Tres años de avances y retrocesos

Bitácora de los encuentros exploratorios entre el Eln, segunda guerrilla de Colombia, y el gobierno Santos. Los contactos comenzaron en 2012 y todo indica que en próximos meses arrancará formalmente el proceso de paz en Ecuador.

Alfredo Molano Jimeno
09 de agosto de 2015 - 02:00 a. m.
El Eln es la segunda guerrilla del país, con casi 1.200 hombres en sus unidades de combate. / Archivo
El Eln es la segunda guerrilla del país, con casi 1.200 hombres en sus unidades de combate. / Archivo

Esta semana, la agenda del presidente Juan Manuel Santos se volvió a agitar por cuenta de los dilemas de la paz. Pero esta vez las noticias no han tenido que ver con el proceso con las Farc, que avanza a todo vapor en La Habana (Cuba), sino con información que llega desde Ecuador, donde Gobierno y Eln trabajan para alcanzar un acuerdo que permita instalar una mesa formal de negociación.

Aunque los colombianos hemos visto más de una vez ese titular de que el proceso de paz con la segunda guerrilla del país está próximo a arrancar, esta vez hay rumores creíbles de que en septiembre, o antes, se instalará dicha mesa de conversaciones. El Espectador conoció de buenas fuentes que el anuncio de paz es cuestión de tiempo y que definitivamente Ecuador será la sede de los diálogos.

El país vecino ha acogido la fase exploratoria y tiene condiciones para hacerlo con la mesa de diálogos. Primero, porque al ser fronterizo con Colombia brinda las garantías de movilidad que la guerrilla exige. Segundo, porque el tercer gobierno de Rafael Correa –amigo de los diálogos– irá hasta 2017. Y tercero, porque en Quito está la sede de Unasur, organismo multilateral de articulación suramericana, cuyo secretario general es el expresidente Ernesto Samper Pizano, comprometido facilitador del proceso de paz con el Eln.

Sin embargo, el camino para llegar a la mesa de negociaciones ha sido largo y tortuoso. Los obstáculos han sido innumerables y las crisis han sido más que los avances. El Espectador ha seguido paso a paso los bemoles de estos acercamientos y diálogos exploratorios. Desde que, en enero de 2012, la opinión pública empezó a hablar de que el Gobierno y las Farc habían iniciado un proceso de acercamiento, se barajó la tesis de que también se quería involucrar al Eln en el mismo proceso de paz. Pero no pasó de ser un simple rumor.

Los contactos con los “elenos” se dieron a finales de agosto de 2012, “justo cuando se oficializó el acuerdo de La Habana con las Farc”, detalló el jefe guerrillero Antonio García en entrevista con el diario argentino Tiempos, en enero de 2015. García, miembro del Comando Central (Coce) del Eln, máxima instancia de esa agrupación insurgente, reveló que fue en Caracas donde se dieron esos acercamientos. “Fue el gobierno venezolano el que propició la ocasión: aprovechó una cita que nos brindó para escuchar nuestra lectura sobre la realidad vivida en Colombia y nuestra visión sobre la paz en el momento”, refirió el jefe insurgente.

Pero los acercamientos fueron interrumpidos por razones que no se conocen. En parte, se cree que el hecho de que el gobierno Santos le diera prioridad a iniciar una mesa con las Farc, sembró desconfianza y molestia en el Eln. Lo cierto es que, paradójicamente, el siguiente capítulo de los acercamientos fue a raíz del secuestro de un grupo de contratistas extranjeros durante los primeros días de 2013, entre ellos el canadiense Jernot Wobert.

En ese momento, el presidente Santos dijo que esperaba que el Eln, de la misma manera que lo hicieron las Farc en su momento, diera muestras de voluntad de paz y le exigió no solo la libertad de quienes estaban secuestrados, sino la proscripción de esta práctica. De esta manera, en agosto de 2013, el día en que Wobert fue liberado en Barrancabermeja, se produjo de inmediato una oleada de optimismo respecto a que las conversaciones estaban cerca de empezar.

La atmósfera proclive al diálogo se fortaleció también con la liberación de los hermanos Uwe y Günther Otto, ciudadanos alemanes que estuvieron cinco meses en cautiverio. Estos gestos de la guerrilla aclimataron un ambiente de entendimiento, así que con la intermediación de los gobiernos de Noruega, Cuba, Brasil, Ecuador y Venezuela, los representantes del presidente Santos y los voceros del Eln agendaron un nuevo encuentro, esta vez en Caracas (Venezuela).

Por esos días, la campaña presidencial calentaba motores, pero en enero de 2014, con el mayor sigilo, se inició la fase exploratoria. Desde ese momento, el equipo del Gobierno, representado por el exministro y excomisionado de Paz Frank Pearl —quien también participó del proceso con las Farc—, el general (r) Eduardo Herrera Berbel y Jaime Avendaño; y el del Eln, en cabeza de los comandantes Antonio García y Pablo Beltrán, se han dedicado a construir la agenda de negociación y los detalles del proceso.

En junio de 2014, cuando ya la campaña a las presidenciales estaba al rojo vivo por la polarización entre la guerra y la paz, el gobierno Santos y el Eln dieron a conocer el único comunicado conjunto que se ha producido hasta ahora. En este documento, las partes afirmaron que trabajan desde enero en la construcción de la agenda de diálogos y que ya se acordó incluir en ella los puntos de víctimas y de participación de la sociedad.

Seis meses después se dio la mencionada entrevista de Antonio García para el diario argentino Tiempos. En ella, el jefe guerrillero sostuvo que la agenda de diálogos tenía seis puntos, dos de ellos aún sin acordar. Según indicó, esta propuesta incluía participación de la sociedad, democracia para la paz, transformaciones necesarias para la paz (aún sin tratar), víctimas, fin del conflicto armado (aún sin tratar) e implementación del acuerdo y refrendación del mismo.

Tres meses después, en marzo de 2015, se rumoró que el principal obstáculo para avanzar hacia la formalización de la mesa era la negativa del Eln a incluir en la agenda la dejación de las armas. También se dijo que esta guerrilla insistía en incluir asuntos que competen al modelo económico, como la extracción de recursos minero-energéticos, así como la amplia participación de la ciudadanía en la construcción del proceso de paz.

Durante mayo y junio pasados, los acercamientos con el Eln tuvieron dificultades. Se habló de crisis y de la posibilidad de que se finalizara con el intento de acordar una negociación. Incluso, se resaltó el supuesto cansancio del presidente Santos, quien estaba dispuesto a no continuar con los diálogos exploratorios. También se supo por esos días que el máximo comandante del Eln, Nicolás Rodríguez, alias Gabino, y Timochenko, jefe de las Farc, se habían reunido en Cuba.

El 4 de julio, Gabino afirmó en declaraciones públicas que no era cierto que se negaran a discutir el fin del conflicto y la dejación de armas. Desde ese momento, un nuevo aire llegó a los diálogos entre el Ejecutivo y el Eln, hasta el punto de que desde ese momento los delegados de las partes se han reunido en tres rondas de trabajo. Mucho más de lo que se había logrado en veinte meses que lleva la fase exploratoria. En este contexto es que crece mucho más el rumor de que la mesa formal de diálogos se instalará en cuestión de días en Ecuador.

 

Por Alfredo Molano Jimeno

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