El pasado martes trascendió a los medios de comunicación la noticia de la desarticulación de una poderosa banda de estafadores, entre los que se encontraban funcionarios públicos, que se dedicaban a engañar a víctimas de la violencia para incluirlos en las bases de datos de Acción Social. Esa misma tarde fueron capturadas cinco personas, entre quienes se encontraba un funcionario de la agencia presidencial.
El presidente Santos alertó sobre la manera como operaba la red de estafadores: “Les cobraban a los desplazados por acceder a los beneficios que otorga el Estado. Ellos sabían a quiénes se les iba a pagar en los próximos días y les pedían un porcentaje por tramitar con prontitud el desembolso de ese dinero. ‘Si me da el 30%, hago que le paguen rápidamente’, decían los ‘tramitadores’”, y agregó: “No hay derecho, no sólo quieren robar al Estado sino a los colombianos más humildes”.
Las declaraciones del mandatario se dieron en la ceremonia de instalación de las entidades encargadas de combatir este flagelo. “Que piensen dos veces —o tres o cuatro— los corruptos, antes de insistir en sus prácticas, porque ahora es la Nación colombiana, ahora somos 46 millones de colombianos los que estamos vigilándolos, los que estamos listos para denunciarlos, investigarlos y sancionarlos. ¡Los que estamos listos para frenarlos! Porque se acabó el cuarto de hora de los corruptos… ¡y comienza el cuarto de hora de Colombia!”, sentenció.
Y concluyó el presidente Santos: “Así que aquí queda —a disposición del país— la institucionalidad que nos permitirá acordar nuestra política contra la corrupción, coordinar nuestras acciones y ser efectivos en el combate de este flagelo que sólo crea pobreza y baja el tono moral de nuestra nación”.