¿Qué hay de bueno en la lactancia?

La Liga de la Leche Internacional comparte su libro “El arte femenino de amamantar”, una guía de consejos prácticos y estudios científicos sobre la importancia de lactar. Valeria Baena, vocera de la Liga en Colombia, comparte algunos de ellos.

Mariana Rolón Salazar
05 de marzo de 2017 - 02:00 a. m.
¿Qué hay de bueno en la lactancia?

Hace 61 años, un grupo de mujeres se reunió en Chicago para fundar la Liga de la Leche Internacional. Su misión era asesorar a otras madres en la lactancia y darles consejos para esa etapa que estaban atravesando. Con el pasar de los años, el grupo fue creciendo hasta llegar a varios países alrededor el mundo, donde miles de mujeres voluntarias quisieron unirse a la labor.

Valeria Baena es una de ellas: se formó como asesora en lactancia y es vocera de la organización. Ahora, comparte con El Espectador el libro que por años la Liga ha venido nutriendo, con la ayuda de médicos, madres lactantes y publicaciones científicas.

¿Qué estudios o investigaciones se revelan sobre los beneficios de la lactancia para los bebés?

La leche materna es un líquido vivo que todo el tiempo está cambiando y se está adaptando a las necesidades del bebé. Por ejemplo, si hay un virus, la mamá crea las defensas y se las pasa a través de la leche. Pues los niños no tienen su sistema inmune listo sino hasta los seis años, más o menos, entonces antes de esa edad toman prestado el sistema inmune de su mamá a través de la leche.

También se ha demostrado que la lactancia en los bebes reduce problemas de salud más adelante, como la obesidad. Pues al amamantar, los niños regulan la ingesta de leche por sí mismos cuando succionan. Lo que no sucede cuando toman del biberón la leche artificial. Además, hay una estrecha relación entre la alimentación con fórmula y los problemas de obesidad en el futuro, pues esta tiene mucha más proteína que la leche materna. Por eso también, con leche de formula, los riñones y el hígado tienen que trabajar más para procesarla porque es mucho más pesada y tiene más proteína y azúcar.

El libro habla sobre la lactancia y su aporte al coeficiente intelectual del bebé, ¿cómo es esto?

Ha habido estudios en Brasil que hacen una relación entre el coeficiente intelectual de una persona adulta que ha sido amamantada durante más de uno o dos años, con el que no ha sido amamantado. La leche materna es un misterio todavía muy grande, tiene tantos componentes que ni siquiera sabemos cuáles son. Tiene hormonas, anticuerpos, células vivas, entre otras. Y sabemos que produce algo muy importante en la formación del cerebro y las conexiones neuronales, pero no exactamente todo acerca de cómo influye.

Lo que sí está demostrado es que es muchísimo más saludable darle a los niños leche materna que formula, pues es un tejido vivo que va cambiando según las necesidades del bebé. Cosas tan impresionantes como que cuando hace mucho calor, la leche tiene más contenido de agua para quitar la sed e hidratar, y cuando hace más frío, la leche se vuelve un poco más densa.

Y para la mamá, ¿por qué es buena la lactancia?

La lactancia natural es también una póliza de seguro contra el cáncer de mama, uterino y cervical, dice un estudio publicado en la revista médica The Lancet a través del libro. Cuando uno está amamantando se disminuye la producción de estrógeno y, al reducir esta hormona en el cuerpo, hay menos posibilidades de tener cáncer de cuello uterino y de ovario.

Inclusive, una mamá lactante tiene menos posibilidades de sufrir depresión posparto porque le regula las hormonas al amamantar. Por ejemplo, la oxitocina, la hormona del amor y del placer, se activa al dar pecho. Así como la lactancia también ayuda a regular todos los procesos de recuperación del parto. En el caso de la presión arterial, es más elevada la de la mamá que da con formula porque sus respuestas neurológicas y endocrinas son más pronunciadas que las de una madre lactante.

El libro también menciona los riesgos de los medicamentos en la labor del parto y cómo podrían llegar a afectar al bebé, ¿cuáles son y qué implicaciones tienen?

Hay una parte del libro dedicada al parto y a explicarle a la mamá el proceso, porque muchas llegan sin tener ni idea de qué les va a pasar y el médico no les dice. Entonces el libro dice: trate de buscar lo más cercano a lo natural porque la inducción del parto con oxitocina sintética o pitosin hace que el parto se complique. Por eso hay que respetar el proceso natural, con los tiempos del parto y sin meterle apuro, como pasa en las clínicas.

¿Qué es la oxitocina sintética y el pitocin?

Durante el parto se produce oxitocina, es la encargada de que las contracciones ocurran en el útero y éstas son las encargadas de que el bebé salga. Entonces lo que hacen en los partos medicados es que ponen oxitocina sintética o pitocin para acelerar e inducir el parto, así las contracciones llegan si no las hay. Cuando se pone este medicamento las contracciones son muy fuertes y se juntan, y cuando el cuerpo de la mujer no está listo para parir, termina en cesárea. Si hay cesárea hay epidural, que es la anestesia que se pone en cesárea o en parto vaginal.

Hay estudios, los médicos no dicen nada, que se relacionan con las dificultades para empezar la vida. Los bebés nacen muy dormidos y como sin instintos, pues se les anulan de tanto medicamento que reciben. Un niño que ha nacido después de una cesárea o de un parto muy largo medicado con oxitocina y epidural, nace sin la capacidad de mamar, de agarrase. Ahí empieza la cadena de dificultades porque los bebés, en la primera hora de vida, tienen un instinto muy básico que es pegarse al pecho y empezar a succionar.

Por Mariana Rolón Salazar

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