A sólo diez días de las elecciones de autoridades locales y regionales, las fuerzas políticas del país se han trenzado en una ardua disputa en la que lo primero que ha quedado claro es que el anhelo que alguna vez se expresó desde la Unidad Nacional de actuar de forma conjunta para los comicios ha sido un imposible. Además, hoy llueven cuestionamientos por la presunta participación en política de altos funcionarios del Ejecutivo, como el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo, y el vicepresidente, Germán Vargas Lleras, lo que ha terminado de alborotar el avispero.
Sin duda, las palabras que levantaron ampolla fueron las del ministro Cristo, quien en clara alusión al Centro Democrático, el partido que lidera el expresidente Álvaro Uribe, hoy por hoy principal opositor del Gobierno, señaló que “ya los colombianos se han pronunciado cuando le dieron un mandato al presidente Juan Manuel Santos por la paz, y los colombianos se pronunciarán también el 25 de octubre, día de las elecciones, apoyando a los candidatos de la Unidad Nacional”. De inmediato se armó el alboroto pues, según la ley, el ministro de la política no puede dar declaraciones en favor de algún sector.
“Que un ministro viole de manera flagrante la ley es gravísimo. En otro país le tocaría renunciar, pero no me sorprendería que se le otorgue la Cruz de Boyacá”, manifestó el senador Jorge Robledo, del Polo Democrático, el otro partido de oposición. Desde la orilla del uribismo, el senador Ernesto Macías aseguró que las palabras del mininterior “son una clara intervención en política”. Y enfatizó: “Yo le pediría al ministro (Cristo) que presente renuncia y se salga como jefe de debate de los candidatos de la Unidad Nacional”.
Cristo prefirió bajarle el tono al debate señalando que su declaración en favor de los candidatos de la Unidad Nacional era un “lapsus” y que había sido mal interpretado. Pero eso no superó la molestia. El presidente del Partido Conservador, representante a la Cámara David Barguil, pidió investigación: “Irrespeta el ministro a la democracia. No puede invitar a votar por candidatos de un sector. Vamos a pedirle al procurador que lo investigue. Debe darles garantías a los que estamos en independencia y los que están en oposición”.
Tal fue el alboroto que el procurador, Alejandro Ordóñez, entró también al ruedo, con advertencia de por medio. “El señor ministro del Interior es un aforado y a mí me correspondería investigar dichas conductas. Lo cierto es que hay unos episodios que son de público conocimiento y que la Procuraduría debe asumirlos”.
Lo claro es que en torno a ese enfrentamiento quedan en evidencia las diferencias entre los partidos de la coalición de gobierno y los que no están en ella. Pero además afloran los enfrentamientos entre las mismas colectividades de la Unidad Nacional, que, por lo visto, está haciendo agua. Y la manzana de la discordia es el vicepresidente, Germán Vargas Lleras.
Ya los codirectores de los partidos de la U, Roy Barreras, y Liberal, Horacio Serpa, le enviaron una carta al presidente Santos en la que, en síntesis, señalan que la entrega de obras y el compromiso presupuestal para infraestructura por parte del vicepresidente tiene un trasfondo en favor de los candidatos de Cambio Radical. “Ha sido indolente, francamente retadora del sistema electoral y afecta a todas las candidaturas diferentes a las que patrocina el partido de Vargas Lleras”, señala la misiva.
Y el escenario principal de las fracturas en la Unidad Nacional es la disputa por la Alcaldía de Bogotá, en la que están enfrentados el candidato apoyado por Cambio Radical, Enrique Peñalosa, y el que respaldan desde el liberalismo y la U, Rafael Pardo. Esta puja por el segundo cargo de elección popular más importante del país tiene a la coalición de gobierno en crisis.
“Veo que Roy y Serpa son víctimas de la angustia y del desespero electoral. Desde que anunciamos el apoyo a Peñalosa, los ataques de los jefes de debate del candidato del centro-petrismo no han cesado. Ellos están acomodados en sus cuotas burocráticas”, respondió el representante Rodrigo Lara Restrepo, director de Cambio Radical. Con defensa incluida al jefe natural del partido, Germán Vargas Lleras: “Lleva cuatro años entregando obras y no le perdonan que no gobierne con mermelada”.
En medio de este agarrón, el expresidente liberal César Gaviria le echó más leña al fuego. “Yo he oído esas quejas en muchas partes. Por ejemplo, el candidato a la Gobernación del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, ha afirmado que a él lo apoya el funcionario que maneja la chequera del Estado. Es un tema que debe ser solucionado por el presidente Santos, enderezar las cargas, porque evidentemente se está resquebrajando la Unidad Nacional”, manifestó.
El expresidente Álvaro Uribe también se metió en la polémica y planteó una serie de preguntas: “¿Qué esconde un ministro que no revela los nombres de los congresistas que reciben dinero? ¿Será que de ahí sacan para financiar ilícitamente las campañas? Y otro ministro dice que hay que votar por la paz, que la utilizan para esconder la corrupción. Y un congresista amenaza que los que no voten por los candidatos del Gobierno no van a recibir apoyo. Bendita democracia”.
Se refería el exmandatario, respectivamente, a la reciente aprobación en el Congreso del Presupuesto General de la Nación, en el que le pidió al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, revelar los sectores políticos que se benefician de algunas de las partidas; al ministro Juan Fernando Cristo y su invitación a votar por los partidos de la Unidad Nacional, y en último término al senador Roy Barreras, quien en enero pasado, en Cartagena, dijo que, si los ciudadanos no elegían un alcalde de ese partido, se cerrarían las oportunidades de inversión para la ciudad.
Lo cierto es que, a semana y media de las elecciones locales y regionales, los ánimos están caldeados y desde la oposición reclaman garantías. Una escena que se repite cada cuatro años. Al mismo tiempo, los partidos de la Unidad Nacional se enfrentan por los votos en una pelea que puede dejar a la coalición de gobierno con profundas grietas.