuesto a hacer eso.  La primera vez que trabajé con el Gobierno del Presidente Clinton,  me pedí un año extra y me dieron tres años, luego vuelvo de nuevo con el Presidente Clinton y me dan otros dos años.  En esta última vuelta también me dieron dos años más. Es mucho en un periodo relativamente corto de tiempo y perdí un sabático que iba a dedicar para escribir.  Tengo en el tintero 3 libros, entonces la verdad es que esa es mi vocación primero, segundo yo creo que tampoco soy una persona que quería tener una carrera de gobierno por tenerla.  Es bien interesante que en la vida hagas cosas distintas, tener distintas responsabilidades.  Hoy día trabajando con la firma de abogados, es un mundo extraordinario de la globalización, del cambio tecnológico que está ocurriendo que es con los problemas que se vieron con la crisis financiera encima, entonces es toda una perspectiva distinta y la vida tiene que ser desde perspectivas distintas.

Aquí la circunstancia es que los colombianos pensamos a nivel interno que siguen existiendo problemas de narcotráfico, siguen existiendo dificultades de seguridad que son inminentes, estamos en un tema de proceso de paz y conflicto, ¿por qué sigue siendo atractivo el país para los inversionistas a pesar de estas dificultades?

Porque es un gran país, es un país con muchos recursos, es un país que está creciendo, es el país que ha tenido siempre, Colombia siempre se distinguió de otros países de América Latina incluyendo otras épocas por un manejo macroeconómico más sano.  Este no es el país de las grandes inflaciones o de los colapsos económicos, existe un manejo serio de la economía colombiana a pesar de todas las dificultades que hemos dicho.  Uno de los problemas serios que tuvo el Presidente Pastrana es que le tocó uno de los momentos más críticos económicamente que ha tenido Colombia en mucho tiempo.  Y a eso le agregó más la urgencia de tratar de ver como se podía solucionar el problema interno en Colombia.  Así que el inversionista extranjero ve eso, y ve en Colombia una población extremadamente talentosa, los colombianos se destacan por ser talentosos a todos los niveles de la sociedad, con mucho dinamismo entonces eso atrae mucho.  Ahora, lo que obviamente tiene que hacer el país es asegurarse que el país tenga buena seguridad jurídica, el tema de la corrupción, temas incluso de que la inviabilidad en las instituciones se vayan superando, porque solamente con eso a la larga van a poder ser el atractivo que quisieran ser.

Hablando de inseguridad jurídica, usted cree con su conocimiento y experiencia que si hay inseguridad jurídica en Colombia, porque es un caso recurrente de debate en por la inversión extranjera?

Si el inversionista extranjero se muestra muy entusiasmado con Colombia, pero de repente pasan cosas, pasan cosas que no son muy bien vistas, hubo alguna resolución de algún tribunal, o alguna cosa no comúnmente que se ve por ahí, o un movimiento campesino que quiera tomarse algunas tierras o cosas que no parezcan solucionarse bien.  Entonces hay cierto nerviosismo, no existe digamos el populismo, la irresponsabilidad económica que uno encuentra a lo mejor en otros países latinoamericanos en este momento. Un Estado que quiera controlarlo todo, por ejemplo lo de Venezuela ha sido también tan dramáticamente perjudicial para el país, pero el Estado de derecho todavía no se ha asentado completamente y eso puede espantar al inversionista extranjero si ocurren demasiados casos visibles de injusticias que se le hagan no solamente a los inversionistas extranjeros sino también de repente a empresarios locales colombianos que de repente se encuentran con que las reglas del juego no son transparentes para todos.

El tema de narcotráfico ha mutado y como usted lo decía anteriormente pasamos de carteles a bandas criminales, ¿Qué hacer?

Yo creo que lo que hay que seguir haciendo es efectivamente trabajar en unas políticas públicas, hay un problema de salud pública, las drogas ilegales no van a desaparecer, uno lo ve con las mutaciones que ocurren en el mundo. Efectivamente sino son los cigarrillos, sino es el tabaco, sino es la cocaína, es la heroína, son las anfetaminas, o son de repente ahora las medicinas, los calmantes y todo lo demás.  Por eso es que yo digo que si no nos damos cuenta de que estamos frente a un asunto de salud pública importante que tenemos que manejar.  Cómo manejar eso, primero uno tiene que tener sociedades con oportunidades para las personas, porque cualquier persona es blanco para la criminalidad si son ilegales por problemas de salud pública, y se meten en un mundo ilegal y con factores criminales.  Entonces tiene que tener oportunidades para la gente, tiene que tener empleo, tiene que tener una política y una visión integral.  Pero por otro lado también es un tema educacional y Estados Unidos por ejemplo ha bajado el consumo ahora de las drogas ilegales en más o menos un tercio, en los últimos 30 años, el consumo de cocaína ha bajado un 50%, suben otros, pero el consumo de tabaco también baja, fíjate que la gente ya no fuma igual que antes porque se dan cuenta de que efectivamente no es bueno para la salud.  Hay que tener una estrategia educacional, hay que tener una estrategia social y una estrategia también de cumplimiento de la ley (Law enforcement) como dicen en inglés, entonces yo creo que Colombia tiene mucho por delante en esto, pero yo creo que ya se ha avanzado bastante en estos temas, pero tiene que ser un enfoque integral y no queda de otra.

El problema grande de este país sigue siendo la desigualdad, uno de los países en el mundo con mayor inequidad y es una cifra asombrosa, estamos en extremos de pobreza y de riqueza.

Uno tiene que tener sentimientos, uno tiene que tener inversión, uno tiene que tener todas las cosas tradicionales, pero también tiene que tener políticas audaces por parte de las autoridades a nivel estatal, federal y local, que avancen en eso.   Y la verdad es que en América Latina ha habido mucho progreso en eso, uno se remonta a los años 60 y la situación era otra,  muchos países de Latinoamérica de verdad han avanzado en esto, ha habido un progreso importante en esta materia.  Yo creo que el desafío sigue siendo muy importante y hay que seguir trabajando en eso, cuando uno se da cuenta que las grandes desigualdades no contribuyen de ninguna manera al crecimiento económico y también no es cierto que uno pueda tener grandes desigualdades e instituciones fuertes, las grandes desigualdades afectan las instituciones. 

Desde su percepción académica cómo ve el Gobierno de Estados Unidos al Presidente Uribe?

Yo creo que se valora fuertemente su gestión sin duda. Yo llego al Departamento de Estado cuando él estaba todavía de Presidente en la última vuelta, no me tocó trabajar con él cuando estaba en la Casa Blanca, me reuní con él varias veces incluso cuando fue Presidente electo, le tengo respeto.  Yo creo que la percepción es una percepción positiva, aunque sabe, yo podría agregar algo, hay una preocupación en si por esta digamos polarización que existe en Colombia hoy en día y la percepción de que efectivamente aquí hay una especie de pleito entre dos figuras y eso se ve con una cierta preocupación porque se ve como algo posiblemente dañino para el país, que haya un cuestionamiento tan fuerte de lo que podrían ser las gestiones de paz del Gobierno actual.

¿Y cómo ve Estados Unidos al Presidente Santos?

Como le dije anteriormente hay una buena relación con el Presidente Santos y valoro mucho lo que hizo al girar por ejemplo para restablecer una relación distinta con alguno países latinoamericanos y al mismo tiempo los esfuerzos que se han hecho para seguir adelante para darle un seguimiento como un capítulo nuevo al proceso de la seguridad democrática incluyendo también grandes temas como el tema de tierras, el tema de víctimas y también este esfuerzo por el proceso de paz, se valora en Estados Unidos.

¿Qué representa la visita que va a hacer el Presidente Santos la otra semana a Estados Unidos?

Es muy importante la visita y demuestra que Colombia sigue siendo un país muy importante para Estados Unidos, valoramos enormemente la relación de Estados Unidos con Colombia.  Colombia ha sido como dije anteriormente de los pocos países que han logrado mantener una relación tan fluida y tan fuerte con Estados Unidos, hay valores comunes, y ha habido también una trayectoria y responsabilidades comunes en temas tan difíciles como el tema del narcotráfico.

Por su experiencia, por su conocimiento, por lo que está viendo del país, qué cree usted que viene para Colombia?

 

Yo creo que viene un momento muy importante para Colombia, porque ya he visto que ya han venido episodios significativos para Colombia, estoy feliz porque veo un país tan pujante, con tanto talento, un país bello, atractivo y con gente muy dispuesta a sacrificarse.  La clave es que puedan trabajar juntos, que puedan seguir construyendo puentes, y eso es difícil cuando hay una gran desigualdad y especialmente cuando existe un mundo con muchas polarizaciones, pero el desafío yo creo para los colombianos es ver cómo podemos como país buscar políticas de Estado para hacer historia.

nquevedo@elespectador.com

@norbeyquevedo

 

Por Norbey Quevedo Hernández

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