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Unidad en medio de la crisis en la frontera

Desde el Gobierno y diferentes sectores políticos nacionales e internacionales han criticado las medidas adoptadas por el mandatario del país vecino, Nicolás Maduro. Sin embargo, las diferencias internas se mantienen.

Redacción Política
27 de agosto de 2015 - 03:55 a. m.

Sin romper con los protocolos diplomáticos, el presidente Juan Manuel Santos respondió a su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, los duros comentarios y acciones contra los colombianos deportados del país vecino y aclaró que los problemas de ese país no tienen que ver con Colombia. La crisis, además, ha generado que las diferentes fuerzas políticas salgan en defensa de los nacionales deportados y fustiguen el gobierno de Maduro. Sin embargo, en medio de la crisis, las diferencias políticas también han aflorado.

El presidente Santos, objeto de múltiples críticas por no responder prontamente y con contundencia a los ataques del presidente Nicolás Maduro, fue claro al señalar: “No quiero enfrascarme en una pelea. Tenemos unas reglas de juego de que no peleamos por los medios de comunicación ni por los micrófonos”. Una declaración diplomática que no le impidió advertir que la crisis que enfrenta Venezuela no puede convertirse en un motivo de maltrato para los colombianos.

Por eso Santos afirmó: “Los problemas de Venezuela son hechos en Venezuela, no son hechos en Colombia o en otras partes del mundo”. Y no dejó de recordarle que la crisis tiene que ver, en gran medida, por el modelo económico de ese país. “Podemos comparar ese modelo con el de la ‘Tercera Vía’ que hemos aplicado en Colombia. Los resultados hablan por sí solos. Colombia fue el país que más creció en América Latina. Este año vamos a crecer entre 3 y 3,5. Venezuela va a decrecer 7%”, precisó Santos, quien planteó ejemplos similares en seguridad, desempleo o inflación.

En las actuales circunstancias, el presidente Santos ha encontrado en el exmandatario César Gaviria al mejor de sus escuderos. Con voz airada en distintos medios de comunicación, Gaviria hizo un llamado a la unidad frente a la hostilidad desde el gobierno de Venezuela y les pidió a los expresidentes Andrés Pastrana y Álvaro Uribe para que salgan a la defensa de Colombia y su gobierno. Esto porque los dos exmandatarios han planteado radicales críticas contra Maduro, pero al mismo tiempo han recriminado la pasividad de Santos.

Al que sí descalificó abiertamente fue al exmandatario y actual secretario general de Unasur, Ernesto Samper, de quien señaló: “Él, sin consultarle a ninguno de los países miembros, ya tomó una posición en favor del gobierno de Maduro. Ha hecho algo inaudito, ha corrido a decir que el único problema que hay en la frontera es el paramilitarismo. Que venga a Cúcuta y que no reciba instrucciones desde Venezuela”.

La respuesta de Samper se dio a través de un tibio comunicado en el que señaló: “Los colombianos deportados pueden tener la seguridad de que Unasur está haciendo lo posible porque se respeten sus derechos y se regularice su situación. Confío en que el mejor camino es el diálogo y la negociación, como se lo he hecho saber a los presidentes Maduro y Santos. Me solidarizo con las familias y confío en que se encuentre con rapidez el camino para la reapertura de la frontera, en un ambiente de amistad, de entendimiento y de paz”.

Aunque las diferencias políticas internas no han permitido una posición cohesionada, las críticas contra el gobierno de Venezuela sí se dan desde todos los frentes. El expresidente Álvaro Uribe recomendó medidas ante organizaciones internacionales. “La Convención Americana sobre Derechos Humanos prohíbe la expulsión colectiva de extranjeros. No obstante que Venezuela se retiró de esta Convención, Colombia continúa siendo signataria. El artículo 15 de la Carta de la OEA estipula que el derecho que tiene un Estado a proteger y desarrollar su existencia no lo autoriza a ejecutar actos injustos contra el otro Estado”.

El procurador Alejandro Ordóñez anunció que llevará ante la Corte Penal Internacional las agresiones de las que están siendo víctimas los colombianos y advirtió: “Estamos frente a claros delitos de lesa humanidad, aquí se debe pedir la unidad de la institucionalidad frente a estas víctimas de actos sistemáticos”. El contralor Edgardo Maya se sumó diciendo: “No podemos dejar que de ninguna manera maltraten a nuestros conciudadanos, y menos aún de la manera salvaje como lo están haciendo. Tenemos que ayudarlos volcando al Estado en su apoyo. Pero tampoco podemos caer en claras provocaciones”.

Desde el ámbito internacional también se han dado manifestaciones de apoyo, como la del expresidente de Bolivia Jorge Quiroga, quien dijo: “Estamos viendo el síntoma, pero el tema de fondo no es lo que está argumentando el señor Diosdado Cabello, no es contrabando, no es criminalidad y no es devaluación. El problema real es el de un régimen que se está cayendo a pedazos y que quiere aferrarse al poder a través de cualquier mecanismo distractivo o que propicie la cancelación de los comicios”.

En el señalamiento de Quiroga se advierte el telón de fondo de esta disputa, pues es un hecho que en pocos meses habrá elecciones para la Asamblea en Venezuela y el panorama no pinta nada bien para el gobierno de Nicolás Maduro, quien incluso se ha manifestado en total desacuerdo con cualquier mecanismo de observación internacional.

No obstante, entre las voces críticas, surgió una de respaldo a Venezuela. La de la exsenadora Piedad Córdoba, quien a través de su cuenta en Twitter cuestionó por qué los medios de comunicación no hacen el mismo despliegue a los desplazamientos por el conflicto interno que a las deportaciones, y agregó que hay millones de colombianos que viven plenamente integrados en el país vecino y recibiendo beneficios en materia de salud, vivienda y educación.

En medio de este convulsionado ambiente, el Gobierno sigue avanzando por los canales diplomáticos y las cancilleres de Venezuela, Delcy Rodríguez, y de Colombia, María Ángela Holguín, buscan salidas para la crisis y el presidente Santos, en compañía de la mayor parte de los ministros de su gabinete, realizó una visita, para algunos tardía, a la ciudad fronteriza de Cúcuta, donde planteó soluciones para los problemas económicos y sociales que se han desatado con la deportación masiva de nacionales desde la zona del Táchira.

Por Redacción Política

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