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El amor según las bacterias

El rol de los microorganismos en la elección de pareja, así como su influencia en estados de ánimo, están cambiando muchas de nuestras ideas sobre el comportamiento.

Redacción Salud
07 de marzo de 2015 - 03:03 a. m.
En el cuerpo humano habitan unos 100 billones de bacterias capaces de modular estados de ánimo e incluso jugar un rol en la elección de parejas.
En el cuerpo humano habitan unos 100 billones de bacterias capaces de modular estados de ánimo e incluso jugar un rol en la elección de parejas.

Cada nuevo estudio que aparece en alguna revista científica sobre el rol que juegan los millones de bacterias que pululan en nuestro intestino es un golpe más al antropocentrismo, a esa vieja idea de que somos el centro de todas las cosas e individuos racionales. Las bacterias, los científicos no se cansan de decirlo, tienen más poder del que creemos.

“Cada vez hay más evidencias de que la microbiota (las bacterias que habitan en nuestro intestino) está implicada en ciertas conductas sociales como, por ejemplo, el reconocimiento de parentesco y el comportamiento reproductivo”, explicó a la agencia de noticias Sinc la investigadora de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) Zenobia Lewis.

Lewis ha venido desarrollando una serie de experimentos con moscas en los que ha demostrado el rol que juegan los microorganismos en su elección de pareja. “En los insectos, este efecto de la microbiota intestinal parece estar relacionado con la producción de feromonas. Lo que se come afecta las bacterias del estómago y, por tanto, el olor del huésped. Para muchos animales, el olor es clave a la hora de decidir aparearse con otro individuo”, explicó.

La evidencia biológica indica que las moscas no son las únicas presas del capricho de las bacterias. En primates, como en humanos, las bacterias presentes en las axilas y responsables de distintos olores juegan su papel a la hora de elegir pareja.

En esta misma línea de trabajo está el grupo del investigador Pacheco López, en la Universidad Autónoma Metropolitana de México. El estudio de los microorganismos que habitan en nuestro colon lo ha llevado a pensar, como lo expuso la periodista Julia García López, “que se debería considerar al ser humano un organismo complejo que no puede actuar de manera independiente de sus compañeros más próximos”.

La interacción entre nuestros cerebros y los millones de bacterias que habitan en el intestino se da principalmente a través de señales químicas que viajan por el sistema circulatorio. Estas señales tienen el poder de modular niveles de ansiedad, el humor, el aprendizaje e incluso el dolor.

“Hay evidencias de que las bacterias influyen en la memoria y el comportamiento en ratones. Además se ha visto que la microbiota está implicada en los niveles de ansiedad”, aseguró Lewis.

A esta compleja interacción entre bacterias y estados de ánimo, así como su rol en la elección de pareja en muchas especies, hay que sumar el hallazgo que realizaron el año pasado microbiólogos de la Universidad de Ámsterdam. Luego de estudiar la microbiota de diferentes parejas humanas, concluyeron que en un beso íntimo se transfieren en promedio unos 80 millones de bacterias y algunas de las colonias de bacterias con el tiempo llegan a instalarse en el otro organismo alterando las poblaciones originales.

Antes de esto, investigadores de la Universidad de Washington ya habían demostrado en un estudio con ratones que el metabolismo se altera dependiendo del tipo de microorganismos presentes en el sistema digestivo.

Así las cosas, más que un alma gemela parece que necesitamos bacterias gemelas.

Por Redacción Salud

 

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