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"Retamos al presidente a que nos desmienta": senador Alfredo Rangel

El congresista del Centro Democrático sostiene que las cifras de seguridad se han deteriorado y que en el actual gobierno han aumentado los hurtos al comercio (62%), a entidades financieras (51%) y a personas (50%).

Camila Zuluaga
14 de abril de 2015 - 11:02 a. m.
El senador Alfredo Rangel, del Centro Democrático. / Archivo - El Espectador
El senador Alfredo Rangel, del Centro Democrático. / Archivo - El Espectador

 
En momentos en que el continente americano empieza a marcar una nueva hoja de ruta en las relaciones políticas, con una nueva actitud ideológica, en Colombia hay un importante sector que plantea un idear completamente opuesto. El Espectador habló con uno de sus voceros más destacados, el senador del Centro Democrático Alfredo Rangel, quien ha presentado en los últimos días algunas cifras que dan cuenta de un delicado deterioro en la seguridad del país, cifras que han sido desmentidas por el Gobierno Nacional.

Después de la Cumbre de las Américas, ¿no se sienten ustedes, en el Centro Democrático, fuera de lugar ante el apoyo del continente a los diálogos de paz de La Habana?

No, los apoyos de los gobiernos extranjeros al proceso son protocolarios y diplomáticos. Estoy seguro de que la inmensa mayoría de esos gobiernos no conocen las minucias de lo que está pasando internamente en los diálogos de paz y mucho menos conocen las posiciones críticas de la oposición política del Centro Democrático.

Pero ¿acaso no conocen los gobiernos del mundo las críticas que ustedes han venido haciendo al proceso?

La única versión que reciben los gobiernos de América y Europa es la versión gubernamental, que insiste de manera reiterada, consciente y mentirosa en que estamos próximos a la firma de un proceso de paz. En esas circunstancias, ningún gobierno extranjero quiere entrometerse en ese propósito y parecer enemigo de la paz.

¿Por qué mentirosa?

Hay que recordar que Santos ha incumplido por lo menos cinco plazos que ha establecido en estos dos años y medio para la firma de un acuerdo de paz. Este sería el sexto plazo que va a incumplir. De manera mentirosa, el presidente Santos está creando una falsa expectativa de que en 2015 se va a firmar un acuerdo de paz. Esto es absolutamente imposible. Y el presidente Santos está engañando a la opinión pública nacional e internacional.

Entonces, ¿cuándo cree usted que se firmará el acuerdo de paz con las Farc?

Cuando se solucionen al menos cinco callejones sin salida que tiene este proceso de paz: el tema de la justicia y la no entrega de las armas que, dicen las Farc, mantendrán en su poder como una garantía para el cumplimiento de los acuerdos. El tercer callejón sin salida es el de la misma agenda: para el gobierno son solamente cinco temas los acordados, mientras que para las Farc son esos cinco más por lo menos 28 pendientes de los tres puntos iniciales sobre los cuales se han publicado acuerdos parciales y temporales. Cuarto, que las Farc acepten que son un cartel de la droga, y cinco la refrendación. Todo esto no se resuelve ni en dos ni en tres meses. Entonces seguramente este año no se va a firmar la paz. El presidente Santos lo sabe y engaña conscientemente al país.

¿Cuánto tiempo tardarían en la negociación solucionando esos puntos?

Para las Farc, lo que se ha logrado hasta ahora es algo de menor cuantía, de menor valor, los temas importantes no se han tocado. Y han advertido que si no se tramitan esos temas no habrá un acuerdo de paz. Tramitarlo tardará muchos años.

Pero ¿no cree que las Farc son conscientes de que la oportunidad de negociación está con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, porque en el futuro podría llegar a la Presidencia alguien que piense como ustedes?

Las Farc no tienen ese tipo de cálculos políticos o electorales. Para las Farc el tiempo es un factor inagotable, de amplia disposición. Las Farc están aprovechando estos diálogos de paz para recuperar el terreno perdido durante el gobierno de la seguridad democrática, por eso les interesa prolongar al máximo estas negociaciones de paz. Las Farc han dicho que no tienen ninguna prisa y no aceptan plazos perentorios para una firma de paz.

A pesar de que el Gobierno ha negado la posibilidad de una constituyente, cada día parece más factible. ¿Les gusta la idea?

No creo que una constituyente sea viable. Genera riesgos jurídicos y legales de incertidumbre enorme para el país. Además, la manera como las Farc han concebido la constituyente, que no es idea de ahora sino que viene desde el Caguán, incluye que la asamblea constituyente se realice sin haber entregado las armas, sin haber pagado un solo día de cárcel y con la exigencia de que el 40% de los constituyentes se les entregue sin requisito de elección popular. Las Farc saben que si se someten a elección popular van a sacar el 2% o 5% de los constituyentes y no van a tener ninguna opción de decidir en esa instancia. En esas condiciones, es inaceptable una asamblea nacional constituyente.

¿El Centro Democrático no era partidario de una asamblea nacional constituyente?

No. En el Centro Democrático hemos propuesto la creación de un órgano legislativo transitorio que tendría como única y exclusiva agenda el desarrollo legal y constitucional de los acuerdos de paz. Este órgano tendría una serie de exigencias: primero, todos los miembros serían elegidos por votación popular; segundo, las Farc deben haber entregado las armas en el momento de la elección de ese órgano legislativo popular, y en tercer lugar, que tenga agenda y tiempo limitados para desarrollar los acuerdos de paz.

Cifras del conflicto

Ustedes han venido entregando cifras sobre el conflicto en Colombia en los años recientes, sin embargo, el presidente y el Gobierno han dicho que esas cifras son falsas, que hay que mirarlas en contexto. ¿Ustedes insisten en los datos entregados?

El presidente Santos ha demostrado que no le interesa la seguridad o que conoce las cifras y miente de una forma deliberada. El Centro Democrático se ha reafirmado en que las cifras del deterioro de la seguridad nacional son reales y tienen una fuente oficial; el presidente Santos lo negó. Sin embargo, el viceministro Bedoya ratificó la autenticidad de esas cifras, desmintiendo al presidente Santos. El sábado pasado dimos a conocer otras cifras de seguridad ciudadana que tienen origen en la Policía Nacional y en el Ministerio de Defensa, y retamos al presidente Santos a que desmienta esas cifras o corra el riesgo de que sea desmentido por sus propios ciudadanos.

¿Por qué si las cifras vienen de la Policía y del Ministerio ustedes las presentan como gran revelación?

Porque se producen ahí, pero no las dan a conocer. Sólo las dan a conocer por cuentagotas, algunas cosas que les convienen, pero nada más. En los años del gobierno del presidente Santos entre 2010-2014, el hurto al comercio creció 62%, el hurto en entidades financieras 51%, el hurto a personas 50%, el hurto a vehículos 45% y el hurto en viviendas 16%. Esas son algunas de las cifras que demuestran que, contrario a lo que dicen el Gobierno y sus voceros, la seguridad ciudadana, al igual que la seguridad nacional, han caído en un franco deterioro durante la administración de Santos.

¿Qué sentido tiene que el Ministerio de Defensa oculte esas cifras del conflicto armado cuando el ministro Pinzón ha sido el mayor defensor de las Fuerzas Militares y busca la verdad en relación con lo que está pasando con las Farc?

Una cosa es que el ministro de Defensa tenga una posición de valoración de las Fuerzas Militares y de la Fuerza Pública y que haga un esfuerzo para tratar de velar por la seguridad, y otra cosa son los resultados de las políticas o de la falta de políticas de seguridad de este gobierno. Mirando las cifras oficiales, el ministro de Defensa se raja en su gestión de la seguridad y este gobierno es el responsable de un importante retroceso, como lo ratifican las cifras oficiales y todas las encuestas de opinión pública, que señalan que los colombianos nos sentimos en un país más inseguro del que teníamos hace cuatro años.

Hablando de Vargas Lleras

La semana pasada, después de varias horas de debate por parte de ustedes en la Comisión Primera para impedir que el vicepresidente pudiera ser candidato, Uribe los contradijo de un plumazo. ¿Por qué?

En nuestra posición no ha habido un cambio radical. Seguimos pensando que se debe prohibir la reelección del vicepresidente para ser consistente con la prohibición del presidente. Así estaba en la Constitución de 1991 antes de que se modificara para aceptar la reelección. La diferencia está en la fecha en que se daría inicio a esa prohibición. Nosotros estábamos planteando que se hiciera desde ya y el expresidente Uribe aconsejó que hacerlo desde ya sería cambiar las reglas del juego electoral de 2018 y que, por lo tanto, debería pensarse que esa prohibición se hiciera a partir de 2022. Fue en ese sentido en el que votamos.

En su partido siempre han dicho que son muy democráticos en la toma de decisiones, pero con lo que pasó se confirmó lo contrario, que lo que diga Uribe

No, el Centro Democrático es un partido muy deliberante. Las discusiones internas son permanentes, el debate interno es muy prolífico y muy rico respecto a todos los temas de la actualidad nacional y a los temas programáticos del partido. En muchas ocasiones el presidente Uribe cambia de opinión, acepta la opinión mayoritaria o deja en libertad a la bancada del partido para tomar una posición mayoritaria que él no comparte. Lo que se dio en la Comisión Primera esta semana no es lo usual en la vida interna del partido, es excepcional.

Sin embargo, sin siquiera consultar llegó e impuso lo que a él le pareció, a pesar de lo que ustedes llevaban horas diciendo...

Mire, no puede decirse que en el Centro Democrático existe una disciplina para perros. El expresidente Uribe es un demócrata integral, respeta las ideas ajenas, escucha mucho y está siempre dispuesto a cambiar su posición si lo convencen con argumentos.

Pero esta vez la decisión fue un poco autoritaria...

En la bancada del Centro Democrático aceptamos los argumentos del expresidente Uribe, con quien no habíamos tenido oportunidad de discutir este tema, dado que esta iniciativa del senador Benedetti se presentó el lunes muy tarde en la noche y el martes en la mañana empezó a discutirse. No hubo tiempo para hacer una reunión de bancada, ni para reunirse con el senador Uribe.

Ustedes los políticos no dan puntada sin dedal. ¿Por qué Uribe decidió salvar a Vargas Lleras?

Si hay algún cálculo político detrás, sería el de proyectar una imagen de juego limpio por parte del Centro Democrático, que no está utilizando las reformas constitucionales o legales para derrotar a sus adversarios, a los que hay que confrontar en el plano del debate público. En el Centro Democrático queremos aparecer ante la opinión como adalides del juego limpio.

¿Ese espaldarazo a Vargas Lleras no tiene nada que ver con la Alcaldía de Bogotá? ¿El Centro Democrático va a apoyar en su totalidad a Pacho Santos en la Alcaldía o podría llegar a suceder que algunos sectores terminen apoyando a Peñalosa, quien hoy está promovido por Cambio Radical?

Por lo pronto, Pacho Santos es nuestro candidato a la Alcaldía de Bogotá.

Es decir, ¿ustedes le van a hacer campaña a Pacho Santos, así se lance Peñalosa y tengan coincidencias con ese candidato?

Las candidaturas en otros sectores políticos no nos van a hacer cambiar nuestra determinación de seguir apoyando a Pacho Santos como nuestro candidato a la Alcaldía de Bogotá.

 
 

Por Camila Zuluaga

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