Cerca de la mitad de accidentes de tránsito se producen por sueño

Varios estudios en diferentes países determinaron que conducir en estado de embriaguez y a alta velocidad no son las únicas causas por las que ocurren accidentes de tránsito, el sueño y manejar fumando también lo son.

Elespectador.com
17 de febrero de 2009 - 09:59 a. m.

En los periódicos se  presentan noticias de accidentes de tránsito en varios sitios del país, y se comenta que la principal causa es la imprudencia por exceso de velocidad o ingesta alcohólica; pero cuando veo las imágenes de autobuses de diferente tamaño y de empresas privadas de diferentes orígenes, donde hay gran cantidad de muertos y heridos, y con cierta frecuencia se reportan que sucedieron dichos accidentes en horas nocturnas o en la madrugada; se me viene a la mente, no sola la velocidad o el alcohol, sino el sueño como una causa poco estudiada o reportada en los accidentes nocturnos, donde los conductores recorren grandes distancias entre las ciudades, sin el descanso debido.

Hay varios estudios en América del Sur( Argentina, Perú y otros) que revelan la relación del sueño o somnolencia como una causa importante en este tipo de siniestros nocturnos, además de otras variables como el hábito tabaquito crónico y su relación con el cerebro y la somnolencia, donde se aumenta un 40 % más el riesgo de accidentes.

Los accidentes son más frecuentes entre la media noche y el amanecer y al ponerse la tarde. La somnolencia grave se produce en conductores profesionales que recorren grandes distancias. En la Gran Bretaña un 20 % de este tipo de accidentes estaba asociado a somnolencia. (Lancet 1995).

La fatiga o la privación de sueño dan somnolencia. Una vigilia permanente por más de 17 horas en ocasiones es similar en haber consumido una cantidad de alcohol similar al límite máximo permitido para conducir.

Los disturbios  del  sueño favorecen la perdida de la atención, la fatiga y la somnolencia diurna, deterioran el nivel de alerta y retardan la respuesta frente a eventos inesperados, facilitando la ocurrencia de accidentes domésticos, laborales y sobre todo automovilísticos. Así mismo las enfermedades que alteran la calidad del sueño, ejemplo la apnea (dejar de respirar) durante el sueño, que son pausas breves y reiteradas de la respiración.

Los conductores roncadores presentan un 30 % más de riesgo de accidentes que los que no lo son ( Maycock, 1997, Perez, Choda 2005 ). Un estudio peruano del 2007 reveló que un 40 % de los conductores de rutas largas atribuyeron que estuvieron involucrados en accidentes por haber tenido somnolencia y cansancio al manejar.

En relación al hábito de fumar, se duplica el riesgo de provocar accidentes de tránsito, porque produce distracción así como el uso de celular, además hay molestias visuales (irritación) por el humo. La intoxicación crónica con el monóxido de carbono disminuye el nivel de vigilancia, atención, visión nocturna y el aumento del riesgo de sufrir desde un infarto o una muerte súbita.

El tabaquismo produce una inflamación crónica de las vías respiratorias que altera la forma de respirar durante el sueño. Esto contribuye al síndrome de Apnea del sueño. Hay hipersomnolencia, lentitud intelectual, torpeza, dificultad de concentración, fatiga del pensamiento, cambios en la memoria, irritabilidad y agresividad.

“El cerebro ignora como actuar en estos conductores, que son fumadores crónicos” ( Nature, Neurociencia, Texas EE.UU.). Tres bocanadas de humo de un cigarrillo con las ventanillas cerradas en un automóvil alcanzan en el aire 500mg/m3 de partículas intoxicantes, siendo lo normal dentro del auto la cifra de 40 mg/m3 de partículas responsables del aire que respiramos.

Sugerencias: No fumen o eviten al máximo el cigarrillo, no conducir más de 2 horas seguidas sin descansar, se debe dormir de 7 a 8 horas diarias y en condiciones adecuadas, de lo contrario el cerebro pasará la factura, entorpeciendo la rapidez de los reflejos.

Los responsables administrativos de las empresas de transporte de pasajeros y la de no pasajeros deben dar las facilidades a todos sus conductores de no conducir con sueño o fatigados y las autoridades que tienen competencia en este asunto deben ser estrictas en esta problemática y aplicar la ley sin mucho sentimentalismo, porque lo que llevan en los vehículos son seres humanos y no debemos morir por esta imprudencia de conductores que se quedan dormidos en la oscuridad de la noche o al atardecer.

Por Elespectador.com

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