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¡Toca negociar!

Otto Morales Benítez recordó en estas páginas su experiencia con el gobierno de Belisario Betancur. Hoy El Espectador revive sus palabras.

Camila Zuluaga
02 de junio de 2015 - 02:34 a. m.
Para Otto Morales Benítez, el expresidente Uribe tiene la obligación con el país de no crear dificultades en el manejo de la paz. /Archivo - El Espectador
Para Otto Morales Benítez, el expresidente Uribe tiene la obligación con el país de no crear dificultades en el manejo de la paz. /Archivo - El Espectador
Foto: Andres Torres

Otto Morales Benítez fue un convencido político de que la única alternativa para terminar el conflicto armado en Colombia era la negociación. Por eso, cuando por primera vez tuve la oportunidad de escribir en estas páginas, hace ya dos años y medio, decidí acudir a su sabiduría y experiencia para hablar sobre el proceso de paz que había iniciado el presidente Juan Manuel Santos.
 
Hoy, mil días después de ese anuncio, las palabras expresadas por Morales Benítez siguen vigentes y responden a los mismos interrogantes que tienen muchos ciudadanos frente a la paz. He querido recordar sus impresiones para homenajear a quien abandonó este mundo el pasado 23 de mayo.
 
El gobierno de Belisario Betancur fue el que alcanzó a firmar un cese al fuego con las Farc. Si se llegó hasta ese punto, ¿por qué fracasaron esas negociaciones?
 
Por la oposición nacional de los sectores poderosos del país, que decían no, no y no al entendimiento. “Arrasamiento y muerte a esos vagabundos”, era lo que se decía; los mismos disparates de Álvaro Uribe. Es lo mismo, si me quiere entender, disparates godos y del Opus Dei.
 
Entonces, ¿eso quiere decir que el proceso tiene hoy los mismos enemigos que en su momento tuvo el presidente Betancur?
 
No, el país ha cambiado. Uno de los que forman parte del comité es Luis Carlos Villegas, presidente de la Andi. La gente se ha dado cuenta de la dimensión que tiene la guerrilla y del daño que hace. Esa dimensión la entendió el gobierno con lo del Caguán, que dicen que fue tan malo. El Caguán le reveló al país lo grave que era la guerrilla.
 
¿El Ejército hizo parte de la oposición?
 
No, el Ejército siempre estuvo de acuerdo con las negociaciones, estuvo siempre dispuesto a ayudar y a colaborar con el proceso. Aquí lo que hubo fueron enemigos agazapados dentro y fuera del gobierno.
 
¿Se puede hacer una similitud y equipar el gobierno del presidente Santos con el de Betancur?
 
En el sentido de llegar a una negociación, sí. En el sentido de no buscar confrontación bélica, sino confrontación de conversación y de entendimiento, que es lo que van a hacer, y eso está muy bien.
 
Y la coyuntura política, ¿podríamos decir que es similar también?
 
La coyuntura política la crea el Gobierno teniendo claridad de lo que puede proponer y de lo que puede hacer. Y en eso tenemos obligación los colombianos de ayudarle y apoyarle. No estar poniéndole palos a la rueda, no estar imposibilitando que las cosas se cumplan. Y el único que tiene todo el poder de entendimiento de cómo se deben manejar las situaciones es el presidente.
 
¿Qué opina de los designados por el presidente Santos para dialogar con las Farc?
 
Además de ser un grupo de gente muy capaz, tiene un componente importante y es que hay políticos de profesión como Humberto de la Calle, y eso es fundamental. El político sabe orientar, dirigir y conoce qué dimensión debe tener un problema.
 
¿Quiénes son entonces los que se han opuesto a los procesos de paz?
 
La gente que tiene valores económicos y políticos. Gente que no tiene las dimensiones que tiene un general. Son otras gentes.
 
¿Y esa otra gente tiene representación hoy en el país?
 
Tiene representación. Son los cacaos del país, ¡por Dios! Son la gente “importante”, los grandes industriales, los banqueros, etc. Si usted hoy les pregunta, la insultan y le dicen que yo estoy diciendo una mentira.
 
Esos grandes cacaos que usted dice que van en contra de la paz, ¿están en esa misma posición hoy en día?
 
Hoy hay una situación distinta; además, no podría darle ningún juicio sobre nadie, porque no estoy actuando en esos procesos de paz.
 
¿Cuáles son esos errores que se cometieron en esa negociación con las Farc en el gobierno Betancur, que no se deben repetir?
 
Allí hay varios fenómenos. En primer lugar, cuando se organizaron partidos políticos como la Unión Patriótica hubo una gran represión en su contra, lo que hizo que volvieran muchos de ellos a la guerrilla, pues sintieron que no tenían garantías. Sin embargo, el país, la sociedad civil, sí respondió al proceso. Usted ve gente como Antonio Navarro que está luchado en la vida administrativa y pública. Una gran contradicción.
 
¿Cree que existe la posibilidad de que algo similar a lo que sucedió en su momento con la Unión Patriótica se vuelva a presentar?
 
Creo que no. No veo ese espíritu en el país y menos en el presidente, que es el que dirige todas esas acciones.
 
Si usted tuviera que darle un consejo al actual gobierno con la experiencia que tuvo en los anteriores procesos de negociación, ¿cuál sería?
 
El único consejo que uno puede darle es que los negociadores sean discretos. Eso no puede ser noticia de prensa todos los días. No puede ser manejado por los periodistas, porque dañan y desvirtúan lo que está pasando. Recuerde que Fidel Castro, cuando las negociaciones de Andrés Pastrana con la guerrilla, les dijo a los periodistas que fueron a Cuba: “Sean discretos, no se metan en el proceso, no se pongan a intervenir y a desviar lo que se está haciendo”.
 
¿Qué hicieron ustedes en el proceso que se adelantó durante el gobierno de Betancur, que con el tiempo, y mirando hacia atrás, se dieron cuenta de que no se debió haber hecho?
 
Lo que hicimos estaba bien hecho y de ahí viene para acá la voluntad de negociación en el país, que la rompe Álvaro Uribe, que resuelve echarle bala a todo mundo. Y si usted se deja, también le echa bala.
 
¿Entonces si no hubiera llegado el gobierno de Álvaro Uribe y hubiéramos seguido la línea del presidente Pastrana, habríamos llegado a tener la paz en el país?
 
La paz tuvo muchas posibilidades, pero las boicotearon. Ha habido mucha gente que ha sido enemiga de la paz. Es que hay más enemigos de la paz que amigos de la paz.
 
¿No existe la manera de acabar el conflicto militarmente, como lo proponen ciertos sectores y era la manera del presidente Uribe?
 
No lo van a poder acabar. La organización de la guerrilla es muy estructurada. Este es un país muy difícil, porque es un país de ríos navegables, de muchas montañas, y las guerrillas están bien localizadas; ellos saben cuál es el terreno. ¡Toca negociar!

Por Camila Zuluaga

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