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¿Cómo llega Cambio Radical a las elecciones regionales de octubre?
Nos vamos a convertir en la primera fuerza política del país. El balance tras la inscripción de candidaturas es muy satisfactorio. Vamos a tener gobernadores en los principales departamentos y alcaldes en las principales capitales. Se trata de candidatos idóneos, con hojas de vida dignas, que van a poder replicar las exitosas políticas de infraestructura que han desarrollado los ministerios de Cambio Radical, de la mano del presidente Juan Manuel Santos.
¿Y cuáles son las regiones en las que tienen opciones más claras para ganar?
Tenemos presencia en todo el territorio nacional. Vamos a ganar naturalmente la alcaldía más importante de la Costa Caribe, que es Barranquilla, con el doctor Álex Char. Nuestro aval principal es por supuesto Enrique Peñalosa en Bogotá y creo que hoy en día, como dicen las encuestas, es el más opcionado. También estamos pisando fuerte en Quibdó y en el Eje Cafetero, que es una zona eminentemente de Cambio Radical. También tenemos una gran apuesta para la Alcaldía de Valledupar con Jaime González.
En el Caribe se habla de la colonización de Cambio Radical...
El Caribe ha sido históricamente una región liberal y nosotros somos de origen liberal y recogemos muchos de sus postulados. La Costa Caribe votará Cambio Radical y seremos la fuerza mayoritaria.
¿Cuántos candidatos propios tienen?
Fueron 12.600 solicitudes de aval y existen varias coaliciones, en particular con el Partido de la U, pero vamos con candidatos principales en casi todos los departamentos y capitales.
¿Cuáles fueron los criterios del partido para buscar coaliciones?
Eso se decidió caso por caso, no hubo criterios particulares. Naturalmente las hojas de vida que se presentan por parte de los otros partidos tienen que ser compatibles con lo que creemos deben representar los candidatos de Cambio Radical.
Uno de los temas más polémicos ha sido el de los avales otorgados a candidatos con cuestionamientos, ¿no cree que hace falta más reglamentación para evitar dolores de cabeza?
El tema de los avales es realmente un efecto de la politización del Estado. Yo creo que lo mejor que podemos hacer por el país es crear un sistema de carrera administrativa muy serio que ponga una separación tajante entre política y administración pública, además de fortalecer al más importante de los órganos de control que es la Contraloría. Esa es la causa y si nosotros la controlamos, el tema de los avales se resuelve.
¿Pero cuáles fueron los filtros que utilizó el partido para entregar avales a sus candidatos?
El partido tiene una estructura descentralizada. Mal haríamos pensando que con un bolígrafo en un salón de Bogotá podemos tomar las decisiones trascendentales de los ciudadanos y más aún cuando se trata de la elección de su alcalde y gobernador. La vida política nacional es diferente a la local. En todos los casos se hizo una revisión de los antecedentes de los aspirantes y se revisó la oportunidad política del aval. Si nosotros veíamos que existían serios cuestionamientos en contra de la persona, y no se trata ni de chismes ni rumores como a veces ocurre, se negaba el aval.
¿Entonces qué pasó, por ejemplo, con el aval otorgado a Oneida Pinto en La Guajira?
En este caso ha habido muchísimo ruido y grandes exageraciones. En La Guajira existen dos estructuras políticas desde hace varias décadas. Una de esas fue cooptada en un momento por un criminal, un señor que hoy está preso por unos homicidios y que se llama Kiko Gómez. Sin embargo, la señora Oneida era solo una alcaldesa que hacía parte de esa estructura política. Pretender extender los delitos de Kiko Gómez a ella es simplemente infame. El caso lo he estudiado bien y de ninguna forma se puede decir que ella es la extensión de una estructura criminal o hace parte de la misma. Lo de Kiko Gómez fue un episodio triste y lamentable que ocurrió en un departamento donde el Estado nunca ha hecho presencia y donde fácilmente se les permite a criminales como él llegar y cooptar la política de toda una región a su favor.
Y sin embargo, la entrega de ese aval fue una de las causantes de la salida de Carlos Fernando Galán de la jefatura de Cambio Radical, ¿no quedó dividido el partido?
Si, sin duda, pero todo eso se dio alrededor de unos asuntos mediáticos muy fuertes.
Lo cierto es que ese episodio causó bastante revuelo…
A veces nos quieren golpear porque lo que se está viendo hoy en la arena política es que Cambio Radical va a obtener unos resultados muy importantes en las elecciones de octubre.
¿Cuál es la propuesta del partido para las regiones en posibles escenarios de posconflicto, de cara a un eventual acuerdo de paz?
Los lineamientos son muy claros: la negociación que se lleva a cabo en La Habana es muy importante para el país, porque para nosotros es fundamental ponerle un fin anticipado a este conflicto. Y la consigna es que Colombia no puede repetir errores del pasado y no se puede volver a ceder el ejercicio de la soberanía al interior del territorio nacional.
Los comicios regionales son de cierta forma la primera medición de fuerzas políticas pensando en las elecciones presidenciales de 2018, ¿cuál es la apuesta de Cambio Radical en ese sentido?
Para eso todavía falta, pero es claro que el propósito natural de los partidos es llegar al poder para implementar sus programas. Las políticas de vivienda e infraestructura de Cambio Radical han sido revolucionarias y fueron diseñadas como plataforma de gobierno del vicepresidente Germán Vargas Lleras, cuando aspiró a la Presidencia. Lo que él ha hecho a través de estos ministerios, bajo la orientación del presidente Santos, es ponerlas en práctica. Para eso son los partidos políticos y su misión es prepararse para el ejercicio del poder. Nosotros estamos en ese ejercicio.