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La metamorfosis de Andrés Pastrana

El expresidente dice estar hoy más cerca de Álvaro Uribe que de Juan Manuel Santos y rechaza la reelección del primer mandatario. ¿A qué juega Pastrana?

Hugo García Segura
23 de agosto de 2013 - 10:30 a. m.
La metamorfosis de Andrés Pastrana

"Le digo al expresidente (Álvaro Uribe) que hay que darle una oportunidad de paz al país. El mundo ha cambiado, hay un lenguaje distinto, una posibilidad de erradicar flagelos como el del narcotráfico". Eso decía en septiembre del año pasado el expresidente Andrés Pastrana, en entrevista con El Espectador, en defensa del presidente Juan Manuel Santos y en momentos en que se esperaba con expectativa el inicio de un nuevo proceso de negociación con las Farc en La Habana.

En ese entonces, Pastrana estaba convencido de que en 1998, él había sido elegido para la paz y cuatro años después, en 2002, Uribe fue elegido para la guerra. "Ambos contamos con el respaldo casi unánime de la población. En cambio, a Santos le toca enfrentar a un país que no tiene una opinión compacta sobre el tema. Esa es una gran diferencia que él deberá atender", agregó el exmandatario.

En ese entonces, pensaba que la peor herencia que Álvaro Uribe le dejó al país fueron los grupos paramilitares, hoy llamados bacrim y planteaba una espinosa pregunta: "¿Por qué Uribe sí pudo sentar a sus funcionarios con el cartel de Medellín y con los paramilitares en la zona de Ralito, la última zona de despeje que tuvo el país, y donde pactó y negoció, a diferencia de lo que sucedió en el Caguán donde me senté, negocié y no pacté? ¿Por qué Santos no puede hacer ese intento con las Farc?".

Pronunciamientos que bien valen la pena traer al presente, teniendo en cuenta la postura asumida desde hace algunas semanas por el expresidente Pastrana, en contra del jefe de Estado, hasta el punto de reconocer que hoy "está más cerca de Uribe". Un distanciamiento que, se puede decir, comenzó desde noviembre de 2012, tras la decisión de la Corte Internacional de La Haya sobre San Andrés que le quitó a Colombia más de 70 mil kilómetros cuadrados de mar territorial en el Caribe para dárselos a Nicaragua.

En su momento, cuando los la opinión pública y algunos dirigentes políticos en el país cuestionaron la actuación de los gobiernos colombianos frente al proceso, las miradas recayeron sobre los expresidentes Pastrana y Uribe. Y el anuncio del presidente Santos sobre la posibilidad de hacer públicas las actas de las reuniones de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, en las que se trató el caso de la disputa limítrofe con Nicaragua, fue el florero de Llorente que acabó por agrietar la relación.

En marzo pasado, con una carta pública, Pastrana le comunicó al Gobierno que no volvería a la Comisión y que "al abrir documentos que no se deben, aislada y selectivamente, en aras de la justicia histórica, quedarían expuestos a amigos, enemigos y eventuales contrapartes, cerca de cien años de archivo de la Cancillería". Además, en su misiva criticó que el Gobierno Santos quisiera "eludir responsabilidades y buscar chivos expiatorios, acudiendo a abogados nacionales y extranjeros para la defensa de su gestión".

Ese mismo mes, en una nueva entrevista con El Espectador, el exmandatario manifestó que Santos no tenía un mandato para la paz, que el país estaba dividido ante el proceso que se adelanta con las Farc en La Habana y que era "gravísimo" que, por primera vez en Colombia, se realice una negociación con la guerrilla en medio de una elección.

"La gente se pregunta hasta dónde va a ceder el presidente Santos para hacer la paz, no tanto por ella sino para su reelección. Mejor dicho, el proceso puede ser utilizado en ambas vías. Las mismas Farc pueden estar sacándole los ojos al presidente porque ellas saben que se quiere reelegir o el mismo Presidente entregando porque se tiene que reelegir", expresó.

En dicha entrevista, Pastrana dio luces de lo que, según dice ahora, ha marcado definitivamente su ruptura con Santos. Al preguntársele por su lectura a la cercanía entre el Gobierno y los expresidentes Samper y César Gaviria, enfatizó: "Samper no me gusta y el país sabe que tengo diferencias muy grandes con él. Pero es claramente una decisión del presidente Santos. Y creo que todo pasa por la unión del Partido Liberal. Por eso es la cercanía".

Palabras que, en los últimos días, han tomado un tono mucho más vehemente. Según el expresidente, es la alianza que Juan Manuel Santos ha hecho con Ernesto Samper y con Horacio Serpa lo que hace inviable que él y el mismo Partido Conservador apoyen al Gobierno.

"Los conservadores no cabemos donde hay alianzas con Samper (…) El narcotráfico le robó la Presidencia al Partido y a los colombianos en el año 1994 (…) Una alianza entre Santos y Samper es una alianza inmoral, Santos fue el principal conspirador del presidente Samper cuando el proceso 8.000 y hoy no entendemos que hay detrás de esa alianza", dijo.

En su andanada de críticas, Pastrana sacó a flote los tormentosos episodios vividos en el gobierno Samper y el escándalo por la financiación de su campaña por parte del Cartel de Cali. "Santos se reunió con las Farc, con los 'paras' y con otros grupos de la sociedad civil para sacar al presidente Samper", agregó, afirmando en tono sarcástico que el eslogan del Gobierno no debería ser el de JMS (por aquello de la búsqueda de un país justo, moderno y seguro) sino SSS (Santos, Samper, Serpa).

Incluso, Pastrana dice que no apoyará una eventual reelección de santos porque eso sería reelegir a Samper y ya reconoce estar más cerca de Uribe, aunque niega tener acercamientos con este: "No he hablado con él, yo me aparté de él cuando quiso nombrara a Samper en la embajada de Francia". Manifestando además que su partido, el Conservador, lleva 12 años arrimado a los gobiernos por cuotas.

Cosas de la política, dirán algunos, donde los personajes se mueven de acuerdo a las conveniencias. Lo cierto es que bien sea por La Haya o por Samper, el expresidente Andrés Pastrana ha sufrido una metamorfosis en el último año que a muchos sorprende. Pero también, una postura que es mirada con atención desde el Gobierno, pues aún se le reconoce fuerte influencia en sectores del Partido Conservador, donde no se descarta la búsqueda de una alianza con el uribismo.

Lo que en algunos mentideros políticos se preguntan es a qué será lo que está jugando Pastrana, pues creen que el argumento de la alianza de Santos con Samper no es muy sólido para justificar sus críticas, pues Uribe también lo tuvo cerca. Por ahora, en la antesala del proceso electoral y cuando la mayoría de colombianos parecen convencidos de que Santos buscará otros cuatro años en el poder, el expresidente conservador ya se metió a la arena y promete dar la pelea. ¿Para qué? Toca esperar.

Seguramente vendrán más críticas y no se puede descartar una futura reunión entre Uribe y pastrana, que marcaría un hecho político importante de cara a los comicios, tanto a Congreso como a Presidencia. ¿Y Samper? Vale citar un trino puesto hace dos días en su cuenta de Twitter: "Que alguien en el Gobierno le ponga atención al expresidente Pastrana, a ver si deja de quejarse".

Por Hugo García Segura

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