"Colombia debe pensar en impuestos a gaseosas"

Reformar la elección de gerentes de hospitales, que los médicos declaren conflictos de intereses, copagos en algunos tratamientos, son algunas de las medidas que contempla el Minsalud.

Sergio Silva - Pablo Correa
11 de enero de 2015 - 02:00 a. m.
Alejandro Gaviria insiste en que es imposible que el sistema de salud funcione sin un acuerdo sobre qué se quiere y qué se está dispuesto a pagar. / Fotos: Luis Ángel
Alejandro Gaviria insiste en que es imposible que el sistema de salud funcione sin un acuerdo sobre qué se quiere y qué se está dispuesto a pagar. / Fotos: Luis Ángel

Alejandro Gaviria siempre ha sido un lector voraz. Últimamente, desde que es ministro de Salud, los libros de literatura, economía e historia han sido desplazados por los de reformas a sistemas de salud y sobre todo bioética.

En los pocos días de vacaciones que tuvo al terminar el año se hizo acompañar de Mortalidad, el libro póstumo del escritor y analista británico Christopher Hitchens, un diario en el que el autor reflexionó sobre su propia enfermedad, sobre su muerte inminente, sobre la vida.

“Recuerdo la frase de un experto inglés que dijo: ‘no jodan tanto con una cura para el cáncer, cuando uno tiene cierta edad es la mejor forma de morir’”, dijo Gaviria cuando ya había concluido esta entrevista y añadió: “ni la medicina ni nuestra religión judeocristiana nos han preparado para la muerte y ese es uno de los problemas de los sistemas de salud modernos”.

Gaviria empezó el año estrenando una libreta con hojas sin líneas en la que ha anotado los líos que planea enfrentar, aunque eso también signifique tomar algunas decisiones bastante impopulares, como los copagos en tratamientos y dispositivos No-POS.

Comencemos con lo urgente: chikunguña. ¿Cuántos casos podrían darse en el país?

Es un tema muy complejo, porque no tenemos defensas. No hay un tratamiento. No hay vacuna. Y el control vectorial siempre es imperfecto, porque tiene que llegar al interior de las viviendas. Las proyecciones nos hacen pensar que podríamos llegar al millón de casos.

¿No han sido ineficientes en el control del mosquito?

Hemos hecho todo lo posible. Tenemos un plan de respuesta nacional desde septiembre. Hemos aumentado los presupuestos, capacitado a mucha gente, distribuido miles de toldillos. Pero, lo dicen todos los que saben, es imposible evitar la introducción y propagación del chikunguña. Para el control vectorial, la participación de la comunidad es clave, el Estado no es el llamado a limpiar los floreros y tapar las albercas. Cambiar los comportamientos siempre es lo más difícil.

Usted dijo recientemente que la mitad de los casi 1.000 hospitales tienen crisis financiera media y grave. ¿Eso no es una tragedia?

No siempre estar en riesgo significa que la viabilidad esté amenazada. Muchos hospitales van a salir adelante. Ahora bien, no todos los problemas son debidos al sistema. Aquí hicimos un ejercicio econométrico. Queríamos ver cuáles variables explicaban ese riesgo financiero. Ninguna variable de las que pensamos explicaba el déficit. Eso nos hizo pensar que en el fondo hay una variable invisible, la buena gestión, que explica mucho de lo que pasa.

¿Cómo corregir a los malos sin acabar con la descentralización?

Los gerentes son claves. Primero los elegían los alcaldes, luego fue por concurso. La experiencia de los concursos no ha sido siempre buena, hemos tenido mucha politiquería disfrazada de meritocracia.

¿Pero cuál puede ser el antídoto?

Vamos a reformar los concursos para que sólo universidades acreditadas puedan elegir gerentes. Los programas de saneamiento fiscal y financiero nos ayudan a mantener el control.

¿Por qué no han firmado la ley estatutaria?

Creo que ha existido desinformación. La ley la aprobó el Congreso en julio de 2013. Entró a proceso de revisión de la Corte. Luego, revisando la sentencia de 534 páginas encontramos un error, en una parte crucial, en la forma como se plantea la prohibición de prestar servicios en el exterior. La Corte lo corrigió, pero ahora debe ir al Congreso. Eso se va a solucionar. Algunos, como el senador Robledo, se han inventado algunas teorías de conspiración casi delirantes.

¿Va a intentar llevar otra reforma al Congreso?

Yo he defendido la necesidad de reformas graduales. No creo en las reformas estructurales, en los cambios abruptos de modelo. Voy a darle una lista de problemas que me preocupan. Uno es la sostenibilidad a mediano plazo. Tenemos una gran presión tecnológica, medicamentos nuevos que cuestan 10 veces más, presión demográfica, el envejecimiento de la población. Y tenemos lo que yo llamo presión socioeconómica, clases medias urbanas que se han duplicado y quieren acceso a toda la tecnología con un gasto que es la décima parte de otros países. ¿De dónde va a salir la plata? Es más fácil ver las fuentes de gasto que de ingreso. Por eso mi insistencia en tener un contrato social coherente, la sociedad debe decir esto es lo que quiero y lo que estoy dispuesto a pagar.

¿Cómo hacer ese contrato?

El caso de Camila Abuabara sirvió para poner ese tema sobre la mesa de forma dramática. Mostró que tienen que existir límites razonables. Alguien levantará la mano y dirá “¿dónde queda la corrupción entonces?”. La corrupción hay que combatirla por todos lados, venga de donde venga. Pero la historia de los problemas financieros del sistema no es sólo de corrupción, es sobre todo una historia de incoherencia en el contrato social.

¿No va a proponer una ley ordinaria?

Vamos a hacer dos cosas en el Congreso. Seguimos con un proyecto de normas financieras para buscar la sostenibilidad del sistema y para otra cosa importante que es el saneamiento contable. Por otro lado, en el Plan de Desarrollo vamos a plantear una reforma legal centrada en la administración del sistema, sobre todo en la reforma al Fosyga.

¿Y qué más tiene en esa lista de problemas pendientes?

Uno es la transparencia de la información, de las relaciones entre la industria y los médicos. Otra idea es la de pago por desempeño a eps y a hospitales. Vamos a seguir trabajando en modelos de atención. Que los recursos que van a los municipios para salud pública se gasten bien. Estamos pensando un tema que no va a ser muy popular y es que para algunas tecnologías no-pos existan copagos. Ya tenemos un borrador de acto administrativo.

¿Desde cuándo los médicos y la industria tendrán que declarar las prebendas que reciben?

Esa resolución está publicada para comentarios. Creo que debería estar lista de aquí a julio.

¿Qué ha pasado con la poca oferta de posgrados y especializaciones?

Es un tema en el que más que cambios normativos se debe seguir trabajando con las sociedades científicas y las universidades para aumentar la oferta de especialistas.

¿Cuántos se han abierto?

No muchos más, la verdad.

¿Cómo marcha el intento por controlar la sal en productos procesados?

Esa es la nueva gran frontera de la salud pública. En los próximos años, Colombia tendrá que dar una discusión sobre aumentar impuestos al tabaco. También los impuestos a bebidas azucaradas. Ya lo hicieron México y Chile. Es una estrategia para propiciar cambios de comportamiento y reducir las tasas de sobrepeso y obesidad que causan enfermedades crónicas no transmisibles de donde viene el 70% de la carga de enfermedad. Esos impuestos tienen una complejidad: el consumo es mayor en estratos bajos y medios.

* pcorrea@elespectador.com / @pcorrea78

Por Sergio Silva - Pablo Correa

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