Políticos, profetas en su tierra

Para las elecciones al Congreso, los partidos llevan en sus listas barones electorales que tienen una particularidad: su capital en materia de votos está en la región de origen. Aunque el adagio popular reza que “nadie es profeta en su tierra”, en Colombia, cuando se trata de elecciones, funciona diferente y hay departamentos en los que algunos candidatos van a barrer en las urnas.

Así sucederá con el expresidente Álvaro Uribe Vélez y su movimiento Centro Democrático, que ha concentrado su campaña en Antioquia, donde fue gobernador. El respaldo lo perderá el Partido Conservador, porque parte de la dirigencia azul migró al Centro Democrático, como el exgobernador Luis Alfredo Ramos, el exministro Fabio Valencia Cossio y la exsenadora Liliana Rendón, quien en las pasadas elecciones obtuvo 114 mil votos.

No es diferente con la cabeza de lista del Partido Liberal, Horacio Serpa, pues su capital electoral está en Santander, donde hasta hace poco fue gobernador. En el partido aseguran que, mal contados, Serpa recibirá 200 mil votos. Allí, Serpa tendrá la oposición de Doris Vega, con la herencia política de su esposo, el excongresista Luis Alberto Gil, condenado por parapolítica.

Si de herencia se trata, está Andrés Cristo, hermano del presidente del Congreso, Juan Fernando Cristo, quien espera recoger esos votos y ocupar su curul en el Senado. En este caso los Cristo no están solos y la disputa será contra el conservador Juan Manuel Corzo, quien lleva 14 años como congresista, catapultado por el respaldo de los nortesantandereanos.

En Córdoba el dueño de los votos era Juan Manuel López Cabrales, condenado por parapolítica. El respaldo lo heredó su esposa Arleth Casado, quien fue la mayor votación del Partido Liberal, con más de 134 mil sufragios. Casado espera barrer nuevamente y tendrá como rivales a los senadores Nora García del Partido Conservador y Bernardo Elías de la U, quienes también tienen su apuesta en Córdoba.

En Atlántico funciona igual. El senador Roberto Gerlein lleva 45 años en el Congreso, respaldado por la fidelidad electoral de su departamento. Lo mismo sucede con la casta de los Char, que se da el lujo de tener hoy como senador a Fuad Char (el de mayor ausentismo), pone como candidato a su hijo Arturo Char y además tuvieron como alcalde de Barranquilla a Alejandro Char.

Lo propio hace la cabeza de lista del Partido Verde, Antonio Navarro, quien fue gobernador de Nariño y alcalde de Pasto. Sabe que gran parte su respaldo dependerá del apoyo de los nariñenses. La principal competencia es la senadora conservadora Myriam Paredes, involucrada en el escándalo de la Dirección Nacional de Estupefacientes, quien tuvo 104 mil votos en las pasadas elecciones.

En Bolívar, la exalcaldesa de Cartagena Judith Pinedo espera que quienes la acompañaron como mandataria municipal impulsen su aspiración al Senado. Tendrá que enfrentarse con la casta política de los García Romero, que han mandado en la política de Bolívar; su candidata es la senadora Teresita García Romero.

Boyacá es el fortín político del exgobernador Jorge Londoño, de la Alianza Verde, ahí obtuvo la mayor parte de los 81 mil votos de las pasadas elecciones. En esta ocasión se enfrentará al dirigente liberal Héctor Helí Rojas, quien luego de cuatro años vuelve a aspirar al Senado recogiendo los votos que siempre lo han acompañado: los de los boyacenses.

En Sucre, los votos los reclama la casta de los Guerra, hoy en orillas diferentes. El senador Antonio Guerra busca su reelección por Cambio Radical. Su hermana, la exministra María del Rosario Guerra, se lanzó por el Centro Democrático. En Risaralda, el senador Juan Samy Merheg busca la reelección con los votos de su hermano (hoy prófugo de la justicia) Habib Merheg y competirá contra Carlos Enrique Soto. Ellos se repartirán la mayor parte de la bolsa electoral del departamento.

En el Valle el senador Roy Barreras, luego de la detención de Dilian Francisca Toro, es el de mayor proyección. En el Tolima sucede igual con el conservador Juan Mario Laserna. Barreras y Laserna son catapultados por su respaldo al gobierno de Juan Manuel Santos y la capacidad burocrática que representa. Por su parte, Maritza Martínez parece no tener rival en la altillanura.

Casos como estos demuestran que para las elecciones al Senado los políticos sí son profetas en su tierra. También es claro que la intención de la Constitución de 1991 de generar liderazgos nacionales a través del Senado no dio resultado y son contados los casos de parlamentarios que tienen respaldo en las urnas a lo largo del país.