Publicidad

Orden de volver tomó por sorpresa al equipo negociador

Por primera vez desde que se iniciaron las conversaciones, el proceso con las Farc quedó suspendido temporalmente.

Redacción Política
23 de agosto de 2013 - 10:14 p. m.
Los negociadores de las Farc en Cuba ‘Rodrigo Granda’, ‘Pablo Catatumbo’, ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’. / EFE
Los negociadores de las Farc en Cuba ‘Rodrigo Granda’, ‘Pablo Catatumbo’, ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’. / EFE
Foto: EFE - Alejandro Ernesto

El proceso de diálogos que adelantan Gobierno y Farc en La Habana (Cuba) vive desde ayer sus horas más críticas, tras la decisión del presidente Juan Manuel Santos de ordenar el regreso a Bogotá de su equipo negociador. El objetivo es evaluar el alcance del comunicado dado a conocer también ayer por esa guerrilla, en el que anunció una “pausa” en las conversaciones para “analizar” el proyecto presentado por el jefe de Estado, que busca abrir el camino a un referendo como mecanismo de refrendación de los eventuales acuerdos que se alcancen en la mesa de negociación.

Una postura que, por lo visto, no cayó bien en las altas esferas del Ejecutivo, donde —como lo dijo Santos— están convencidos de que en este proceso de paz el que decreta las pausas y pone las condiciones debe ser el Gobierno y no las Farc: “Ese análisis lo vamos a hacer aquí y reanudaremos las conversaciones cuando lo consideremos apropiado”, agregó el primer mandatario, quien además insistió en que la iniciativa presentada lo único que está buscando es acelerar la solución del conflicto.

Según conoció El Espectador, la determinación de Santos tomó por sorpresa a todos, incluso al mismo equipo negociador en Cuba y algunos miembros de lasNaciones Unidas, que ya se habían desplazado hacia La Habana y esperaban reunirse hoy por separado con las delegaciones del Gobierno y las Farc para comenzar a preparar el siguiente foro ciudadano sobre el tercer punto de la agenda: el fin del conflicto, que incluye fundamentalmente los temas de cese el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y la dejación de las armas.

Previamente, el mismo presidente Santos ya le había advertido a las Farc que “el tiempo pasa y la paciencia del pueblo colombiano tiene su límite, y tenemos que seguir avanzando en las conversaciones”. Pero también había considerado como “legítimo y válido” que entraran a estudiar su propuesta de referendo.

Para él, el proyecto no es más que un acto de previsión, es decir, adelantar las vías jurídicas a las que tarde o temprano se tendrá que llegar, si es que se alcanza consenso. Pero también, algo que poco se ha mirado es que dicho referendo estaría atado a la finalización exitosa del proceso, es decir, fija un plazo para la firma de la paz: antes de las elecciones de 2014, bien sea a Congreso o Presidencia.

Las Farc, por su parte, además de hablar de “pausa”, habían insistido en la necesidad de una asamblea constituyente como el camino ideal para alcanzar un verdadero tratado de paz, argumentando que la nueva movida del Gobierno las obliga a hacer una “consulta interna”, es decir, trasladar las inquietudes de sus delegados en Cuba a los otros miembros del secretariado en Colombia, léase Timochenko y mandos medios. Asimismo, dijeron que el lunes regresarían a la mesa de diálogos y según Jesús Santrich, uno de sus negociadores, la idea era “reflexionar para saber cuáles son los alcances del anuncio del Gobierno (sobre el referendo de refrendación)”.

En efecto, al menos en la interpretación inicial que hizo el Gobierno, no se trataba de una ruptura. El mismo Humberto de la Calle jefe del equipo negociador, reiteró desde Cali —donde se encuentra atendiendo asuntos personales— que quedaba esperar que el tiempo que dedicaran las Farc al estudio del proyecto de referendo fuera breve, para retomar las conversaciones. Reforzando de paso la tesis del presidente en el sentido de que se deben “prever y crear las condiciones óptimas para que los acuerdos a los que se llegue sobre refrendación se puedan poner en marcha oportunamente”.

Ahora, lo que sí es cierto es que en el país político ya comienzan a pensar en que tras nueve meses de conversaciones viene siendo hora de definiciones.

Mientras el presidente del Congreso, senador Juan Fernando Cristo, cree que la propuesta de referendo del presidente Santos le mete el acelerador al proceso, el presidente de la Comisión de Paz del Senado, Roy Barreras, consideró positivo que las Farc no hayan rechazado la propuesta de referendo, sino que hayan decidido estudiarla: “Tendrán que considerar que antes de que se produzca esa consulta popular, hay que firmar la paz”.

Concepto que comparte Fernando Hernández, director de la Corporación Nuevo Arco Iris: “Es normal que el Gobierno haya avanzado en lo del referendo. Es una muestra de que piensan que todo va bien y se puede ir adelantando esa propuesta de refrendación. Además, se le está poniendo un límite de tiempo a la negociación. Si el referendo es para la misma fecha de las elecciones, los acuerdos deben estar firmados uno o dos meses antes para poder socializarlos. Y también es normal la reacción de las Farc, porque ellos habían planteado una constituyente, lo cual debe ser negociado en la mesa”.

El expresidente Álvaro Uribe, opositor al Gobierno, había dicho por su parte que hacer un referendo para refrendar los acuerdos con las Farc el mismo día de las elecciones —bien sea a Congreso o a Presidencia— era una “trampa a la democracia”, llevaría a que las Farc “presionaran con sus armas” a los electores y “confundiría la paz con la reelección de Santos”. Y el procurador general, Alejandro Ordóñez, habló de falta de claridad sobre los compromisos y avances logrados en la mesa de negociación: “No se puede estar a favor o en contra de un referendo sobre algo incierto. Estamos con una venda en los ojos”, concluyó.
Lo cierto es que si bien no se puede hablar de crisis en el proceso de negociación con las Farc, el presidente Juan Manuel Santos sí quiere dejarles en claro al país y a la misma guerrilla que él es quien tiene la sartén por el mango o, como lo ha dicho tantas veces, las llaves de la paz en su bolsillo. Hoy la incertidumbre rodea los diálogos y lo que se ve a la distancia es un pulso de fuerzas entre las partes. Y aunque no es de esperar un rompimiento definitivo, estos últimos episodios sí marcarán definitivamente el rumbo de las conversaciones.

Por Redacción Política

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar