La Organización Mundial de la Salud (OMS) aclaró que no apoya el cigarrillo electrónico como un método seguro y eficaz para dejar de fumar. La agencia de la ONU denunció que varias empresas hayan utilizado el logo de la institución como reclamo para un producto “que no ha sido testado correctamente, por lo que ni tan siquiera cuenta con las garantías sanitarias mínimas”, afirmó Bettcher.
El doctor explicó que la OMS sabe que no se han hecho pruebas suficientes para verificar si el aparato funciona, y sobre todo si no es nocivo para la salud.
Por ello dijo que la OMS quiso dejar claro que “no considera al cigarrillo electrónico como una terapia legítima para dejar de fumar”, y que “por supuesto”, la institución no lo apoya, por lo que pide a las empresas implicadas “que retiren inmediatamente el logo de sus anuncios”.
Bettcher explicó que por ahora están en comunicación con la empresa que originalmente creó el producto -basada en Hong Kong pero cuyo nombre ha omitido- y las otras firmas que lo venden o lo distribuyen.
Sin embargo, no ha descartado que la agencia de la ONU emprenda acciones legales contra las mismas en caso de que las conversaciones no prosperen.
Por ahora, la OMS ha detectado que el cigarrillo se vende en Brasil, Canadá, Finlandia, Israel, Líbano, Holanda, Suecia, Turquía y Gran Bretaña.
Consultado sobre qué ha fallado para que países con fuertes sistemas reguladores permitan la venta de un producto no comprobado, Bettcher contestó que el proceso de consultas está en marcha y que por ahora no tenía más información al respecto.
El cigarrillo electrónico y la batería que lo acompaña cuestan una media de 70 euros (casi 100 dólares).