Después de que un consorcio de siete empresas y varios centros de investigación de diversos países europeos se reunieran para recopilar la mayor base de toxinas de todo el mundo, revelaron que hasta el momento tienen un banco de veneno de 203 animales diferentes.
Para sus creadores, esta cantidad de sustancias representa una especie de “El Dorado” farmacológico que aún hace falta explorar y que podría ayudar a solucionar algunos problemas médicos de la actualidad.
Por ejemplo, en este nuevo grupo de sustancias se encuentra la de un caracol marino que segrega un analgésico mil veces más potente que la morfina. También hay veneno de arañas, serpientes, escorpiones, peces, hormigas, pulpos, medusas, abejas y avispas.
Luego de sustraer el componente de los animales, los científicos secuenciaron el ARN de las glándulas que lo producen para identificar las toxinas. Hasta el momento, la base de datos final contiene secuencias de 25.000.
“Por el momento hay 30 que podrían transformarse en fármacos contra enfermedades autoinmunes, esclerosis múltiple o artritis”, dijo al diario El País de España Frosty Loechel, de la empresa danesa Zealand Pharma.