Según Londoño, el país se le está saliendo de las manos al presidente Santos...
A uno no se le puede estar saliendo de las manos un país con la tasa de homicidios más baja de los últimos 27 años o con las cifras de secuestro extorsivo, hurto a residencias y piratería terrestre más bajas en la última década. Tampoco a un presidente que ha logrado una disminución histórica en el desempleo y en la pobreza. Me da mucha pena decirlo, pero esa afirmación tiene intereses políticos y no corresponde a los hechos. ¿No será que se les salió de las manos a quienes quisieran estar en el poder?
¿El Gobierno siente que las Fuerzas Militares no están combatiendo?
Decir que los militares, que cada día ponen en riesgo su vida para garantizar la seguridad de los colombianos, no están combatiendo, es doloroso e irrespetuoso contra esos héroes de la patria. Ellos ponen el pecho en el campo de batalla y les dicen que no están combatiendo. Eso desmoraliza a cualquiera. En este gobierno han sido capturadas y judicializadas 44 mil personas. En estos primeros meses, tan solo las bajas de las Farc han aumentado 39% y las capturas se han incrementado en 72%. Si eso no es producto del trabajo incansable de nuestra Fuerza Pública, ¿entonces de quién? El país conoce del profesionalismo de nuestras Fuerzas Armadas y la orden que han escuchado del jefe del Estado es no perder un segundo en la ofensiva ni ceder un milímetro de territorio. El presidente Santos fue militar, entiende a la tropa, es querido, seguido y respetado por ella.
Pero algo está pasando con los ataques de las Farc, ¿hay un nuevo fortalecimiento de la guerrilla?
Un acto de terrorismo jamás puede interpretarse como una señal de fortalecimiento. Por el contrario, refleja debilidad. Como las Fuerzas Militares han venido atacándolos en todas sus madrigueras, la guerrilla ha tenido que cambiar sus métodos de acción. Tenemos la evidencia, con estadísticas en mano, de que nunca habían sido tan golpeadas. Jojoy y Cano, jefes máximos del secretariado, cayeron por el brazo aplastante de nuestra Fuerza Pública.
¿Siente el Gobierno presión por el tema del fortalecimiento del fuero militar?
Este proyecto no lo vemos como una ‘presión’, sino como una elemental obligación de brindarles garantías a nuestros soldados y policías en el cumplimiento de su deber. Para el proyecto que hoy se discute, el ministro de Defensa constituyó una comisión de expertos del más alto nivel, con constitucionalistas y miembros de las Fuerzas Militares y de la Policía, para plantear una reforma integral que fortalezca la justicia penal militar.
Sin embargo, hay quienes ven en este proyecto un riesgo de impunidad...
Todo lo contrario: busca juicios justos, bajo parámetros técnicos y confiables.
Londoño dice que el gobierno Santos tiene ‘comprado' el Congreso con puestos y dádivas...
Esa afirmación es de un irrespeto absoluto con los senadores y los representantes a la Cámara, y con el Gobierno. Este honorable Congreso es, en buena parte, el mismo que el doctor Londoño calificó, cuando era ministro del Interior, como ‘admirable'.
¿Qué tan firme siente usted, que acaba de llegar al ministerio de la política, la coalición de la Unidad Nacional?
La Unidad Nacional se conformó alrededor de los programas del Gobierno y la agenda legislativa ha servido como motor de la prosperidad para todos. Para sólo darle unos poquísimos ejemplos: la Ley de Formalización y de Primer Empleo, que ha contribuido a la generación de 1,7 millones de puestos de trabajo; la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, la reforma al Sistema de Regalías y, en general, las reformas sociales, que han contribuido a reducir los niveles de pobreza y la pobreza extrema. Todo esto se ha logrado gracias a la firmeza y decisión del Congreso.
¿Cree que el país político y el país nacional están divididos?
No. El país esta unido frente a las dificultades. Así lo sentimos con las manifestaciones espontáneas de la gente. Sí resulta incomprensible que por primera vez en la historia, frente a actos de terrorismo, aparezcan voces que no rodean al Gobierno. Frente al terrorismo debemos estar unidos y no aprovecharlo para hacer oposición.
¿Qué tanto le importan al Gobierno las críticas constantes del expresidente Uribe?
Respetamos su opinión. Algunas de sus críticas son infundadas y no se entienden los motivos que en algunos casos lo hacen ver una realidad distinta a la que muestran los hechos objetivos.
¿No cree que el país está volviendo a peligrosas épocas de polarización política?
No, a nadie le interesa la polarización política. Sólo los extremistas se benefician de ella. La gran mayoría de los colombianos han aceptado complacidos el talante conciliador y de unidad del presidente Santos.
¿Le falta inteligencia política al presidente Santos, como dice Londoño?
Muchas de las posiciones políticas de Londoño no las comparte el Gobierno. Eso no significa que le falte inteligencia, aunque a veces sí pareciera que le falla la memoria.
¿No cree que es un desgaste insistir en el proyecto del marco legal para la paz, criticado por todos los sectores?
No es un desgaste y no es un proyecto criticado por todos. El Gobierno está convencido de que la justicia transicional tiene que ser un instrumento para la paz. Cuando se den las condiciones y llegue el día, será el Congreso el encargado de expedir las leyes respectivas, guardando el más ponderado equilibrio entre paz y justicia, respetando además las normas internacionales. Queremos evitar lo que pasó con la Ley de Justicia y Paz, que generó tantas expectativas para las víctimas, pero vea el triste resultado: siete sentencias judiciales frente a 340 mil hechos denunciados.
¿Está Colombia de verdad preparada para la paz, como dice el presidente Santos?
El presidente Santos entiende e interpreta el anhelo de todos los colombianos de vivir en paz. ¿Quién no quiere vivir en paz? El presidente ha dicho que a la paz llegaremos por la razón o por la fuerza y que está listo para esa paz, siempre y cuando la contraparte se comprometa con lo mismo. La llave está en su poder y no en el fondo del mar. Mientras tanto, estamos preparando el terreno, con una economía pujante, una sociedad mas equitativa y unas instituciones sólidas y modernas para aprovechar el inmenso futuro que tenemos.