Mientras que en Colombia la discusión sobre la eutanasia no ha superado el terreno político, en Holanda la Asociación para la Muerte Voluntaria abrirá en marzo una clínica para realizar esta práctica. Desde 2002, los holandeses pueden acceder a la eutanasia —provocar la muerte a alguien para evitar su sufrimiento físico— si cumplen con varias condiciones: el paciente debe estar lúcido a la hora de tomar la decisión, su enfermedad debe ser terminal y el médico tiene la obligación de consultar a un colega antes de realizar el proceso.
La clínica busca prestar este servicio de modo gratuito. El paciente solicita que le sea realizada esta práctica y entonces, además del médico de cabecera, una comisión ética evalúa la situación. De ser aprobada, uno de los seis equipos disponibles por la asociación atiende al paciente en su casa. Los representantes de la asociación esperan que mil peticiones lleguen cada año. “Muchos médicos rechazan las peticiones legales de eutanasia por temor a ser sancionados —aseguró la asociación, de acuerdo con El País de España—. De ahí la importancia de contar con médicos y enfermeras especializados, siempre dentro de la legalidad”.
La apertura de esta clínica privada abre de nuevo el debate sobre la aplicación de la eutanasia. Además de Holanda, en Bélgica, Luxemburgo, Suiza y algunos estados de Estados Unidos, la eutanasia es un procedimiento dentro de la ley. En 2010 hubo 25 procedimientos en Holanda, todos legales.
Los argumentos en contra de la inauguración de esta clínica están más relacionados con la salud del paciente que con preceptos éticos o religiosos. De acuerdo con la Federación Médica Nacional de Holanda es muy probable que los médicos que realicen esta práctica no tengan un conocimiento profundo del historial clínico de su paciente y diagnostiquen de modo erróneo. “En el peor de los casos —afirmaron sus portavoces—, puede morir gente que tal vez hubiera podido recibir otro tipo de ayuda”.
Esta no es, sin embargo, la opinión general. La eutanasia en Holanda tiene una aceptación casi total: el 90% de sus ciudadanos la aprueba, pese a que todavía existen asociaciones en contra de la medida y médicos que se abstienen de realizar el procedimiento.
En Colombia, por otro lado, la Corte Constitucional, con ponencia del entonces magistrado Carlos Gaviria, sentenció en 1997 que así como todos tienen derecho a vivir de forma digna, todos tienen derecho también a morir de forma digna. La corte instó al Congreso a crear el cuerpo legislativo que reglamentara esta práctica en el país. No ha sido, pese a la sentencia, un camino fácil. El proyecto de ley presentado en el primer semestre de 2009 —12 años después—, cuyo ponente fue Armando Benedetti, se hundió en la Plenaria de la Cámara de Representantes por falta de quórum.
Desde aquel momento, la eutanasia en Colombia tiene un vacío jurídico que no permite su aplicación, pese a que algunos métodos —como la implementación de morfina, que calma el dolor, pero va disminuyendo la capacidad consciente del paciente— sean considerados como parte de ese procedimiento. Durante la discusión sobre la penalización del aborto, proyecto que también fue anulado en sus primeros debates en el Congreso y que como la eutanasia ha centrado su debate en el valor de la vida, el tema fue pronunciado por algunas bocas sin mayor repercusión.