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Poderes del Meta por la Gobernación

Hernán Gómez Niño, por el Centro Democrático; Darío Vásquez, de Cambio Radical; Luis Carlos Torres, de la U, y Marcela Amaya, del Partido Liberal, buscan el respaldo de más de 600 mil llaneros.

Alfredo Molano Jimeno / Felipe Morales Mogollón
10 de julio de 2015 - 10:07 p. m.

El camino a la Gobernación del Meta no es tan llano como los paisajes de esta tierra. Cuatro candidatos se disputan el apoyo de 616.958 llaneros habilitados para votar, según el censo electoral. Entre los aspirantes están dos exgobernadores, un exconcejal de Villavicencio y una exrepresentante a la Cámara. Y aunque no todos tienen opciones, aún nadie se atreve a adelantar un ganador. Lo único claro es que en el Meta la unidad regional, propuesta por la coalición santista, fracasó.

Es claro que el Meta es una región que ha venido atrayendo el interés de diversos sectores. Se habla de una de las últimas fronteras agrícolas del mundo, por lo que los ojos de poderosos inversionistas agroindustriales están fijos en la región; los científicos se han volcado a estudiar sus suelos, ríos y selvas; los mineros levantan las piedras en busca de minerales raros, mientras los petroleros miden palmo a palmo el subsuelo, y los ganaderos se han consolidado como el sector más boyante de su economía. Los políticos no se quedan atrás y los más de $2,4 billones que el Sistema General de Regalías tiene asignados para inversión en el departamento, además de los 580. 000 mil de recursos propios para este año, son un gran atractivo.

En este panorama, y sin mayores elementos de medición, los llaneros más conocedores de la política regional creen que se está presentando una fragmentación de la Unidad Nacional en varios candidatos, lo que podría darle ventaja al uribismo, que históricamente ha tenido un fuerte arraigo en la región por el predominio de la economía ganadera y los estragos causados por la confrontación armada. Bien es sabido de la presencia e influencia de las Farc en algunas zonas del Meta produjo el enfrentamiento con los sectores empresariales —especialmente ganaderos y petroleros— y políticos, lo que produjo el arraigo fuerte del paramilitarismo.

El candidato del Centro Democrático es Hernán Gómez Niño, un exconcejal de Villavicencio que recibió el aval hace un par de meses. Fue candidato a la Gobernación en 2011 y consiguió 70.000 votos, pero se requieren más del doble para coronarse mandatario departamental. Y aunque varios analistas políticos creen que Gómez no tiene mayores posibilidades, el Centro Democrático está buscando materializar una coalición con uno de los candidatos más fuertes: Darío Vásquez.

Se trata de un arquitecto que fue gobernador entre 2008 y 2011 y las obras en infraestructura son su principal carta para volver al cargo. Obtuvo el aval de Cambio Radical y se dice que es el candidato de un sector empresarial muy cercano al gremio de contratistas. Su nombre también está asociado a algunas investigaciones. En 2008 El Espectador reveló que la Fiscalía tenía en su poder interceptaciones telefónicas que lo vinculaban con Carlos Aguirre Babativa, alias el Señor, pedido en extradición por Estados Unidos. También se rumora que Vásquez tiene investigaciones activas en la Procuraduría por la construcción de 617 viviendas de la urbanización Pinares de Oriente, en Villavicencio. Y su nombre, en principio, estuvo asociado a Luis Carlos Torres.

Torres, quien es conocido popularmente como Lucas, también es uno de los pesos pesados de la política llanera. Es ingeniero industrial y su trayectoria política está entrelazada con escándalos judiciales. En 2000 fue capturado por la Fiscalía por la presunta celebración irregular de un contrato siendo diputado. Fue gobernador en el período 2001-2003, cargo del cual fue destituido por la Procuraduría en 2008, pero hace poco se le levantó la sanción. Fue elegido senador en 2006 con más de 66.000 votos. Sin embargo, las investigaciones por parapolítica en su contra lo obligaron a renunciar dos años después. La investigación se empantanó y fue archivada. Torres es avalado por el Partido de la U,  colectividad de la cual es senadora su esposa, Maritza Martínez.

Finalmente, en la puja también está la exrepresentante a la Cámara Marcela Amaya, que aspira por el Partido Liberal y en las trochas llaneras se dice que tiene el apoyo y la maquinaria del actual gobernador, Alan Jara. Es administradora de empresas y la única mujer en la contienda, lo que se ha convertido en su eslogan de campaña. Bajo su nombre no figuran antecedentes penales ni disciplinarios, y algunos la dan por ganadora segura.

Este es el agite de la política en el Meta en los últimos meses y seguramente será mayor a medida que se acerque la fecha de las elecciones. En la contienda por la Gobernación están los “cacaos” de la política regional, por lo que se sabe que habrá grandes sumas de dinero y los organismos de control electoral tendrán que estar muy alertas, pues muchos de los municipios llaneros figuran con alto riesgo de fraude y trashumancia para octubre.

Por Alfredo Molano Jimeno / Felipe Morales Mogollón

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