La semana pasada 30 representantes de 17 países de África y Asia que viven en situación de conflicto y posconflicto, como Colombia, estuvieron en Cali y otros municipios del Valle del Cauca, compartiendo sus experiencias con expertos europeos en procesos de paz .
El encuentro era la Cuarta Gira de Cooperación Técnica Sur-Sur, organizada por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y uno de los directores de programas de desarme, desmovilización y reintegración (DDR) invitados fue Grevisse Ditend, de la República Democrática del Congo. En diálogo con este diario, el experto pidió insistir en la búsqueda de la paz, dijo que no hay fórmulas mágicas sobre penas para desmovilizados y pidió hacer encuentros entre víctimas y victimarios.
¿Por qué los procesos de paz son tan difíciles y lentos?
Que un conflicto empiece y destruya todo toma poco tiempo, pero reconstruir y lograr la paz requiere un proceso y muchos esfuerzos. Especialmente cuando la comunidad ha sido afectada moral y mentalmente, se necesita de un proceso de restitución mucho más profundo. La situación del Congo es muy similar a la de Colombia. El problema no son las comunidades sino que muchas veces las ambiciones políticas secuestran los intereses de las comunidades; se requiere una verdadera sensibilización social, individual y colectiva. La paz y el desarrollo son asuntos de todos. Todos los ciudadanos tienen que estar en niveles aceptables de bienestar, con la dotación material y un mínimo de medios de subsistencia. Muchas veces uno se pregunta por qué sufre la comunidad, por qué sufre la gente si tiene todo para desarrollarse, para producir. Lo que necesita es una libertad: librarse del yugo de la guerra y poder alcanzar la felicidad. El Congo y Colombia son países con muchos recursos naturales que se están perdiendo por falta de conciencia, sensibilización y voluntad para la paz.
¿Qué opina del proceso de paz colombiano?
Hay dos fórmulas para alejar la guerra: la negociación política y la vía militar. Colombia va por buen camino hacia la negociación política. Con la acción militar se puede ganar o no, pero las causas profundas persisten, es una solución que deja las raíces del conflicto. La negociación política va a las raíces del problema, es más sostenible y duradera.
¿Deben los guerrilleros pagar cárcel por sus delitos?
Es un tema difícil. Cuando hay un acuerdo de paz, las primeras preguntas que se hacen en la justicia transicional son qué pasa con el abuso de las mujeres, el reclutamiento de niños y la violación de los DD.HH. Tenemos que recuperar a los excombatientes, que se integren a la sociedad, que haya una verdadera reconciliación, sin falsa sonrisa, que se vuelva a elaborar el tejido social. Mi recomendación es analizar caso por caso, no hay una fórmula general para cada país y toma mucho tiempo.
¿Y cómo lograr que las víctimas perdonen?
Debe haber un encuentro entre víctima y victimarios de la guerra. Tiene que partir de la base de que tanto victimarios como víctimas van empezar una nueva vida con un mismo objetivo. La mayor parte de las víctimas quieren dejar la guerra en el pasado para poder construir una vida en paz.