“Se va a saber qué pasó en la retoma”: Exintegrantes del M-19

Antonio Navarro, senador, y Gustavo Petro, alcalde de Bogotá, fueron miembros del M-19. / Archivo

“Los del M-19 hemos pedido perdón muchas veces por la toma del Palacio de Justicia, aun los que no participamos de ella, como yo, que estaba en el exterior recuperándome de un atentado que me hicieron. Reconocemos que fue un error, pero, ¿quién del Estado y del Ejército ha pedido perdón por la retoma, donde hubo excesos y equivocaciones?”.

Es lo que dice el senador Antonio Navarro, exintegrante del M-19, hoy que el país revive los dramáticos episodios del 6 y  de noviembre de 1985, por cuenta de la aparición de los restos de Cristina Guarín, Luz Mary Portela y Lucy Amparo Oviedo, tres de los once desaparecidos tras la recuperación de la sede de la justicia por parte de las Fuerzas Armadas, asaltada a sangre y fuego por esa guerrilla.

Navarro reconoce que lo más duro para un ser humano es ser familiar de un desaparecido y por eso cree que el poder encontrarlo y darle sepultura es indispensable para afrontar el duelo y para el perdón. “¿Que están en una fosa común? Que digan dónde, porque alguien los tuvo que enterrar”, señala el congresista, quien también considera primordial que se resuelva la situación jurídica de los militares involucrados en el proceso, sin hablar con nombres propios.

Para Otty Patiño, quien también formó parte del M-19, es fundamental que se den estos hallazgos, pues es la manera de “restaurar y hacer una reparación a las víctimas y que la gente sepa qué fue lo que sucedió con sus familiares y tengan un cierre con la certeza de que efectivamente murieron. Es muy doloroso siempre vivir con la angustia permanente de no saber en dónde están y el reconocimiento de los restos ayuda en el proceso”.

Asimismo -al igual que Navarro-, agrega que la aparición de los desaparecidos es un elemento esclarecedor importante que puede ayudar a determinar qué fue lo que sucedió en la retoma, “porque más allá de la identificación de los restos, lo que se necesita es saber la verdad sobre cómo se produjo su muerte, por qué y quién los desapareció”.

En febrero de 2012, el hoy alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, otro exmilitante del M-19, expresó que la sociedad colombiana merecía un perdón conjunto por parte de esa guerrilla, el Estado y el Ejército por la toma y posterior retoma del Palacio de Justicia. Días antes, el Tribunal Superior de Bogotá había ratificado, en segunda instancia, la condena de 30 años de prisión contra el coronel (r) Alfonso Plazas Vega por la desaparición de dos víctimas del Palacio. Además, le solicitó a la Corte Penal Internacional que investigara al presidente de ese entonces, Belisario Betancur, por su presunta responsabilidad en los hechos y le ordenó al Ejército colombiano pedir perdón.

Sin embargo, el presidente Juan Manuel Santos, durante un acto público en Cali, pidió perdón por el fallo judicial a Betancur y al Ejercito “a nombre de los colombianos”, lo que fue cuestionado por los familiares de los desaparecidos que piden justicia y verdades para sanar esas heridas que vuelven a sangrar ahora, después de 30 años.