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Personas con cáncer, a hacer ejercicio

La Organización Mundial de la Salud aseguró que tres horas de actividad física a la semana alargan la vida y reducen el riesgo de muerte por tumores de mama, colon o próstata.

Redacción Salud
02 de octubre de 2015 - 03:04 a. m.

De acuerdo con una investigación publicada por el British Journal of Sports Medicine, las personas diagnosticadas con cáncer tienen menor riesgo de morir a medida que aumentan su actividad física.

Según los datos recopilados en más de 70 estudios, la medida también aplica para la población que no sufre enfermedades. Eso refuerza los postulados de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues al realizar ejercicios moderados se reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas.

Aunque la OMS aconseja un mínimo de 2,5 horas de ejercicio moderado por semana, las personas que realizan cinco horas semanales de ejercicio moderado o 2,5 horas de ejercicio intenso son las que más se benefician de la actividad física.

Los autores señalaron que el aumento de ejercicio está asociado con una disminución del riesgo de morir por tumores de mama, colon, recto o próstata. De hecho, de los 71 casos analizados con pacientes en centros oncológicos, los expertos comprobaron que aquellos participantes que realizaban 2,5 horas de actividad física a la semana en proporciones moderadas, como caminar a paso rápido, eran 13% menos propensos a morir de cáncer que los sedentarios.

“Nuestros resultados ayudarían a definir la recomendación sobre el tiempo de actividad física necesario para reducir la mortalidad por cáncer”, dijo Li Liu, autor principal del estudio de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, en China, al diario británico. “Los médicos podrían comenzar a incorporar la actividad física en tratamientos contra el cáncer”, complementó Liu a la agencias Reuters.

Además, el equipo analizó las horas MET, una unidad de medida que describe la relación entre el gasto calórico durante el ejercicio y el tiempo utilizado. Así, 1 MET equivaldría a estar en reposo, mientras que una caminata a paso intenso demandaría 4 MET. La conversión es que hacer un actividad física durante 30 minutos es igual a 2 horas MET.

En los pacientes que se ejercitaron por lo menos 15 horas MET por semana, el riesgo de morir por cáncer disminuyó 27%. Sumado a eso, el beneficio del ejercicio después del diagnóstico fue mayor que antes del mismo.

Patrick T. Bradshaw, investigador de la Universidad de California en Berkeley, dijo que “la actividad física, principalmente antes del diagnóstico, y la mortalidad por cáncer mamario se estudian desde hace décadas, pero sólo en la última empezamos a estudiar sus efectos después del diagnóstico”.

Otras investigaciones sugieren que los telómeros (extremos de los cromosomas en el ADN) se acortan con la edad. Pero esta publicación arroja pistas de que los glóbulos blancos de los atletas presentan telómeros más largos, indicando que estas células son más jóvenes y vitales y pueden cumplir mejor con su función de remover células anormales que pueden provocar cáncer.

Otro mecanismo que puede explicar el efecto protector del ejercicio está relacionado con los cambios hormonales. El crecimiento de células cancerígenas en el cáncer de mama, por ejemplo, depende de la exposición a estrógenos y el ejercicio es una manera de reducir estas hormonas en la sangre.

La actividad física también ayuda a preservar la función cerebral. Estudios en animales han revelado que el ejercicio estimula la generación de neuronas y podría facilitar la formación de nuevos vasos sanguíneos que aumentan el desarrollo de conexiones interneuronales.

Por Redacción Salud

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