‘No hay dinero para cumplir las metas’

Beatriz Linares, directora de la Anspe, se defendió de las críticas según las cuales llegó al cargo por su amistad con la primera dama.

Natalia Herrera Durán
08 de marzo de 2013 - 05:00 p. m.
Beatriz Linares, directora de la Anspe desde hace dos semanas. / Gabriel Aponte
Beatriz Linares, directora de la Anspe desde hace dos semanas. / Gabriel Aponte

Beatriz Linares es la nueva directora de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema (Anspe), la entidad que debe abanderar la ambiciosa política de prosperidad del Gobierno. Linares es franca. En diálogo con El Espectador dice que no tiene el dinero para cumplir con los logros que le han pedido y que le toca tener al margen a unos cuantos políticos que creen que los programas y subsidios de esta agencia podrían dar réditos electorales. Además anuncia que será una fiera en la defensa de los más necesitados en este país de inequidades.

¿Cuáles son los cuellos de botella con los que se ha encontrado?


Nos preocupa, por ejemplo, que el Ministerio de Vivienda está concentrado en sus viviendas nuevas, y nos falta pedirle que acelere un poco el programa de mejoramiento de vivienda, porque esto automáticamente mejora la calidad de vida. Otro cuello de botella es el de generación de ingresos. Si bien el tema de Familias en Acción nos ayuda a superar ese logro, también entendemos que si no capacitamos a esos jóvenes no sirve de nada. Esperamos que con el Sena, encabezado por Gina Parody, se logren varios convenios, porque estamos un poco crudos en eso.

¿Cómo es eso de que será una fiera a la hora de defender los derechos de los más vulnerables?


Fiera en dos contextos. Por los derechos de las personas más vulnerables, porque llevo 22 años de mi vida profesional luchando por ellas, no con muchos resultados, porque es muy difícil, entendiendo que el país todavía no es consciente de la inequidad que tiene. Y jalando muy fuertemente la pita a entidades que no están cumpliendo.

¿Como cuáles?

Salud, educación, transporte, infraestructura, registro.

¿No vienen muchos choques con otras carteras?

No, porque soy una luchadora amorosa. Una obsesión que tengo es el acceso a la justicia. No tenemos presencia todavía de fiscales que realmente entiendan la gravedad en Colombia de la violencia intrafamiliar y la violencia sexual. Eso es acceso a la justicia y nos queda camino por recorrer allí. Por eso afortunadamente Checchi, de Usaid, entra ahorita con toda la fuerza con su equipo de mujeres a vincularse con la estrategia Unidos, precisamente para apoyar ese proceso.

¿La misma entidad en la que usted fue consultora?

Sí, pero eso fue hace muchos años. Yo he estado en todos los sectores sociales y organizaciones desde hace mucho tiempo.

¿Cómo lograr que Red Unidos, el programa de la Anspe, no se convierta en una plataforma de politiquería, como pasó con Acción Social?


Voy a darle una respuesta arrogante: nombrando a personas como Samuel Azout o Beatriz Linares. Eso asegura que no se politice, porque ninguno de los dos somos políticos. El día que nombren a la cabeza a un político, la agencia va a empezar a flaquear.

El presidente dijo en Pradera (Valle) que estaban depurando las listas de Red Unidos porque hay mucho colado. ¿Cómo han manejado ese tema?


No hemos detectado muchos, y tenemos una fortaleza: que visitamos cuatro o cinco veces personalmente a las familias. Las familias no las eligen los políticos ni las entidades del Gobierno. Se eligen por unas fórmulas matemáticas en Planeación Nacional. Puede que eso tenga errores, pero es un sistema puramente econométrico.

¿Cómo va a hacer para cumplir las ambiciosas metas que tiene? ¿O está contemplando la reelección?


Yo no puedo mirar desde un punto de vista de reelección. Sólo me preocupo por cumplir mis metas y ojalá lo pueda hacer. Es difícil. La meta son 350.000 familias y llevamos 40.000.

¿La agencia tiene el dinero que necesita para cumplir estas metas?


Hubo un recorte de presupuesto. Si uno mira los logros que tiene versus los recursos con los que cuenta, es difícil asegurar que lo vamos a lograr. La gestión de más recursos la estamos haciendo con el director del DPS, Bruce Mac Master.

Siendo la Anspe una entidad que puede ser clave, electoralmente hablando, ¿le ha tocado recibir llamadas de muchos políticos o politiqueros?


Los políticos han venido a pedir citas para mirar cómo hacen para llevar más oferta institucional a sus regiones. Los politiqueros piden que les metamos beneficiarios a la Red Unidos. Pero ahí estamos resguardados porque nosotros no tenemos incidencia en eso.

Desde que usted sonó en la baraja de candidatos para la Defensoría del Pueblo se habló de su cercana amistad con la primera dama, María Clemencia Rodríguez. ¿Qué tan cierto es que esta es la razón de su cargo actual, más allá de sus méritos?


No, para nada. Yo fui muy amiga de la primera dama cuando éramos adolescentes, en el colegio San Patricio, con los amigos del barrio. Hay mucha historia de cariño y afecto. Con el presidente Santos también hay una historia igual sin nunca habernos visto.

¿Cómo es eso?


Realmente yo estoy aquí y fui ternada a la Defensoría del Pueblo por mis méritos. Un día fui donde la primera dama y le dije: “Quiero ser defensora del Pueblo”. A ella y a las otras mujeres de Presidencia les pareció increíble que una mujer con la experiencia que yo tengo quisiera asumir ese reto y por eso el nombre cayó en gracia, no tanto por ser amiga o no de la primera dama, sino por mi hoja de vida. Claro, uno necesita que alguien confíe en uno. El presidente Santos confió en mí.

Por Natalia Herrera Durán

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar