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De regreso a lo natural

La higiene, la estética y el complacer a la pareja impusieron la tendencia de depilarse el pubis. Sin embargo, los pelos comienzan a ganar nuevamente adeptos.

Redacción Vivir
01 de febrero de 2014 - 09:00 p. m.
De regreso a lo natural

Hace 60 años las modelos de las revistas de pornografía exhibían orgullosas su pubis peludo y los hombres se emocionaban con la belleza de Sofía Loren sin reparar en los pelos que se asomaban por sus axilas. Pero con la llegada de la revista Playboy se impuso la tendencia de estar depiladas. Desde entonces las mujeres han recurrido a todo tipo de técnicas para librarse de los vellos. Desde las cuchillas, las pinzas y las cremas, hasta la cera y la tecnología láser.

Los pubis lampiños se volvieron populares, aparecieron luego los diseños para no quedarse sin nada y, aunque muchos hombres seguían prefiriendo que esta parte del cuerpo se mantuviera al natural, los vestidos de baño y la ropa interior cada vez más diminuta, el afán por la higiene y el deseo de estar a la moda terminaron por ganar la batalla.

Incluso entre ellos se volvió más común tener los genitales depilados. “Además de complacer a su pareja, visualmente esto hace que sientan que el pene se les ve más grande”, explica el sexólogo José Manuel González. Lo cierto es que no hay un consenso entre hombres y mujeres por la opción que despierta con mayor intensidad el deseo.

En el sexo no hay verdades absolutas, más bien gustos, preferencias. Sin embargo, la presentación del libro de la estrella de Hollywood Cameron Díaz, The body book, que incluye un capítulo en defensa del vello púbico, que según la actriz es “una adorable cortina que rodea esa gloriosa y delicada flor”, abrió nuevamente la discusión sobre lo opción más atractiva.

Los defensores de los pelos argumentan que son necesarios para proteger el monte de venus y prevenir infecciones. Al respecto, el ginecólogo Luis Alfonso López, secretario de la junta directiva de la Federación Colombiana de Obstetricia y Ginecología, advierte que aunque es cierto que evita la sudoración excesiva y los procesos de infección, “depilarse parcial o completamente el pubis no es contraproducente si se hace bajo medidas de seguridad. Es decir, sin lesionar la capa superficial de la piel (rasparla o generar erosiones que posibiliten la contaminación y colonización bacteriana)”.

Quienes disfrutan de un pubis lampiño no sólo hablan de higiene, sino de estética y hasta costumbre. A pesar de que nadie tiene la última palabra, para el sexólogo José Manuel González esta tendencia pronto se revertirá debido a la popularización en nuestros países de la pornografía japonesa, que con sus modelos probablemente pondrá los pelos otra vez de moda.

Por Redacción Vivir

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