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Cómo no morir de un paro cardiaco en la calle

Apreder a reanimar a una persona podría salvar la vida de un familiar en un 88% de los casos de estas muertes por fuera de un hospital.

Jane E. Brody, NYTimes
26 de diciembre de 2013 - 10:36 a. m.
Tomada de www.prensalibre.com
Tomada de www.prensalibre.com

Millones de personas han sido entrenadas para aplicar reanimación cardiopulmonar en décadas recientes, pero, cuando la gente que no está en el hospital colapsa de un paro cardiaco repentino, relativamente pocos transeúntes intentan la reanimación. Solo de un cuarto a un tercio de quienes pudieran ser auxiliados con la reanimación cardiopulmonar (RCP) la reciben antes de la llegada de los paramédicos.

Con tantas personas capacitadas, ¿por qué no practican los transeúntes la RCP con mayor frecuencia?

Para empezar, la gente olvida qué hacer: el pánico que pudiera proseguir no es conducente a una memoria precisa. Incluso quienes tienen entrenamiento médico a menudo no pueden recordar los pasos justo unos pocos meses después de haberlos aprendido. En vez de cometer un error, algunas personas en un caso como este no hacen más que llamar al 911, aun cuando despachadores de emergencia a menudo les dicen a quienes llaman que practiquen RCP.

Después está el factor asco: practicarle respiración boca a boca a un extraño. Tan penetrante es el sentimiento de renuencia que un grupo investigadores decidió investigar si la respiración de rescate es realmente necesaria.

Dos importantes estudios, publicados en la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra en julio de 2010, demostraron claramente que tan solo las compresiones de pecho eran tan buenas o incluso mejores que combinarlas con respiración de rescate. En ambos estudios, uno conducido en el estado de Washington y Londres y el otro en Suecia, un porcentaje ligeramente mayor de gente que recibió tan solo compresiones de pecho por parte de algún transeúnte sobrevivió para ser dado de alta del hospital, con buena función cerebral.

Resultó que cuando una persona sufre un colapso repentino porque la función eléctrica del corazón no funciona bien, a menudo hay suficiente aire en los pulmones para sostener las funciones cardiaca y cerebral durante unos cuantos minutos, siempre y cuando se bombee sangre continuamente a esos órganos vitales. Además, algunas personas jadean o dan grandes bocanadas de aire cuando sufren un paro cardiaco, lo cual puede llevar incluso más oxígeno a los pulmones. De hecho, los estudios sugirieron con firmeza que si se interrumpen las compresiones de pecho para administrar respiraciones de rescate, de hecho se reduce la efectividad de la RCP en estos pacientes.

Parcialmente con base en estos hallazgos, la Asociación Estadounidense de Cardiología ha eliminado la respiración de rescate de las normas del transeúnte para RCP para adolescentes y en caso de paro cardiaco repentino.

Aproximadamente 900 estadounidenses mueren cada día debido a un paro cardiaco repentino. Casi 383,000 de esos episodios ocurren afuera de hospitales cada año, en casa 88 por ciento de las veces. De aquí que la vida que usted salva con RCP bien pudiera ser la de un pariente.

El paro cardiaco repentino no es lo mismo que un ataque cardiaco. Una víctima de paro cardiaco repentino colapsa súbitamente, no responde a sacudidas suaves y deja de respirar normalmente. El paro ocurre cuando el sistema eléctrico del corazón funciona mal, dando como resultado señales altamente irregulares que dejan al corazón incapaz de bombear sangre. Tras apenas cuatro minutos de esto, la capacidad del cerebro para recuperarse por la falta de oxígeno empieza a declinar seriamente.

Aproximadamente 95 por ciento de la gente que sufre un paro cardiaco repentino muere antes de llegar al hospital. Por lo demás muchos de ellos estaban sanos. Las probabilidades de sobrevivencia de una víctima se reducen de 7 a 10 por ciento por cada minuto que el corazón deja de bombear.

Desde 2010, la asociación de cardiología ha promovido una versión simplificada de RCP para el transeúnte. Cuando se encuentra a una persona que ha colapsado y no responde, la acción de emergencia que reviste mayor importancia - después de gritarle a alguien que llame al 911 - es administrar compresiones rápidas y sucesivas del pecho hasta que llegue la ayuda médica o se pueda usar un desfibrilador externo automatizado para aplicarle una descarga al corazón a fin que vuelva a un ritmo normal.

Ponga una mano sobre la otra, con los dedos entrelazados, colóquelos al centro del pecho entre los pezones de la víctima, y presione con fuerza y velocidad. Cada compresión debe deprimir el pecho en aproximadamente cinco centímetros y debería repetirse aproximadamente 100 veces por minuto. Si se hace al ritmo de “Stayin’ Alive”, la vieja canción de los Bee Gees, se habrá alcanzado el ritmo indicado. Se debe permitir que el pecho suba momentáneamente entre compresiones para permitir que el corazón y los pulmones se llenen de nuevo.

Usted no tiene que tomar un curso para aprender la RCP exclusivamente mediante compresiones. Puede prepararse viendo un vídeo de la Asociación Estadounidense de Cardiología de EU. Busque en línea “hands-only CPR instructional video”, o revise la página web de la asociación con respecto al tema. Hay también aplicaciones disponibles para celular sin costo, tanto para iPhone como Android.

Las solas compresiones del pecho deberían practicarse solo a adolescentes y adultos que sufren un paro cardiaco repentino que hayan colapsado sin que nadie los hubiera visto y pudieran ya no tener aire en sus pulmones, así como para víctimas de ahogamiento, sobredosis de drogas o colapso debido a un problema respiratorio.

La asociación del corazón ha cambiado el protocolo recomendado para la RCP convencional, con la esperanza de mejorar su efectividad. La recomendación actual consiste en empezar con 30 compresiones de pecho (a un paso de 100 por minuto) seguidas de dos respiraciones de uno a dos segundos, repitiendo esta secuencia hasta que llegue la ayuda.

Cuando se apliquen las respiraciones, la cabeza de la víctima debe de estar inclinada hacia atrás para abrir la vía respiratoria. Para un infante, la boca del rescatador debería cubrir la nariz y boca del bebé. Para niños a partir de un año de edad y adultos, la nariz de la víctima debe ser pellizcada y la boca cubierta por la boca del rescatador, quien debería observar cómo sube el pecho con cada respiración de rescate para reanimarlo. 

Por Jane E. Brody, NYTimes

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