Personal sanitario del vetusto hospital, fundado hace 161 años, denunció la desesperada situación del nosocomio, que también carece de maquinaria para suministrar anestesia, caldera para esterilizar la ropa hospitalaria y tiene un 20 por ciento de su infraestructura en condición ruinosa.
Los médicos de Huancayo, en la región andina de Junín, explicaron que las intervenciones quirúrgicas, para las que se tenían que cubrir los pies con bolsas de plástico, han tenido que suspenderse por falta de garantías para los pacientes.
“Tengo 15 años trabajando en el hospital y desde ese tiempo ya los cirujanos empleaban estas herramientas. Insistimos en que nos den instrumental adecuado, pero los responsables del hospital y de la dirección de Salud responden que no hay dinero”, manifestó el neurocirujano Ramiro Coasaca a El Comercio.
Así mismo, el personal denunció el riesgo que suponen las resquebrajaduras que existen en las paredes y techos de las salas de maternidad, en un edificio construido con adobe en un 70 por ciento.
Sin embargo, el director regional de Salud, Raúl Luna, consideró que los médicos se “exceden” en sus denuncias, si bien reconoció problemas en el hospital.
El funcionario afirmó que la demora en la aprobación y el envío de presupuesto al hospital se debe a un atraso en la remesa que tiene que enviar el Gobierno central.
Para el ministro de Salud peruano, Hernán Garrido Lecca, la responsabilidad de esta situación corresponde al Gobierno Regional de Junín, pues recibió el presupuesto para mantener los equipos y los instrumentos quirúrgicos y tan solo gastó la mitad.
En un cruce de declaraciones, el presidente regional de Junín, Vladimiro Huaroc, negó esta versión y aseguró que hace más de cuatro meses que no recibe dinero del sector Salud debido a las trabas burocráticas.
Así mismo, Huaroc acusó al ministro de ser un “sheriff que visita las regiones para sacar la ropa sucia de un sector en el que tiene responsabilidad política”.
Pese al fuerte crecimiento de la economía peruana, el sistema público de salud del país andino es muy deficiente, particularmente en las regiones periféricas, donde apenas hay acceso a un servicio sanitario.
Además, son también frecuentes las huelgas en reclamo de mejores situaciones laborales y los escándalos por mala praxis, como el contagio de enfermedades a través de transfusiones o la muerte de pacientes por falta de higiene.