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En la trasescena electoral de Bogotá

Tras bambalinas de la campaña por la Alcaldía de la capital se juega un estratégico y calculado ajedrez político, cuyos protagonistas son los hoy pesos pesados del escenario nacional.

Redacción Política
02 de agosto de 2015 - 02:00 a. m.
El presidente Juan Manuel Santos, el vicepresidente Germán Vargas Lleras, la líder conservadora Marta Lucía Ramírez, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro; y el expresidente Álvaro Uribe.
El presidente Juan Manuel Santos, el vicepresidente Germán Vargas Lleras, la líder conservadora Marta Lucía Ramírez, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro; y el expresidente Álvaro Uribe.

Ya es un lugar común decir que cada cuatro años las elecciones de alcaldes, gobernadores, concejales y diputados —atravesadas en el calendario a dos años y medio de las presidenciales— marcan el primer paso en el camino de la lucha por el poder nacional, dejando ver con sus resultados la manera como comienzan a acomodarse las fuerzas políticas de cara a dicha contienda. Y también se reconoce que en ese estratégico juego, el pulso por la Alcaldía de Bogotá es determinante para quienes aspiran a ser sus principales protagonistas.

Esta vez, los comicios del próximo 25 de octubre no serán la excepción. Y el panorama en la capital de la República muestra que detrás de algunos candidatos, los de los partidos con clara aspiración presidencial, hay un calculado juego de ajedrez político que involucra nada más ni nada menos que al presidente Juan Manuel Santos, a su vicepresidente Germán Vargas Lleras, el expresidente y hoy principal opositor del Gobierno, Álvaro Uribe; la excandidata presidencial conservadora Marta Lucía Ramírez; el actual alcalde Gustavo Petro y, si se quiere, hasta el procurador Alejandro Ordóñez.

Rafael Pardo, por ser el avalado por los partidos Liberal y de la U, bien puede considerarse como el candidato del jefe de Estado. Enrique Peñalosa, aunque se inscribió por firmas (movimiento Equipo por Bogotá), tiene la “bendición” de Cambio Radical, donde dicen no se mueve una hoja sin el consentimiento de Vargas Lleras. Pacho Santos anda recorriendo las localidades de la ciudad con Uribe, jefe del Centro Democrático. Y los conservadores ya dijeron que no irán con candidato propio y que en los próximos días decidirán con quién se sienten identificados, no sin antes pedir la unidad de todos los anteriores en una sola causa, que no es otra que la de derrotar a la izquierda, representada en Clara López, del Polo Democrático.

Y es precisamente en este escenario que surge la figura de Marta Lucía Ramírez como una de las principales protagonistas. Ya se sabe que dijo no a los pedidos de la Dirección Nacional Conservadora para que fuera su carta a la Alcaldía. Pero la encrucijada en que se encuentra es compleja. Afín al uribismo, en el Centro Democrático esperan su respaldo a la aspiración de Pacho Santos. Sólo que el estancamiento de éste en las encuestas implica, sin duda, una espinosa barrera para alguien con probadas aspiraciones presidenciales.

En otras palabras, Marta Lucía Ramírez no se puede dar el lujo de subirse a un carro perdedor, pero tampoco puede echarse en contra al uribismo, pues es claro que uno de sus objetivos es ganarse su respaldo para que se convierta —junto con los conservadores— en ese otro cimiento que le permita construir una candidatura con verdadera opción de victoria en 2018. Y aunque en la actual campaña por el poder local y regional se le ha visto muy activa en la tarea de encontrar consensos entre su partido y el Centro Democrático, fuentes de la colectividad dicen que, en el caso de Bogotá, prefiere hablar de “respeto a la institucionalidad”.

Es decir, atenerse a lo que decida la Dirección Conservadora, antes que apresurarse a anunciar un apoyo personal. Una postura que da para interpretaciones. Ya se dice que Ramírez está esperando a que las encuestas muestren la caída de Pacho Santos, para tener cómo mostrarle a Uribe los argumentos por los cuales no lo acompañará. ¿Y si no es Pacho, entonces quién? No hay nada definido, pero las señales apuntan a que sería Enrique Peñalosa.

Las razones se hablan en voz baja, aunque hay verdades que saltan a la vista. Como que David Barguil hizo sus primeros “pinitos” en la política bogotana al lado de David Luna, hombre incondicional del exalcalde, cuando aspiró al Concejo en el año 2000. De ahí nacieron unos lazos de amistad que se han afianzado con el tiempo. Por otra parte, aseguran que Marta Lucía Ramírez le tiene respeto a Rafael Pardo, pero no le gustan quienes lo rodean y que, además, los chismes de que por debajo de la mesa existe una alianza entre éste y Gustavo Petro, generan muchas dudas y desconfianza.

El meollo del asunto estaría entonces en que al dar ese paso, Ramírez estaría poniéndose del lado del candidato de Germán Vargas Lleras, el eventual gran rival a vencer en las presidenciales de 2018. “De todas maneras, la apuesta es por una carta ganadora en Bogotá, que es por donde pasa el eje de la política nacional. Y dar la pelea en las regiones, donde junto al uribismo se han consolidado alianzas claves que permitirán tener una base sólida de alcaldes, gobernadores, concejales y diputados”, le dijo a El Espectador una fuente cercana a la líder conservadora.

Ahora, con el apoyo de Cambio Radical a Peñalosa, todos están notificados de que Germán Vargas Lleras va a jugar duro. Está claro que como funcionario público no puede participar en política electoral, pero para nadie es un secreto que su deseo de ser presidente de Colombia sigue intacto. Incluso, ese apoyo al exalcalde —cuando se esperaba que Pardo fuera el ungido de toda la coalición santista— ha sido calificado por algunos como la respuesta directa a una declaración que diera hace algún tiempo el senador Horacio Serpa, codirector del Partido Liberal, en el sentido de que irían con candidato propio en 2018, “fecha de caducidad de esa dichosa Unidad Nacional”.

Como quien dice, un tire y afloje para ver quién tiene más fuerza, en el que parte del veredicto se sabrá cuando se conozca el nombre del alcalde de Bogotá. Ahora, en su cruzada, Vargas Lleras sabe también que tiene que sumar la mayor cantidad de fuerzas posibles y que si bien Cambio Radical es hoy el “hijo menor” de la Unidad Nacional, después del 25 de octubre otro gallo puede cantar. En las regiones dicen que son muchos los dirigentes políticos que se vienen acercando a ese partido, aplicando aquello de que hay que estar a la sombra del árbol más grande, poderoso y que dé más sombra.

El otro protagonista en el juego por la Alcaldía de Bogotá es el presidente Juan Manuel Santos. Y también son muchas las versiones que se escuchan en la “chismografía” política nacional y local. La U, su partido, respalda a Pardo, pero en altas esferas del Gobierno dicen que el primer mandatario tiene una deuda con Clara López, quien se dio la “pela” de apoyar su reelección, aun a costa de ir en contradicción con su partido. ¿A quién le dará Santos el “guiño”? En los pasillos de la Casa de Nariño aseguran que por ahora el jefe de Estado no se inclinará para ningún lado y que su único interés es garantizar que el proceso electoral sea transparente. Una frase recurrente de todos los mandatarios por estas épocas de disputas electorales.

Protagoniza igualmente el expresidente Uribe, cuyo partido, el Centro Democrático, fue la fuerza política con más votación en Bogotá en las pasadas elecciones a Congreso. La lista encabezada por María Fernanda Cabal logró cinco curules a la Cámara de Representantes. Pero su candidato, Pacho Santos, nada que despega. Es cierto que falta mucho camino por recorrer y que el debate de las ideas apenas comienza, pero en el uribismo, lo reconocen, hay preocupación.

¿Llegará la hora de pensar en hacer alguna coalición? El mismo Uribe lo ha descartado y si bien en las elecciones de 2011 estuvo con Peñalosa, es impensable verlo ahora del lado del candidato de Vargas Lleras, uno de sus enconados rivales políticos. Por ahí han corrido versiones de un acercamiento con Clara López, algo que nadie confirma, Y el otro lío está en que las perspectivas para 2018 son oscuras. A quien fuera su ficha hace un año, Óscar Iván Zuluaga, se le ve acosado por la justicia con el escándalo del hacker y ahora con problemas de salud. Es ahí donde encuadra la perspectiva de Marta Lucía Ramírez y aparece también el nombre del procurador Alejandro Ordóñez como una carta, por ahora escondida pero viable para el uribismo.

Por último, hay que tener en cuenta el papel que pueda jugar el alcalde Petro. Tampoco puede participar en política, pero todos saben que su proyecto no se agota en haber llegado al poder en Bogotá y sus amigos han dicho abiertamente que estará en la baraja presidencial dentro de tres años. Solo que su movimiento, el Progresismo, no cuenta con la fuerza suficiente para pelear la Alcaldía con María Mercedes Maldonado, su candidata, lo que obliga a mirar a otros lados.

Lo más lógico sería hacer una alianza con Clara López. Al fin y al cabo, Petro fue miembro del Polo Democrático y hay una identidad en las ideas de izquierda. Pero también es cierto que en varios sectores dentro de esta colectividad su nombre genera demasiada resistencia. Por eso, los rumores hablan de ese supuesto acercamiento a Pardo, quien en los pocos días que estuvo como alcalde encargado —cuando Petro fue destituido por la Procuraduría— se mostró conciliador y no aplicó cambios al programa de la Bogotá Humana.

Como se ve, son verdaderos pesos pesados de la política nacional involucrados en la disputa de poder por el que es considerado el segundo cargo de elección popular más importante del país, después de la Presidencia. Claro, hay muchas otras aristas a tener en cuenta. Por ejemplo, el santismo sabe que sería un revés casi catastrófico perder Bogotá en manos del uribismo, en momentos en que se juega la paz con las Farc en La Habana. Y está también la expectativa por saber la postura que asumirá el presidente Juan Manuel Santos en la contienda electoral de 2018 por su reemplazo. Porque aunque algunos consideran que lo más lógico es que ese respaldo vaya hacia su actual vicepresidente, eso es algo que todavía está por verse.

Entre Peñalosa, Pardo y Clara López

Según la más reciente encuesta de Datexco —realizada telefónicamente a 1.000 ciudadanos en Bogotá y divulgada el pasado jueves por el portal Colombia.com—, a la pregunta “Si las elecciones por Alcaldía fueran hoy, ¿por quién votaría?”, el 21,8% afirmó que lo haría por Enrique Peñalosa, el 18,5% por Rafael Pardo y el 16,7% por Clara López.

Después están Francisco Santos (4,9%), Carlos Vicente de Roux (1,7%), Hollman Morris (1,5%), Álex Vernot (0,4% ) y María Mercedes Maldonado (0,2%).

El estudio reveló también que Pardo es el candidato con la imagen favorable más alta entre los bogotanos (56,8%), seguido de Clara López (45,1%), Peñalosa (44,8%) y Carlos V. de Roux (36,5 %). Los tres con imagen más desfavorable son Francisco Santos (62,6%), seguido de Álex Vernot (50,4%) y Hollman Morris (43,8%).

Por Redacción Política

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