Mitos y realidades del Botox

La toxina botulínica no deforma el rostro ni concede volumen en las partes en que se aplica.

Redacción Salud
01 de marzo de 2015 - 09:50 p. m.
Cortesía / Cortesía
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El Botox y el ácido hialurónico son los procedimientos más elegidos a nivel mundial por médicos y pacientes como métodos de rejuvenecimiento, pero su gran auge en los últimos años, ha causado que se creen mitos sobre el uso de esta toxina.

Según la médica de la Universidad Pontificia Bolivariana, Claudia Toro, las personas confunden el Botox con las sustancias de relleno, por ejemplo cuando ven a las famosas con una boca contundente y hasta deforme se cree que es a causa de la aplicación del Botox.

La doctora aclara que el Botox no concede volumen en las zonas que se aplica, de hecho afirma que muchas de las deformidades faciales que se observan comúnmente en la sociedad se deben a la aplicación de productos de relleno diferentes al ácido hialurónico. Además lo atribuye a la aplicación de personal no médico o médicos sin el entrenamiento ni la formación idónea requerida para aplicarlo.

El Botox es la marca comercial registrada de Toxina Botulínica Tipo A, una proteína purificada y un componente totalmente biológico (no es quimico, ni sintético) y es secretada por un microorganismo llamado clostridium botulinum. Esta toxina produce la relajación temporal del músculo estriado, bloqueando los impulsos que parten de las terminaciones nerviosas y que contactan la musculatura facial. Relaja los músculos de tal forma que no se pueden contraer y al no contraerse el músculo, la piel que está sobre él permanecerá lisa, evitando así que se arrugue.

“Cada vez que nos expresamos, reímos o lloramos, los músculos de la cara se contraen y, con el paso del tiempo, la actividad de estos músculos produce arrugas como las líneas de la frente, del entrecejo y las patas de gallo, entre otras”, asegura la cirujana, quien dice que la única recomendación con respecto a su uso es dejar pasar tres meses entre aplicación y aplicación para no desarrollar anti cuerpos que pueden disminuir el efecto.

La aplicación de Botox es un procedimiento rápido y relativamente indoloro, no requiere anestesia ni prueba de alergia, lleva pocos minutos (20 minutos a 30) y los pacientes pueden continuar con su ritmo de vida habitual sin inconvenientes. Se aplica mediante una inyección con una aguja muy delgada en el músculo que forma cada arruga.

El Botox está indicado para el tratamiento de las arrugas dinámicas visibles con el rostro en movimiento. Se aplica comúnmente en el tercio superior del rostro: la frente, el entrecejo y las patas de gallo, pero también puede usarse para las arrugas de la nariz, algunas zonas del cuello, las comisuras de los labios y para delinear el contorno de la cara y elevar las cejas.

No existe una edad mínima para iniciar el tratamiento. Es el médico especialista quien determinará, en función de cada paciente, cuál es el momento indicado para comenzar con el tratamiento.

En general, puede decirse que la edad promedio es a partir de los 30 años, ya que no hay que esperar que se formen las arrugas para comenzar el tratamiento, en una persona joven con músculos faciales muy dinámicos previene la formación de arrugas.

Una vez aplicado se recomienda no hacer ejercicio, no acostarse, no tocarse la cara en los puntos de aplicación, y no ir a piscina, sauna o turco.

El Botox comienza a hacer efecto 48 horas después de su aplicación, y se ve un efecto final a los 10 días aproximadamente. En las toxinas europeas se puede ver el efecto real total a las 2 semanas.

La pérdida del efecto es gradual y la duración de sus resultados es de 4 a 6 meses, dependiendo del metabolismo de cada paciente, la técnica de aplicación y dosis utilizada.

Una vez que finaliza el efecto, el paciente vuelve al estado anterior a la aplicación, habiendo evitado durante ese período que el paso del tiempo siga dañando la piel, “esa es la manera de hacer prevención. En ningún caso queda peor”.

El Botox no deforma, porque la pérdida del efecto del tratamiento se manifiesta de forma gradual, lo que significa que, lentamente, el músculo va recuperando su capacidad de contracción.

No debe aplicarse a mujeres embarazadas, ni a aquellas que estén en período de lactancia. Tampoco a personas con enfermedades neuromusculares como la miastenia Gravis.

¿La cara queda sin expresividad?

No, la sustancia relaja la musculatura en el sitio en el que se inyecta. El grado de relajación puede ser más o menos intenso, dependiendo de la dosis que se utilice. El tratamiento individualizado ofrece resultados de acuerdo con la necesidad de cada paciente.

Los labios contundentes, exagerados, deformes, son los que se rellenan con rellenos permanentes como los Biopolimeros, la silicona o el metacrilato que migran con el tiempo y no acompañan el proceso de envejecimiento fisiológico.

Los rellenos de ácido hialurónico son reabsorbibles y pueden rellenar los labios de manera totalmente natural.

El ácido hialurónico es reconocido como la sustancia de elección para rellenos faciales debido a su perfil de eficacia y seguridad frente a los rellenos permanentes como los biopolímeros, cuyas complicaciones también son permanentes y pueden surgir, incluso, varios años después de su aplicación.

Por Redacción Salud

 

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