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Hábitos de higiene del sueño

Tratamientos fármacos y tecnologías para mejorar la calidad del sueño son sólo un factor de ayuda, mas no la solución del insomnio.

Redacción Vivir
02 de febrero de 2014 - 08:17 a. m.
Es oportuno acudir a un especialista cuando el insomnio se vuelve crónico. Aquí un paciente es sometido a una polisomnografía para determinar qué variables afectan la calidad de su sueño en la clínica Somnomédica . /  Luis Ángel - El Espectador
Es oportuno acudir a un especialista cuando el insomnio se vuelve crónico. Aquí un paciente es sometido a una polisomnografía para determinar qué variables afectan la calidad de su sueño en la clínica Somnomédica . / Luis Ángel - El Espectador

Una de las tendencias más notorias durante el último Consumer Electronics Show de Las Vegas, la principal feria de tecnología del mundo, fueron los últimos avances tecnológicos destinados a ayudar a la gente a dormir mejor. Una ‘supercama’ capaz de monitorear los movimientos y los ronquidos de las personas mientras duermen; una lámpara relajante que emite sonidos y destellos de luz relajantes, y una ‘pijama para los oídos’ que reproduce suaves melodías son algunas de las innovaciones que los expertos han diseñado para mejorar la calidad del sueño de sus usuarios.

Mariana Saltos, especialista en medicina del sueño de la Universidad Autónoma de México y médico de la clínica Somnomédica, en Bogotá, asegura que, tal como las alternativas farmacológicas, estas tecnologías son tan sólo un factor de ayuda, mas no la solución de un problema como el insomnio. Este puede convertirse, en muchas ocasiones, en un trastorno digno de un tratamiento especializado .

La falta de “hábitos de higiene del sueño” es, según Saltos, la causa fundamental del insomnio y de todas sus implicaciones físicas y mentales. “Ni los fármacos ni la tecnología podrán evitar que malos hábitos de sueño pasen su cuente de cobro”, dice la especialista.

Según Saltos, existen diferentes factores de la vida cotidiana que resultan determinantes para la calidad del sueño. Por un lado, se refiere a los “horarios de sueño” y sugiere que “mantener una rutina fija para ir a dormir y despertar” podría contribuir positivamente a la superación del trastorno. Asimismo, resalta la importancia de evitar realizar actividades como comer, estudiar, leer y trabajar en la cama. “La cama está diseñada para dormir. Si llevamos a cabo otras actividades ahí nuestro cerebro asociará ese espacio con el estrés que, por ejemplo, nos genera las actividades académicas o laborales”, explica.

Por otra parte, la especialista recomienda evitar los estímulos lumínicos y sonoros durante la noche, usar ropa ligera, no consumir bebidas energéticas y no hacer ejercicio horas antes de ir a dormir. “La actividad física en horas de la tarde produce cansancio, pero no mejora la calidad del sueño”, anota.

El estrés agudo (principal causa del insomnio) empeora ante la ausencia de hábitos saludables y puede derivar en trastornos crónicos de sueño que deben ser atendidos por especialistas. Existen varios laboratorios del sueño, como los de la Fundación Santa Fe, la Clínica Marly y Somnomédica, en donde las personas que presentan este problema pueden someterse a exámenes como la polisomnografía para determinar qué variables físicas y psicológicas están alterando su sueño.
“La idea es que los mismos pacientes logren adquirir rutinas que mejoren su capacidad de dormir, algo que ni los hipnóticos ni las últimas invenciones serán capaces de reemplazar”.

Por Redacción Vivir

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