Publicidad

¿La paz necesita constituyente?

Un grupo de exconstituyentes y líderes de opinión debatieron si el proceso de paz que adelantan Farc y Gobierno debe o no terminar en una nueva Constitución política.

Alfredo Molano Jimeno
04 de julio de 2013 - 10:12 p. m.
Jaime Zuluaga, monseñor Héctor F. Henao, Ana Teresa Bernal y Armando Novoa instalaron el foro “La Constitución del 91 y el proceso de paz”. / David Campuzano
Jaime Zuluaga, monseñor Héctor F. Henao, Ana Teresa Bernal y Armando Novoa instalaron el foro “La Constitución del 91 y el proceso de paz”. / David Campuzano
Foto: DAVID CAMPUZANO 2012

Algunas de las personalidades más relevantes de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 se dieron cita ayer en el centro de Bogotá para debatir si la Constitución que redactaron hace 22 años sigue teniendo vigencia o, si por el contrario, cuando se llegue a un acuerdo de paz entre las Farc y el Gobierno el país necesitará una nueva Carta Política.

El foro se convocó para conmemorar el día en que Colombia promulgó una nueva Constitución: ayer hace 22 años, cuando la mayoría de los panelistas eran jóvenes que soñaban con un país distinto, se firmó la Carta Política que materializaba una Colombia nueva. Algunos de esos jóvenes venían de la insurgencia que había dejado las armas poco tiempo antes, otros pertenecían a fuerzas tradicionales que consiguieron un escaño en la Asamblea Nacional. Una generación de colombianos que trazaron el rumbo del país que hoy tenemos.

Durante el debate, que se realizó en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, tres marcadas posiciones se presentaron: una en favor de una nueva Constitución, otra que considera que una constituyente sería un riesgo y una tercera que piensa que podría ser una asamblea nacional constituyente que discuta sobre temas específicos o que debe ser un objetivo mucho más allá del proceso de diálogos entre Gobierno y Farc.

“En el debate se han expresado tres posiciones: una conservadora, abanderada por Vera Grabe, que dice que hay que defender la Constitución del 91 aunque la hayan recortado. Otra postura plantea, desde posiciones radicales —como la de las Farc—, que constituyente es nueva Constitución para la paz. Y una tercera, que va por el medio de las otras dos, en la que sostenemos que no es necesaria una nueva Constitución, pero sí una profunda reforma que nos permita completar las tareas inconclusas de la Constitución del 91, y dentro de eso considerar la hipótesis de una asamblea nacional constituyente limitada. Es decir, con un temario acotado y no para refundar el Estado colombiano”, explicó Camilo González Posso, director de Indepaz, una de las instituciones promotoras del foro.

Para Vera Grabe, exconstituyente y exmilitante del M-19, una asamblea nacional constituyente sería un riesgo para la democracia colombiana, puesto que podría terminar reversando los avances de la Constitución de 1991. “Se le quiere dar a una Constitución la connotación de una entidad que va a resolver el tema del conflicto armado y no es así. La Constitución del 91, con todas sus dificultades, es una carta política con vigencia y de avanzada. Que le falta desarrollo y necesita cambios, sí, pero que sea necesaria una nueva Constitución, no lo creo. Y no resuelve el tema del conflicto porque eso depende de fuerzas políticas y desarrollos posteriores. Una nueva Constitución no garantiza una ampliación de la democracia. Ha habido tantas guerras como constituciones y el problema de fondo no se resolvió. Además veo un riesgo en abrir un proceso constituyente porque los sectores enemigos del proceso podrían promover una reforma constituyente retardataria”.

La orilla contraria la representa Jaime Caicedo, secretario general del Partido Comunista, quien consideró que no se puede “insertar a la guerrilla en un sistema político preexistente y limitado; se requieren reformas profundas que amplíen la participación política y los derechos de las comunidades más vulnerables y olvidadas del país. Una asamblea nacional constituyente perfectamente cabe en la perspectiva, no tanto de la refrendación de los acuerdos, sino de un debate que se traduzca en una ampliación de la democracia”.

Al final, lo que quedó claro en este debate es que si Colombia necesita una nueva asamblea nacional constituyente no es un asunto exclusivo de la mesa de diálogos que adelantan la insurgencia y el gobierno Santos en La Habana (Cuba), sino que, por el contrario, es una discusión que la sociedad colombiana quiere dar y que tiene tantas posiciones encontradas como voces por oír.

 

amolano@elespectador.com

@alfredomolanoji

Por Alfredo Molano Jimeno

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar