Como ya es costumbre, pese a sus quebrantos de salud y una cirugía que tiene programada, el vicepresidente Germán Vargas Lleras tiene lista una apretada agenda de fin de año. En esta ocasión no solo se trata de inauguraciones de obras o puesta en marcha de otras, sino que será invitado ilustre a la posesión de siete mandatarios que tienen filiación política con Cambio Radical, partido del que el vicepresidente es su jefe natural.
Desde ayer el vicepresidente Vargas Lleras llegó a mediodía a la posesión del alcalde electo de Tunja, Pablo Emilio Cepeda, quien en las elecciones tuvo el aval de Cambio Radical y Opción Ciudadana. Allá dijo, entre otras palabras, que “vamos a acompañar al mayor numero de alcaldes y gobernadores para desearles mucho éxito y que podamos continuar trabajando con los mandatarios locales de la manera tan constructiva como lo hemos hecho con los que están saliendo”.
Pero la agenda no paró ahí. Vargas Lleras también fue a Villavicencio, donde acompañó a Wílmar Barbosa, quien se lanzó por el movimiento independiente Unidos Podemos, pero también recibió el apoyo de Cambio Radical. Su correría del martes, no propiamente de infraestructura, terminó en Huila acompañando al gobernador entrante, Carlos Julio González, quien también fue respaldado en las elecciones por esta colectividad.
Hoy la agenda del vicepresidente Germán Vargas Lleras no será tan agitada, pero nuevamente estará presente en un evento de posesión: la del gobernador de Caldas, Guido Echeverri, quien tuvo el respaldo de la coalición de Unidad Nacional, pero en la región es claro que su bastión político es Cambio Radical.
El año nuevo llegará con grandes “celebraciones”. La primera será en Sucre, donde el vicepresidente acompañará al electo gobernador Édgar Enrique Martínez, quien logró derrotar en las urnas al que se consideraba indestronable, el exrepresentante Yahir Acuña, quien puso el nombre de su esposa Milene Jaraba como candidata, pero gracias a una coalición impulsada por Cambio Radical ganaron las elecciones.
Pero las tomas de mandato más importantes del nuevo año son las consideradas joyas de la corona de Cambio Radical. Se trata de los eventos de posesión del alcalde de Barranquilla, Álex Char, miembro incuestionable de la colectividad, y la de Enrique Peñalosa en Bogotá, quien ha militado en varios partidos, lanzó su campaña por firmas, pero es innegable que el apoyo político lo tuvo desde Cambio con la vocería de los parlamentarios Carlos Fernando Galán y Rodrigo Lara, los principales escuderos de Vargas Lleras en la arena política.
Para algunos será hilar muy delgado, pero es claro que el presidente Juan Manuel Santos no se puede reelegir, eso lo saben en la Unidad Nacional y por eso los partidos están en búsqueda de candidatos para las presidenciales. En Cambio Radical, aunque el vicepresidente Vargas Lleras no ha dicho una sola palabra, la carta ganadora es él.
Ahora que el vicepresidente está acompañando a varios de los candidatos que resultaron ganadores, recuerdan las palabras del nuevo gobernador de Cesar, Franco Ovalle, quien a pesar de ser del Partido de la U, en la plaza pública lanzó una sentencia que dijo mucho: “Somos amigos del que hoy maneja la chequera, es decir, del doctor Germán Vargas Lleras”.
Una afirmación que no fue bien recibida por el presidente Santos, quien bajando el tono del enfrentamiento político, que incluso tuvo un episodio en la Casa de Nariño donde Roy Barreras y Horacio Serpa hicieron el reclamo, señaló: “Es que el presidente es quien tiene la chequera, y es que así funciona el sistema presidencial; para que no exista ningún equívoco les digo, los vamos (los proyectos) a poder establecer gobernadores y la Presidencia de la República, y por supuesto los ministros también”.
No hay duda, el dueño la chequera es el presidente Santos, pero gran parte del manejo está en manos de Vargas Lleras y los ministros de su partido: Luis Felipe Henao, de Vivienda, y Natalia Abello, de Transporte. Finalmente son ellos los encargados de ejecutar la apuesta del Gobierno por la infraestructura, eso lo tienen claro alcaldes y gobernadores entrantes, que saben que en política “el que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija”.