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El derecho a la educación sexual integral

Este es un proceso que se inicia con el nacimiento y dura toda la vida, y debería involucrar a todas las instituciones sociales.

Redacción Vivir
30 de junio de 2014 - 02:00 a. m.
Jenny Cárdenas, de 19 años, y su hija de 4./ Fotos: Óscar Güesguán
Jenny Cárdenas, de 19 años, y su hija de 4./ Fotos: Óscar Güesguán

El Ministerio de Educación implementa el Programa de Educación Sexual y Construcción de Ciudadanía (Pescc) desde 1994 en el país. Su actual líder, Alicia Vargas Romero, afirma que “normalmente nosotros entendemos la sexualidad como si solamente hiciera referencia a lo erótico y a lo reproductivo, entonces uno se imagina que sólo es pertinente para ciertas edades y ciertos momentos de la vida”. Insiste en que esta es una de las principales creencias erróneas sobre la educación sexual.

Además, explica que uno de los principales retos del programa es combatir el miedo a la educación sexual. “Todavía tenemos rechazo desde la misma familia, familias que no quieren que se eduque en sexualidad, que sienten temor por la educación sexual que se ofrece, docentes que tienen temor a educar en sexualidad porque sienten que no tienen las herramientas suficientes”.

 EMBARAZO ADOLESCENTE, ¿PRODUCTO DE DEFICIENCIAS EN EDUCACIÓN SEXUAL?

Jenny Cárdenas es oriunda de Gámbita, Santander. A los 15 años tuvo a su hija Maira Alejandra, quien hoy tiene 4 años. Vive en la Asociación Hogar Niños por un Nuevo Planeta en Sopó.

Es una de las miles de madres adolescentes de nuestro país. Dice jamás haber recibido información sobre sexualidad en su infancia y asegura que en su pueblo “eso es una ignorancia completa sobre eso. Allá no hay nunca una charla, no hay eso de que vengan las adolescentes, que está pasando esto… incluso allá las adolescentes quedan embarazadas a los 12, 13, 14 años”. Pensó que por ser la primera vez que tenía relaciones sexuales no quedaría embarazada.
Al respecto, Paola Franchesqui, directora de Niños por un Nuevo Planeta, asegura que además de la evidente deficiencia en educación sexual, “si uno cogiera a muchas de las madres adolescentes lo que encontraría con tristeza es que ellas creen que ser mamás adolescentes no está mal, y es la forma de coger al Juancho o al Pedro, y que además se van a poder salir de su casa y una cantidad de imaginarios al respecto”.

Franchesqui está convencida de que la educación sexual enfocada en cambiar creencias culturales, como los roles de hombre y mujer establecidos, es fundamental para el desarrollo social; dice que, aunque se educa en anticoncepción y derechos reproductivos, “no estamos preparados para que una mujer le diga a un hombre antes de tener una relación sexual, ‘¿trajiste condón?’”.
 

Por Redacción Vivir

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