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Alguien se está haciendo el loco con el metotrexate

Detrás del desabastecimiento del fármaco más barato que existe para tratar la artritis y algunos tipos de cáncer estarían las casas farmacéuticas y proveedores interesados en vender tratamientos 400 veces más caros.

Pablo Correa
18 de septiembre de 2013 - 08:59 p. m.
Los hospitales y clínicas que atienden a pacientes con artritis y ciertos tipos de leucemia se han visto obligados a cambiar los tratamientos. / Archivo
Los hospitales y clínicas que atienden a pacientes con artritis y ciertos tipos de leucemia se han visto obligados a cambiar los tratamientos. / Archivo

El metotrexate es un medicamento viejo que, como la aspirina o la penicilina, no ha sido desplazado de los vademécum o manuales de fármacos a pesar de la aparición de nuevas terapias. Bueno, para ser precisos, todavía no. Pero podría ocurrir pronto, pues todo indica que los laboratorios que lo producen están haciendo su mejor esfuerzo por borrarlo de la lista y así abrirles campo a nuevas y más costosas terapias.

Juliana Ortiz, una joven dermatóloga bogotana, ha sido testigo directo del desabastecimiento de metotrexate que está sufriendo el país. Hace dos semanas, su papá la llamó para pedirle que lo ayudara a conseguir una caja del fármaco que toma una vez por semana para controlar el avance de la artritis que le diagnosticaron a los 34 años. Le contó que había visitado una decena de farmacias y no lo había encontrado.

“Fuimos por todas las droguerías y que no hay, no hay”, cuenta Juliana. En su página de Facebook preguntó a sus amigos si alguno viajaba a otro país y podía traerle el medicamento. “Esta semana llega un amigo de México y me trae el metotrexate, y otro prometió traerme de Perú. Literalmente lo estoy mendigando”. El problema familiar pronto se trasladó a su propio consultorio. Con el paso de los días, algunos de sus pacientes que sufren enfermedades como la psoriasis y la morfea comenzaron a quejarse por la misma razón: no hay metotrexate.

“Este problema comenzó hace tres o cuatro años, pero se agudizó en los últimos meses”, explica Mauricio Vélez, director de Medicarte, una clínica que se ha especializado en atender a pacientes de alto costo de algunas EPS. Unos 1.500 de sus pacientes, que sufren de artritis y psoriasis, necesitan el metotrexate para mantener la salud estable. “Al no tenerlo, estamos empezando a ver cómo algunos de estos pacientes se complican. Nos toca buscar alternativas terapéuticas o que son más caras o que no funcionan igual”, dice Vélez, quien sabe bastante bien que están en medio de un difícil y casi perverso juego comercial.

El metotrexate fue descubierto a mediados de los años 40 del siglo XX, cuando el médico Sidney Farber, del Hospital Infantil de Boston y profesor de la Universidad de Harvard, comenzó una cruzada contra el cáncer infantil. Farber sabía que el ácido fólico, un tipo de vitamina, aceleraba el desarrollo de las leucemias en niños. Entonces pensó que si encontraba un “antifolato” podría usarlo para detener la enfermedad. Uno de sus amigos investigadores, Yellapragada Subbarao, encontró la respuesta: el metotrexate. A finales de los años 40 se le administró a un grupo de niños enfermos de leucemia, inaugurando una nueva era en la historia de la medicina: la quimioterapia en oncología.

En aquella época, y por varias décadas, el metotrexate fue una de las pocas armas contra estas enfermedades. El problema es que hoy, por su bajo costo, parece estar convirtiéndose en un problema para sus propios productores, pues los médicos y los pacientes lo prefieren por encima de nuevas terapias como los fármacos biológicos.

Las cifras hablan por sí solas. En el caso de los pacientes con artritis, que son los que más lo utilizan, la caja de tabletas de metotrexate vale alrededor de $5.000 mensuales. Sin metrotexate, los médicos que atienden a estos pacientes se ven obligados a ensayar otras terapias, como etanercept. El tratamiento mensual con esta molécula puede ser de hasta $2 millones. En Colombia se calcula que la demanda mensual de metotrexate es de unas 300.000 unidades.

“El desabastecimiento de medicamentos esenciales es global”, dice un funcionario del Gobierno, “y aunque las causas varían, los fármacos desabastecidos curiosamente coinciden con aquellos que llevan mucho tiempo en el mercado y frente a los cuales existen nuevas alternativas más costosas”.

Desde 1953 hasta 2010 existieron sólo dos proveedores globales: Sandoz (empresa de Novartis dedicada a la línea de genéricos) y un laboratorio canadiense, Ben Venue Laboratories (que pertenece a Boehringer). El problema de desabastecimiento en Estados Unidos hizo que la Food and Drug Administration autorizara a un tercero, Pfizer, para producirlo y evitar el problema.

En Colombia, cuando se detectó el desabastecimiento en mayo, una compañía (Audifarma) que distribuye medicamentos a varias EPS le solicitó al Invima la autorización de una importación de la molécula para suplir el problema. Las dos empresas autorizadas para distribuirlo (Tecnofarma, que tiene el 80% del mercado, y Alpharma) no parecían muy interesadas en prevenir el problema ni en solucionarlo. Los trámites burocráticos impidieron que la primera pudiera hacer una importación oportuna. Por eso cientos de pacientes comenzaron a sentir la escasez y tuvieron que migrar a otras terapias, con riesgos para su salud. Ni siquiera sirvió que el Ministerio de la Protección Social declarara el metotrexate como medicamento “vital no disponible”.

Lo que resulta curioso es que las barreras burocráticas parecen funcionar para unos medicamentos, pero no para otros. Mientras el metotrexate, que vale apenas $5.000, no se pudo importar, uno de los medicamentos más caros del mundo (eculizumab) entró por varios años al país gracias a que fue declarado como “vital no disponible”.

Como señaló una fuente a este periódico, “es muy difícil, casi imposible, tener pruebas en la mano para demostrar quién es el que está provocando esta situación”.

El metotrexate parece ser el último capítulo de una dura batalla dentro de los sistemas de salud de todo el mundo y a la que no ha sido ajena Colombia: la batalla por los medicamentos biotecnológicos. No parece una casualidad que sean los pacientes diagnosticados con artritis los que hoy vivan la escasez de un medicamento que les ayuda a mantener a raya su enfermedad. El mercado de productos biotecnológicos mas grande que hay en el mundo es para el tratamiento de la artritis reumatoidea, junto al cáncer.

 

 

pcorrea@elespectador.com

 

Por Pablo Correa

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