Uribe acepta que guerrilleros de las Farc vayan a penales agrícolas

En las últimas horas el expresidente y senador Álvaro Uribe ha venido dando muestras de meterse de lleno en el debate sobre la paz, aun modificando algunas de sus posiciones iniciales. Así se puede observar en un documento en el que el senador Uribe sugiere que los guerrilleros que accedan a la justicia transicional puedan saldar sus deudas con la justicia no en un penal convencional sino en una colonia agrícola. Eso sí, cumpliendo allí con el presupuesto de la restricción efectiva de la libertad. La postura del exmandatario resulta inesperada, pues uno de sus inamovibles era la exigencia de que las condenas se purgaran en cárceles ordinarias.

“Si en aras de la paz los cabecillas responsables de delitos atroces no van a cárceles ordinarias, por lo menos durante la sentencia alternativa, esto es, más corta, que se les imponga, deberían estar recluidos en lugares que tengan condiciones penitenciarias, así esos sitios fueran granjas agrícolas o similares”, se lee en el documento.

En otro aparte del texto, el líder del Centro Democrático sostiene que si bien no acepta que en Colombia haya un conflicto armado, por lo cual no se deberían aplicar modelos de justicia transicional, “en aras de la paz, sin que estemos de acuerdo, aceptamos que a la guerrilla se le trate como actor unilateral de conflicto y que se le aplique justicia transicional, administrada por el tribunal que informan los acuerdos, que no se aplicaría a los civiles ni a los integrantes de las Fuerzas Armadas”.

También se observa un cambio de posición del uribismo respecto a la elegibilidad política de los miembros de la guerrilla. Al respecto explica el texto: “Hemos aceptado que en aras de la paz se permita la elegibilidad política de quienes entren en los acuerdos con el Gobierno, con la excepción de responsables de delitos atroces como los de lesa humanidad, graves crímenes de guerra, el narcotráfico, la extorsión y otros”.

Al final, el expresidente da muestras de nuevas posturas, pero al mismo tiempo establece condiciones extremadamente altas para la mesa de negociación. De estas posturas se puede deducir que si bien el exjefe de Estado seguirá combatiendo el proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, cada vez está más cerca de la mesa de diálogos de La Habana.