Hace casi 20 meses el presidente Juan Manuel Santos realizó una modificación a la estructura y funcionamiento del Gobierno argumentando que buscaba diseñar un modelo más ejecutivo, con mayor eficiencia y eficacia. Entonces se crearon en cuatro nuevos cargos de “ministros consejeros”. Ahora, con el revolcón anunciado esta semana, fueron eliminados de un plumazo los tan mentados “superministerios” y es evidente que aunque se habla de austeridad, los gastos de esos recién extinguidos cargos fueron millonarios.
El Espectador, a través de un derecho de petición, pidió al Ministerio de Hacienda la información salarial de los funcionarios del Gobierno, entre ellos, los Ministros de la Presidencia, Consejero de Comunicaciones, y Consejero para el Posconflicto y los costos de nómina asignados a cada uno de sus despachos. De ahí, el cálculo de los gastos de nómina para estos nuevos y fugaces cargos llegaron a los $1.680 millones.
Cada uno de estos funcionarios tenía asignado un sueldo de $15.591.621, divididos en asignación básica de $4.265.870; gastos de representación de $7.583.763 y prima de dirección $3.741.988. Además, contaban una bonificación de dirección y prima técnica, reglamentada con el Decreto 3150 de 2015, que equivale a cuatro veces el salario mensual y se paga en dos plazos (junio y diciembre), cada una de $31.183.242. Es decir, $62.366.484.
Sumados estos montos, la asignación salarial de los superministros que nombró el presidente Santos, por recomendación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo (Ocde), el llamado “club del mundo para las buenas prácticas de gobierno” al que Santos está empeñado en ingresar, alcanza casi $250 millones anuales por funcionario.
Haciendo un balance en nómina, de los veinte meses que se mantuvo el modelo que el presidente puso en funcionamiento el 3 de abril de 2014, cuando posesionó a Néstor Humberto Martínez Neira como Ministro de la Presidencia, María Lorena Gutiérrez, Ministra Consejera de Gobierno y Sector Privado, a Óscar Naranjo como Ministro Consejero de Posconflicto y a María del Pilar Calderón como Ministra Consejera de Comunicaciones, cada uno costó más de $405 millones.
En el gobierno se ha hablado de austeridad inteligente. Tal vez por eso se retiró este modelo que fue recomendado por el exprimer ministro Británico, Tony Blair, quien lo implementó en su mandato. Lo que el país no sabía cuando el Gobierno se montó en esa modificación a la estructura de la burocracia en el Ejecutivo, era que el modelo costaría $1.680 millones solo en la nómina de estos funcionarios.
En su momento el presidente Santos justificó el asunto con una frase que apuntaba a los beneficios en materia de eficiencia gubernamental: “Créanme que a partir de este momento voy a estar mucho más tranquilo, porque voy a tener un equipo de lujo acompañándome y asesorándome, y criticándome y ayudándome a tomar las decisiones más acertadas”. No obstante, luego de más de año y medio estos cargos fueron eliminados.