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Desnutrición en sus justas proporciones

Aunque esta semana los anuncios sobre tres niños desnutridos alarmaron el país, las autoridades insisten en tener más claridad sobre la información antes de generar alarmas.

Redacción Salud
06 de febrero de 2016 - 04:13 a. m.
Guajira sigue siendo uno de los departamentos con más alto índice de desnutrición infantil.  / Archivo
Guajira sigue siendo uno de los departamentos con más alto índice de desnutrición infantil. / Archivo

Si en este momento usted escribiera la palabra “desnutrición” en Twitter, la red social le arrojaría decenas de titulares alarmantes escritos en los últimos tres o cuatro días y unas cuantas frases de periodistas, actores, presentadores y políticos haciendo pública su indignación y reclamándole al Gobierno acciones urgentes para enfrentar el problema. Algunos ejemplos: “Líder de Arauca asegura que los niños están muriendo por desnutrición”. “Los niños wayúu sufren de desnutrición por la sequía y la corrupción”. “Muere otro niño wayúu por desnutrición en La Guajira”. “La desnutrición está exterminando a los niños en La Guajira”. “Qué difícil ser optimista cuando en Colombia amanecemos con otro niño Wayúu muerto por desnutrición”. “Bebé fallece en Barranquilla por desnutrición”. “¿Hasta cuándo? Murió otra niña Guajira por desnutrición”.

La gran mayoría tiene razón. Es difícil que el país entero no reclame y no se indigne cuando aparecen nuevos casos de desnutrición. Como dijo ayer el viceministro de Salud, Fernando Ruiz, cualquier muerte de un niño por esa causa no se puede tolerar.

Ruiz pronunció esas palabras en una rueda de prensa que se realizó en horas de la noche. Acababa de llegar de Cúcuta, pero el tema, al parecer, no podía esperar: el país entero protestaba y las recientes muertes de tres niños en el Caribe (uno en La Guajira y dos en Barranquilla) producía, poco a poco, una especie de indignación nacional.
La muerte de niños por desnutrición es un reto de salud pública que Colombia ha enfrentado desde siempre. Entre sus causas entran en juego diversos factores como el acceso a servicios públicos (especialmente el agua), temas educativos, culturales y el acceso a alimentos.

Y justamente esos puntos los resaltó ayer Ruiz para explicar que detrás de ese enorme desafío, hay que tener en cuenta varios elementos antes de empezar a publicar información. Pero el principal, detrás de todos ellos, es tener la certeza médica de que alguna muerte infantil fue realmente causada por desnutrición.

En el caso de los tres menores que fallecieron esta semana, al parecer ninguno murió debido a esta causa. Al menos eso fue lo que comprobaron los análisis el Instituto Nacional de Salud (INS).

Según la entidad, la niña de un año que murió en la Clínica Santa Catalina de Barranquilla, falleció por un paro respiratorio, aunque se encontró una alteración metabólica con antecedentes de desnutrición. Pero el origen de estos males estaba en una estenosis esofágica. Y esta enfermedad, en palabras de Ruiz, lo que genera es una estrechez en el esófago que dificulta el consumo de alimentos.

El niño de 10 años que murió en la Clínica del Norte de la misma ciudad tampoco padecía desnutrición. Pesaba 10 kilos (cifra que indicaba un bajo peso pero no desnutrición) y el motivo de su fallecimiento fue una infección pulmonar.

Pero a diferencia de estos dos, sobre el niño Wuayúu, de apenas un mes y 23 días de nacido, no hay datos claros. Lo que se sabe hasta ahora, como dijo el Viceministro, es que su peso podría ser de 4,2 kilos, un par de dígitos que indicarían ausencia de desnutrición.

Y aunque al parecer en esta ocasión alguien filtró información errada que nadie quiso comprobar, lo cierto es que este problema de salud sigue siendo un desafío para las autoridades sanitarias. Las cifras del Ministerio indican al año mueren unos 280 niños al año por esa causa. Y los departamentos más preocupantes, como lo muestra el documento “Análisis de Situación de Salud según regiones”, publicado por esa cartera en 2013, son Vaupés, Amazonas, La Guajira, Guainía y Cauca.

“El caso de La Guajira es un problema grave. La tasa de mortalidad allí puede ser el triple que a nivel nacional. Pero estamos haciendo un esfuerzo muy grande para superar esas barreras. En 2015, por ejemplo, implementamos programa de atención integral. Se cubrieron 8.200 niños, de los cuales 400 presentaban desnutrición”, dijo Ruiz.

Según sus cuentas, en ese departamento la prevalencia de desnutrición es de 3,4%, mientras que en el resto del territorio es de 0,9%. Pero lo clave en todo este debate, según él, es tener ante todo una visión clara que no genere confusiones. “Lo peor que nos puede pasar es no darle una información correcta al país”.
 

Por Redacción Salud

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